II Domingo de Pascua (27-04-2025) Que podamos creer en el testimonio de la resurrección

Jesús se apaerce a los suyos pero las apariciones son la forma para decirnos que Jesús ha resucitado a una nueva vida, con otras características, con el cuerpo resucitado del que habla Pablo a los Corintios
Tomás no está con ellos y es la ocasión para que él haga una profesión de fe.
Las palabras de Jesús a tomás: dichosos los que sin ver creyeron, ya no son para Tomás sino para todos los que hoy tenemos que creer sin ver.
Este tiempo pascual y estos diferentes textos de apariciones de Jesús nos ayudan a profundizar en el núcleo de nuestra fe: Jesús ha resucitado
Las palabras de Jesús a tomás: dichosos los que sin ver creyeron, ya no son para Tomás sino para todos los que hoy tenemos que creer sin ver.
Este tiempo pascual y estos diferentes textos de apariciones de Jesús nos ayudan a profundizar en el núcleo de nuestra fe: Jesús ha resucitado
Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: "¡La paz esté con ustedes!". Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor. Jesús les dijo de nuevo: "¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes". Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió "Reciban al Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan". Tomás, uno de los Doce, de sobrenombre el Mellizo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús. Los otros discípulos le dijeron: "¡Hemos visto al Señor!". Él les respondió: "Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré". Ocho días más tarde, estaban de nuevo los discípulos reunidos en la casa, y estaba con ellos Tomás. Entonces apareció Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio de ellos y les dijo: "¡La paz esté con ustedes!". Luego dijo a Tomás: "Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: Métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe". Tomas respondió: "¡Señor mío y Dios mío! Jesús le dijo: "Ahora crees, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!". Jesús realizó además muchos otros signos en presencia de sus discípulos, que no se encuentran relatados en este Libro. Estos han sido escritos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y creyendo, tengan Vida en su Nombre (Juan 20, 19-31)
Este segundo domingo de Pascua continua con los textos de apariciones de Jesús a los suyos. En la vigilia pascual recordamos el texto de la tumba a la que van María Magdalena, Pedro y Juan y la encontraron vacía. Esta es otra manera de afirmar que Jesús no está entre los muertos porque ha resucitado. El evangelio de Juan, continua con la aparición a María Magdalena, pero este texto no lo ha colocado en la liturgia en este domingo, sino que pasa a la aparición a los discípulos que están encerrados por temor a los judíos.
Jesús literalmente se les aparece -no entró por la puerta- pero esto no se refiere a poderes extraordinarios de Jesús para atravesar las puertas, sino que es la forma de decirnos que Jesús, efectivamente, ha resucitado a una nueva vida, con otras características, con otro cuerpo, ese cuerpo resucitado del que Pablo le hablará a los corintios 1 Cor 15,42-44). Pero esa nueva manera de estar no está desconectada de su vida histórica y por eso les muestra sus manos y su costado. Y en esto va a consistir la afirmación de fe de los discípulos: el crucificado es el resucitado. En otras palabras, a la vida histórica de Jesús, Dios le ha dado su sí con la resurrección.
El relato continúa mostrando los dones escatológicos que trae la resurrección: la paz, el Espíritu Santo que los capacita para perdonar los pecados y el envío misionero.
Luego viene una segunda parte del texto, en la que el protagonista es Tomás que no estaba con ellos. Y lo que va a estar en juego es el creer sin ver, como lo hizo el discípulo amado en el evangelio del domingo pasado. Por eso, nuevamente el primer día de la semana, los discípulos están reunidos y esta vez si esta Tomás con ellos. Él ya había afirmado que no se iba a contentar con algún fantasma del que tal vez, él creía hablaban sus hermanos. Él quiere meter el dedo en sus clavos y la mano en su costado. Es decir, afirmar la resurrección del crucificado. En ese contexto vuelve Jesús a aparecerse a ellos y responde a la petición de Tomás. Pero lo que interesa es la frase del creer sin ver. Esta llamada ya no es para Tomás sino para todos los que hoy tenemos que creer sin ver. Recordemos que todo el evangelio de Juan quiere ser testimonio de fe para los que hemos de creer por lo que el evangelio nos relata.
Precisamente este tiempo pascual y estos diferentes textos de apariciones de Jesús nos ayudan a profundizar en el núcleo de nuestra fe: Jesús ha resucitado y nuestra vida dará testimonio o no lo dará de esta experiencia de fe. Dar testimonio del Resucitado es actuar como él actúo. De lo contrario, nuestra fe no da razón de lo que afirmamos. Que estos textos nos ayuden a renovar nuestra fe y ahondar nuestro testimonio.
(Foto tomada de: https://formacionpastoralparalaicos.blogspot.com/2020/04/ii-domingo-de-pascua-jesus-y-santo-tomas.html)