La Asociación Cultural de la Virgen de El Parral, un pequeño pueblo abulense de 59 habitantes, ha denunciado al sacerdote, Jesús López, por "el destrozo de la caja fuerte" que este colectivo tiene en el exterior de la venerada ermita del pueblo, según ha confirmado a EFE la presidenta, Rosario Alonso, mientras que el Obispado defiende la actuación del religioso.
Asimismo, la asociación solicita la destitución de López y que "devuelva" las llaves del templo para que los vecinos puedan venerar la imagen de su Virgen, como venía siendo habitual hasta noviembre de 2022, cuando permanecía abierto a los fieles casi todo el día.
Situado a 42 kilómetros al oeste de la capital de la provincia, El Parral es un pueblo dividido ante la actuación de este sacerdote, especialmente después de que, según Rosario Alonso, el pasado 13 de junio, acompañado por un cerrajero, intentara "forzar con una radial la caja fuerte" que la Asociación tiene en el exterior de esta venerada ermita del siglo XVI.
Estos hechos han sido denunciados por la Asociación Cultural ante la Guardia Civil, contando como testigo con la tesorera, tal y como han confirmado a EFE fuentes de la Subdelegación del Gobierno. La instrucción de este caso que ha tenido ahora el punto culminante de una situación que se viene arrastrando desde hace años, corresponde al Juzgado de lo Civil, cuyo titular deberá determinar si lo sucedido es constitutivo de delito o no.
Los ánimos siguen encendidos
Mientras tanto, los ánimos siguen encendidos en este pequeño pueblo de la comarca de La Moraña a través de una polémica que también salpica a la propia Diócesis abulense, que precisamente acaba de estrenar obispo. Desde este sábado cuenta con titular tras la consagración de Jesús Rico como nuevo obispo, quien tendrá que 'lidiar' con esta 'patata caliente' en las próximas semanas.
A la espera de una posible reunión entre las partes, fuentes del Obispado abulense dicen ser conscientes de la "mala relación" existente entre la Asociación y este párroco que también lleva a otros cinco pueblos de la zona, incluido el suyo, Castilblanco, una entidad local de Muñogrande.
"A mí no me gusta que pisoteen mis derechos", ha señalado Rosario Alonso, quien reprocha al sacerdote que "no dialogue" y de tratar de que todo el mundo diga "amén" a lo que plantea
La presidenta de la Asociación Cultural Virgen del Parral acusa al párroco de "extorsionar a la Junta Directiva para tener el control absoluto de la ermita", cuando ha sido el pueblo el que "ha cuidado siempre del templo y de su Virgen". "A mí no me gusta que pisoteen mis derechos", ha señalado Rosario Alonso, quien reprocha al sacerdote que "no dialogue" y de tratar de que todo el mundo diga "amén" a lo que plantea. Ella, como presidenta de la Asociación, asegura estar dispuesta a llegar hasta donde haga falta para que las cosas vuelvan a ser como eran antes.
Consciente de los dos "bandos" que existen en el pueblo a raíz de esta polémica que ha culminado en denuncia, Alonso se muestra contundente cuando se refiere al párroco: "Si un representante de la Iglesia se comporta como un delincuente, habrá que tratarle como tal".
Inmatriculación de la ermita
Desde el Obispado, sus responsables han tomado las riendas del asunto, instando a Jesús López a que no hable para no contribuir a enconar aún más una situación que, por el momento, parece tener difícil solución.
Las cosas comenzaron a torcerse con la inmatriculación de la ermita hace once años, ya que la Asociación, integrada por medio centenar de socios, considera que el templo es del pueblo. Sin embargo, la llegada en 2015 del párroco hizo que todo fuese cada vez más difícil, ante su deseo de "controlar" al colectivo que preside Rosario Alonso.
El Ayuntamiento no quiere saber nada
El propio alcalde del pueblo, Claudio Hernando, del PP, ha admitido a EFE que el Obispado remitía "cartas" al Consistorio desde hace más de una década para "poder escriturar -la ermita- ellos" y cuando lo hicieron, asegura que no se "enteraron", aunque "los terrenos son del Ayuntamiento".
Tras confirmar algunos de los hechos -intento de robo, el destrozo de la cerradura...-, el alcalde dice que todo "se podría haber gestionado de otra manera" y prefiere no echar más leña al fuego: "Como Ayuntamiento, no quiero saber nada".
El Obispado reclama la propiedad
Mientras, el Obispado confirma que la ermita de Nuestra Señora de El Parral es "propiedad de pleno dominio de la parroquia de San Sebastián", ubicada en la cercana localidad de Vita, de la que depende El Parral como "comunidad cristina sin parroquia".
"Las actuaciones ciertas y recientes llevadas a efecto por mandato del párroco titular (...) derivan de una tentativa de robo con fuerza en las cosas de la que fue víctima la ermita, sin que exista nada extraño en la lógica y obligada pretensión de preservar los bienes afectados o susceptibles de serlo por una agresión ilegítima protagonizada por terceros desconocidos, como la que tuvo lugar hace unos días", argumenta el Obispado.
Un robo anterior
De esta manera, se refiere al robo que supuestamente se produjo el pasado 11 de junio, tras el cual apareció "la cerradura de la puerta forzada y rota la del cepillo, llevándose el dinero del interior", según relata Rosario Alonso.
A raíz de estos hechos, la Asociación extrajo en torno a 150 euros de donativos del interior de la caja fuerte que tiene en el exterior del templo, dos días antes de que fuese supuestamente "forzada" por un cerrajero contratado por el párroco para arreglar la cerradura del pequeño templo.
Esta fue la gota que colmó el vaso para la presidenta de la Asociación que, ante estos hechos presenciados por la tesorera del colectivo, denunció al párroco ante la Guardia Civil, culminando así unos años de desencuentros que habían supuesto con el control del acceso a la ermita por parte del párroco desde el pasado mes de noviembre.
"El párroco se puso el mundo por montera y dijo 'esta ermita es mía y la voy a controlar'", ha señalado Rosario Alonso, que pone dos condiciones para llegar a un acuerdo con el Obispado: que se devuelvan las llaves para que la ermita esté abierta como antes, de manera que se pueda rezar en el interior, y que el párroco sea destituido.