La Plenaria de este lunes arranca con tormenta: "La situación es muy grave" Se confirma el nombramiento de Retana para Salamanca y Ciudad Rodrigo, y salta la sorpresa: Aznárez, al Arzobispado castrense
Una maniobra de última hora deja a Gil Tamayo sin el arzobispado castrense, tras el veto del Gobierno, y coloca al auxiliar de Pamplona, con buenas relaciones en el Ejército y el Opus Dei, y cuyo obispo titular, Francisco Pérez, ya fue castrense. La cúpula de la CEE, ninguneada por un gesto del Nuncio que tendrá consecuencias
La designación de Retana implica que, por primera vez en 861 años, no haya un obispo residiendo en Ciudad Rodrigo. También parece que habrá auxiliar para Toledo, César García Magán
Quién es Juan Antonio Aznárez
Quién es José Luis Retana
Quién es Juan Antonio Aznárez
Quién es José Luis Retana
"Si al final se confirma, es muy grave". "No entendemos nada". Altos eclesiásticos y responsables de la Casa de la Iglesia asisten con escepticismo a la que, de confirmarse, sería una maniobra de última hora del Nuncio y de sectores ultraconservadores para minar la autoridad de la actual cúpula episcopal. En pleno arranque de la Plenaria, y pocos minutos después del discurso de su presidente, Juan José Omella, la Nunciatura anunciará, previsiblemente, dos nombramientos episcopales. Uno, esperado (y adelantado por RD), el de José Luis Retana como obispo de Salamanca y, ojo, Ciudad Rodrigo. Otro, una absoluta sorpresa: la llegada del obispo auxiliar de Pamplona, Juan Antonio Aznárez Cobo, al arzobispado castrense. Ojo, y también, o eso parece, auxiliar para Toledo. César García Magán.
La noticia la adelantaba en la tarde de este domingo Religión Confidencial, el mismo medio que, horas antes, se sacaba de la chistera el nombre del actual Ordinario Castrense y Rector de la Iglesia Catedral de la Fuerzas Armadas, Carlos Jesús Montes Herreros. RD ha podido confirmar de fuentes de toda solvencia que el nombre de Aznárez, que sonaba con fuerza para dirigir una importante diócesis, ha sido una solución urdida en secreto entre Nunciatura y antiguos sectores que no se resisten a socavar la autoridad de la actual cúpula episcopal, a la que el nombramiento ha cogido con el pie cambiado.
Y es que, tras la muerte de Juan del Río, las negociaciones para el nombramiento del nuevo arzobispo castrense se han visto trufadas de injerencias políticas y eclesiásticas. En esta tesitura, el sector ultraconservador (con fuerte implantación en el Opus Dei y el mundo castrense) se ha movido como pez en el agua. Todo ello, sin olvidar que el actual arzobispo de Pamplona, Francisco Pérez, fue anteriormente arzobispo castrense, y su opinión ha sido tenida en cuenta.
El papel del Nuncio y de Margarita Robles
Primero, tratando de 'sacar' de las negociaciones directas con el Gobierno al actual portavoz, Luis Argüello (un candidato muy del agrado del Rey); después, colocando en la terna a Jesús Sanz, con el indisimulado objetivo de 'acercarle' a Madrid; y finalmente, jugando al despiste con Montes Herreros para dar la estocada con Aznárez, en una maniobra en la que la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha podido ser utilizada, o jugado un doble papel, pues habría dado su visto bueno a la candidatura de José María Gil Tamayo, hasta las últimas horas el candidato 'oficial' y que, tras unas primeras dudas, había sido visto con buenos ojos por la Casa Real.
Y en la que el Nuncio habría podido jugar un papel fundamental, sin contar con la cúpula episcopal, en una maniobra que, apuntan diversas fuentes, tendrá consecuencias.
El otro nombramiento, que también se espera para este mediodía, sí parecía más claro desde los últimos días, y colocará a José Luis Retana, actual obispo de Plasencia, al frente de las diócesis de Salamanca y Ciudad Rodrigo, unidas (por el momento), en la persona del obispo. Será la primera vez en 861 años que no habrá obispo residencial en Ciudad Rodrigo, después de casi tres años de sede vacante y en un proceso que no ha tenido en cuenta las constantes peticiones de la ciudadanía y las autoridades mirobrigenses.
Entretanto, continúa sorprendiendo que el Papa, todavía, no haya aceptado la renuncia del todavía obispo de Almería, Adolfo González Montes, que este fin de semana ha cumplido los 75 años. Un cese que todos dan por hecho pero que, después de las últimas sorpresas, nadie se atreve a dar definitivamente por hecha. Una situación que, en todo caso, sigue dejando a la diócesis en una situación insostenible.
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