El 'mecenas' e 'ignorante' aparece como San Matías y ha provocado un gran enfado en el pueblo La cara de un empresario se cuela en las pinturas de una iglesia románica del Pirineo aragonés
La iglesia de San Miguel de Latre, de origen románico, es un símbolo del patrimonio arquitectónico del Alto Aragón. Las nuevas pinturas se encuentran en el pórtico externo de la iglesia de San Martín de Latre
Los hechos se han conocido ahora a raíz de una carta de "una historiadora del arte escandalizada"
La intervención no ha respetado ni los colores, ni las técnicas, ni los materiales adecuados, lo cual podría tener consecuencias graves para la preservación de la iglesia a largo plazo
Como la iglesia no es un bien público, ni protegido, Patrimonio no puede hacer nada al respecto… La intervención de Lacasta en la iglesia de San Miguel de Latre subraya la necesidad urgente de una mayor conciencia pública y de políticas claras para la protección del patrimonio
La intervención no ha respetado ni los colores, ni las técnicas, ni los materiales adecuados, lo cual podría tener consecuencias graves para la preservación de la iglesia a largo plazo
Como la iglesia no es un bien público, ni protegido, Patrimonio no puede hacer nada al respecto… La intervención de Lacasta en la iglesia de San Miguel de Latre subraya la necesidad urgente de una mayor conciencia pública y de políticas claras para la protección del patrimonio
El pórtico de la iglesia de San Miguel de Latre, una de los templos románicos incluidos en la Ruta de las Iglesias de Serrablo (Aragón), amaneció hace algunos meses con unas grandes pinturas en su techumbre. Entre ángeles y escenas religiosas se cuela la cara de un empresario cuya familia desciende del pueblo. Su rostro aparece explicado como San Matías, y en este pequeño pueblo del municipio de Caldearenas la indignación es palpable, explica su alcalde, que habla de "enfado" y "sorpresa".
Una denuncia particular puso sobre aviso al departamento de Patrimonio del Gobierno de Aragón, que explica que envió a un agente de patrimonio cultural en dos ocasiones e informó al Obispado de Jaca, del que depende esta iglesia, realizó un informe que, en última instancia, envió el pasado mes de octubre, explican fuentes oficiales de Patrimonio del Gobierno de Aragón, que añade que esta iglesia no es un bien protegido ni es propiedad pública, “por lo que no podemos hacer más”, explica.
"Una historiadora del arte escandalizada" denuncia los hechos en una carta
Aunque la "intervención pictórica" estaba culminada el verano pasado, los hechos se han conocido ahora a raíz de una carta de "una historiadora del arte escandalizada" con la que ha hablado la Redacción de Radio Jaca-Sabiñánigo-SER Pirineos y prefiere reservar su identidad. Este es el texto íntegro de la carta que ha difundido con la firma de "Santa Bárbara".
"Megalomanía y ruralidad: Una crítica a la intervención en la iglesia de San Miguel de Latre"
"Es difícil imaginar un escenario más desastroso y ridículo para el patrimonio cultural del pequeño pueblo de Latre, del que desciendo, que el que se ha producido con la reciente intervención en la iglesia de San Miguel. En un acto de protagonismo y capricho, Eduardo Lacasta, un vecino 'con pudientes', ha decidido, sin contar con la opinión de personas expertas en restauración ni con el visto bueno de los y las habitantes, repintar la entrada del templo a su gusto, llegando incluso a retratarse a sí mismo en el papel de San Matías. Esta situación nos plantea ciertas preguntas sobre el respeto al patrimonio cultural, el derecho colectivo frente al interés individual y, sobre todo, sobre el impacto que estas decisiones pueden tener en una comunidad rural con un rico legado histórico como es la zona de la Galliguera.
La iglesia de San Miguel de Latre, de origen románico, es un símbolo del patrimonio arquitectónico del Alto Aragón.
Las nuevas pinturas se encuentran en el pórtico externo de la iglesia de San Martín de Latre que puede verse en la imagen
Construida con casi toda seguridad en el siglo XII, es un testimonio de la historia medieval de la región y posee características típicas del románico aragonés, con su estructura sencilla y robusta, arcos de medio punto y una modesta torre-campanario.
Esta iglesia tiene un valor incalculable debido a la genuinidad de estas iglesias rurales, verdaderamente únicas.
