XXIX MARTES DEL TIEMPO ORDINARIO/ CICLO B/23-10-2018
EVANGELIO DEL DÍA: Lc 12,35-38
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo. Y, si llega entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos.»
COMENTARIO:
Celebramos el Martes de la Vigésimo Novena Semana del Tiempo Ordinario. El mayor don que Dios nos ha regalado es la vida y de ella tenemos que hacer nuestra mejor consigna y nuestra mejor ofrenda.
En el Evangelio de este Martes de la XXIX Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 12,35-38)
Jesús señala que tienen que estar preparados para cuando vuelva el Señor. Y les invita a “estar ceñidos vuestros lomos y las lámparas encendidas”.
Les dice que el Señor vendrá de improviso, como el ladrón en la noche.
Esta vigilancia perseverante y constante tendrá su recompensa, ya que el Señor “se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo”. En el fondo, es lo que ha hecho Jesús, que ha venido no a que le sirvan, sino a servir y entregarse.
Pidamos a Dios que nos ayude a crecer en la fe, en la esperanza y en la caridad. Pidamos por el florecimiento de vocaciones misioneras y por las Iglesias perseguidas. Amén.
