Internos de las cárceles de Valdemoro, Aranjuez y Navalcarnero Escribe una carta a un preso: la iniciativa para paliar su doble aislamiento
Por la crisis del coronavirus, desde hace más de diez días los presos no reciben las visitas de sus familiares ni tampoco de las ONG que a diario entraban en las cárceles
Las cartas se imprimirán y colgarán en el tablón para que los reclusos que quieran puedan leerlas e incluso contestar
| EFE
Desde hace más de diez días los presos no reciben las visitas de sus familiares ni tampoco de las ONG que a diario entraban en las cárceles por la crisis del coronavirus. Para paliar el doble aislamiento y la soledad de los internos un grupo de voluntarios invita a los ciudadanos a enviarles cartas anónimas.
"Escribe una carta a un preso" es el nombre de esta iniciativa que han lanzado unos voluntarios de Pastoral Penitenciaria y que desde hace unos días es ya una realidad en las prisiones madrileñas de Valdemoro, Aranjuez y Navalcarnero.
Alfonso Vargas, uno de los impulsores, explica a Efe que los ciudadanos que quieran pueden enviar su carta al correo electrónico cartasapresos@hotmail.com, un buzón que en las últimas horas ha recibido seis misivas que se reenvían a la prisión de Valdomoro.
En esta cárcel, una trabajadora se ha prestado a imprimir esas cartas y colgarlas en el tablón para que los reclusos que quieran puedan leerlas e incluso contestar a una dirección postal que no es la de ningún voluntario ni ningún remitente.
"Ninguna de las cartas tiene morbo, todas animan a los presos", relata Alfonso tras filtrar estas cartas en las que sus autores escriben expresiones como "Todo pasará, no importa lo que hayas hecho", "perdónate, saldrás un hombre nuevo" o "la sociedad te volverá a acoger".
"Estar en cuarentena en nuestras casas es solo una parte de la dureza de la prisión"
Lógicamente, muchas de las cartas tienen un espíritu religioso puesto que la iniciativa parte de voluntarios de Pastoral Penitenciaria, pero eso no quiere decir, asegura a Efe Vargas, que la intención de todas ellas sea tratar de que el preso no se encuentre solo. "Hay cartas que expresan que ahora con el confinamiento les entienden un poco más, aunque claro también ellos tienen los afectos de su familia aunque sea por teléfono. Estar en cuarentena en nuestras casas es solo una parte de la dureza de la prisión", destaca Vargas.
Lo importante, insiste este voluntario, es que "hay ciudadanos que se han implicado y les envían también en estos momentos esperanza".
Alrededor de 900 entidades trabajan en colaboración con Prisiones en programas de rehabilitación impartidos por unos 10.000 voluntarios que desde una década entran en las prisiones españolas.