"La decisión de Lacasta de pintar la entrada sin supervisión de personas expertas y, más aún, de representarse a sí mismo como una figura religiosa, es más un gesto de egocentrismo que una acción filantrópica y desinteresada"
Eduardo se representa a sí mismo nada más y nada menos que como San Matías, patrón de los sastres, los arquitectos y los carpinteros. Quizás esta idea le sobreviniera ya por 2019 cuandopactó con la Fiscalía un acuerdo para reducir sus penas de prisión precisamente por estafa inmobiliaria (“por valerse de sus negocios inmobiliarios para urdir una trama delictiva”, según informó el Heraldo de Aragón) de ahí lo de representarse como arquitecto, digo yo…
O quizás simplemente sea porque su casa en Latre es la Casa Sastre… ¿Quién sabe?
Esta acción refleja una falta de comprensión y de respeto hacia el significado de este edificio. Las intervenciones en patrimonio histórico requieren conocimiento especializado y un respeto profundo por la historia del lugar. La idea de que cualquier persona, por más recursos que tenga, pueda apropiarse de un espacio patrimonial para su autoafirmación es escandalosa y abre la puerta a una práctica que, de expandirse, podría poner en peligro numerosos monumentos históricos. Los y la esbarranquiadas ya lo han sufrido… Estad atentas a nuevos desmanes vecinas.
Pichaverdes, madrileños, saltacletas, furtasantos. Atentas, en serio.
Los tentáculos de Lacasta pueden extenderse también hacia Val de Mangueta.
Imagino que en la Cueva de la Mora podría, en su delirio historicista, incluso llegar a pintar unos bisontes rojos (o azules ¿por qué no?) junto con un cazador neolítico que también tenga por supuesto su rostro y decir que es la nueva Altamira ¿Quién sabe?
La restauración de monumentos históricos es una tarea compleja que exige la colaboración de personas expertas en historia, arquitectura, arte y conservación del patrimonio. Los y las restauradoras profesionales dedican años a aprender sobre las técnicas, materiales y criterios éticos que deben guiar cualquier intervención en un edificio de valor histórico. Comprenden que cualquier cambio, por pequeño que parezca, puede alterar de manera irreparable el carácter del monumento y desvirtuar su autenticidad.
Existen procedimientos y regulaciones para garantizar que el patrimonio de todos y todas no se convierta en el capricho de unos pocos.
En Latre, obviamente no se han seguido ni cumplido ninguno de ellos.
(Ah!! Y el arzobispado?? Es consciente de estás actuaciones??)
El hecho de que Lacasta haya decidido prescindir de asesoría profesional no solo pone en riesgo el estado material del edificio, sino también su integridad histórica y artística. Su intervención no ha respetado ni los colores (no me hagan hablar de los colores…), ni las técnicas, ni los materiales adecuados, lo cual podría tener consecuencias graves para la preservación de la iglesia a largo plazo. En lugar de contribuir a la conservación del patrimonio, su intervención es un acto de vandalismo disfrazado de filantropía.
Tal es desconocimiento de Lacasta de la historia que ha decidido colocar unas conchas, símbolo de Santiago Apóstol en la puerta construida en el lateral izquierdo de acceso principal a la iglesia.
Señor Lacasta, el Camino de Santiago ni ha pasado, ni pasa, ni pasará por Latre. Ninguno de los muchos caminos de Santiago pasa por Latre.
La intervención de Lacasta en la iglesia de San Miguel de Latre subraya la necesidad urgente de una mayor conciencia pública y de políticas claras para la protección del patrimonio. Las autoridades locales y regionales deben actuar para salvaguardar los monumentos de intervenciones arbitrarias, estableciendo controles más estrictos y promoviendo la restauración profesional. El patrimonio no es propiedad privada; nos pertenece a todos y a todas y debe ser respetado como un legado colectivo que se hereda y conserva para generaciones futuras.
En última instancia, el acto de Lacasta representa un fallo en nuestra capacidad de proteger y valorar nuestros monumentos históricos. Es una llamada de atención sobre la fragilidad del patrimonio cultural, no solo ante el paso del tiempo, sino ante la indiferencia y el egoísmo de algunos.
La iglesia de San Miguel de Latre merece respeto y cuidado. Las generaciones futuras tienen derecho a recibir un legado auténtico y no una obra alterada por los caprichos megalómanos de un vecino.
Firmado: Santa Bárbara
Ah! Y no... Esto no es un nuevo Ecce Homo de Borja. Cecilia realizó su (desafortunadísima) intervención desde el más profundo amor a la iglesia de su pueblo. Las motivaciones de Lacasta son bien diferentes".
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