Epitafios en el Colegio Arzobispal
No lo saben en Pza. San Francisco 5, pero ese colegio tiene los cimientos de escombros: mentiras de Fidel Herráez y lágrimas de aquellos a quienes asesinó. Escarben y verán. Es más, puede que con el tiempo aparezcan fantasmas por los pasillos, las sombras de quienes aquí perecieron. Año 2001.
| Pablo HERAS ALONSO
Cuando te quieren quita la vida, o parte de lo que es tu vida, todos los medios son buenos para evitarlo. En aquel año, 2001, en que cayó por tierra todo nuestro ideal educativo, recurrimos a todo lo imaginable, también a nuestros educandos. Tenían pánico a las manifestaciones, como comprobamos cuando profesores, padres y alumnos nos plantamos ante el Arzobispado, también en una misa en la basílica de San Isidro esgrimiendo pancartas y lemas.
Nada sabe el flamante Colegio Arzobispal de cómo nació o de dónde nació. Y quizá fuera bueno que lo supieran, porque sus cimientos están podridos, cimientos donde se pudrieron las malas artes finales de Fidel Herráez, el proyecto educativo de 18 trabajadores, la alegría de unos niños felices, el engaño con que Fidel soliviantó a los padres esgrimiendo papeles torticeros, la vía de los hechos antes que las decisiones judiciales...
Por si les pueda suceder lo mismo y sonriendo ahora al leer los tópicos que en aquella manifestación ante el obispado C/ Bailén 8 se profirieron, reproduzco aquí alguno de ellos:
- Jesús: Dejad que los niños se acerquen a mí. Rouco: Echad a los niños que estudian aquí.
- Jesús: Quien escandalizare a uno de estos pequeños... Fidel: Yo no he escandalizado a uno, ha sido a 300.
- Cuando saquéis a Irízar lo robado - tendréis este colegio a vuestro lado.
(Coincidió todo con los escándalos aireados por la prensa del nuncio Lajos Kada, las violaciones de monjas en África y el robo millonario a la Obra Misional Pontificia del prelado Irízar)
- Obispo, no seas Herodes – este colegio no robes.
- Monseñor Rouco Varela – esto no cuela – hacéis vuestro seminario – cerrando una escuela.
- Por todo lo que hemos visto – aquí ya no cuenta Cristo.
- ¿Valen más los edificios – que todos vuestros principios?
- Para hacer su seminario – nos clausura el Ordinario.
(¿No tenía suficiente con el inmenso edificio del Seminario Conciliar en C/ San buenaventura?)
- ¿Quién firma mi esquela? – Rouco Varela.
- Para el cardenal Rouco – nuestro colegio es bien “pouco”.
- El barrio de las Vistillas – se nos llena de capillas
(¡Qué afán el de Rouco por adquirir locales y edificios desde la Almudena hasta el Parque de la Cornisa! En la C/ Jerte, en Trav. De las Vistillas, en C/ San Buenaventura, en Pza San Francisco...)
- Un obispo nos echa – para hacer su cosecha.
- ¿No le duele, cardenal – que si cierra este colegio – causa a los niños un mal?
- Con dinero de los fieles – echaron de aquí a los niños: - ¡qué crueles!
- Con el dinero del fiel – nos echa de aquí Fidel.
- Ay, barrio de las Vistillas – negro será tu paseo – ahora por este saqueo – luego por tantos curillas.
- No nos parece ordinario – cerrar un colegio – para hacer un seminario.
- No quieren que los seglares – les manejen los altares.
- ¿No será la mafia rosa – la que en la flor de mi escuela – su aliento fétido cuela – para hacer de esto otra cosa?
(Esto último hace alusión a la connivencia, no sabemos si también sentimental, entre Juan Carlos Doadrio, viceconsejero de Educación del PP, y Fidel Herráez).
- Campanas de San Francisco – repicad muerte y entierro - que las risas de unos niños – se han cubierto de silencio. Voltéalas, cardenal – con la ayuda de tu obispo – que el edificio está listo – para hacer el funeral.
No está mal el florilegio. Hoy sonrío.