Organización y vida religiosa en la provincia de Burgos (8)
| Pablo Heras Alonso.
Lógicamente todo ese entramado burocrático y ese enorme emporio inmobiliario exigían y exigen personal correspondiente y adecuado.
Si nos referimos al estamento “religioso” (frailes y monjas), en otros tiempos no menos de 30 individuos llenaban tal o cual monasterio, fuera masculino o femenino. Hoy, sin embargo, asistimos a la noticia de que tal monasterio ha sido abandonado por tales monjas, ante la imposibilidad de su mantenimiento o porque sus inquilinas, por edad, no pueden atender a sus necesidades materiales. Es la lenta consunción de ciertos institutos religiosos.
Y refiriéndonos a institutos religiosos femeninos, en la capital, Burgos, hay 11 monasterios de “vida contemplativa”; en la provincia, 8. De “vida activa”, dedicadas a la enseñanza y a la atención a enfermos y ancianos, hay en la capital, 27; en la provincia, únicamente 7.
Un número sustancialmente menor son los monasterios y conventos masculinos. De “vida contemplativa”, en Burgos capital uno, los cartujos (Miraflores); en la provincia, tres, benedictinos (Silos), camaldulenses (Herrera) y cistercienses (Cardeña). De “vida activa”, existen 10 conventos en la capital y 9 en la provincia.
Bailan los números en los datos que ofrece la página WEB de la Archidiócesis entre la entrada “Quiénes somos” y la de “Casas de monjas/monjes y religiosas/religiosos”. No tiene mayor importancia, porque la diferencia es mínima. Hay que añadir, a todo ello, los 25 centros de enseñanza diocesanos (6) o religiosos (19).
Aunque en otro lugar de esta serie de artículos hayamos indicado que el número de edificios religiosos, iglesias principalmente, supere los dos mil en la provincia, el Arzobispado ofrece la cifra de únicamente 1004 parroquias. Esto supone que muchísimas iglesias de la provincia no tienen actividad de culto y no disponen de párroco titular.
El número de individuos, clero regular y secular, dice mucho respecto a la necesaria atención “espiritual” de la diócesis. En la provincial hay 362 sacerdotes diocesanos, cuya edad media es de 67 años, de los cuales únicamente 223 tienen oficio pastoral y 92 están jubilados. Otros están en misiones o en diócesis de España. Respecto a los “religiosos” masculinos, de un total de 225, 131 son sacerdotes y 124 no sacerdotes. El número de “religiosas” profesas es de 1022.
1004 parroquias para 223 sacerdotes, pero hay que considerar que varias parroquias de la capital disponen de, al menos, 3 sacerdotes y que hay sacerdotes que no realizan labor pastoral, porque cumplen su misión en otras actividades del organigrama arzobispal, con lo que el número “disponible” es bastante menor. Difícil resulta hoy la adecuada atención a los núcleos rurales, cuando cada cura debe atender a varias parroquias: confesiones, catequesis, dirección espiritual, atención espiritual a enfermos... brillan por su ausencia.
Se podría decir que las parroquias existentes en la actualidad pueden satisfacer al porcentaje de fieles posibles, pero la distribución de éstos es excesivamente irregular: se concentran sobre todo en la ciudad y municipios grandes, pero en la inmensa mayoría de ellas, las rurales, la asistencia al culto es bastante escasa, quizá de media entre 15 ó 20 fieles. Eso sí, en relación a los habitantes, su porcentaje de asistencia al culto se acerca al 20%, muy superior a la media española.
Con relación a la proporción entre iglesias y habitantes, en otros tiempos lejanos creció el número de iglesias en determinadas localidades, pero era poca la población que tenía España. En algunos núcleos urbanos era desproporcionado el número de templos con relación al número de habitantes. Hoy vemos que los habitantes de los núcleos rurales son menos cuantitativamente que en esos siglos. Y el número de iglesias “está ahí”. Me decía el que fue párroco de Revilla del Campo, otra Revilla, que los edificios religiosos a su cargo y cuidado llegaban a once, entre parroquias, templos y ermitas.
En el último mes he visitado dos ciudades de tamaño medio que aunque no sean de la provincia de Burgos, sirven de referencia: Sepúlveda (Segovia), con 1.000 habitantes y Toro (Zamora), con 8.448 habitantes, de los cuales 453 pertenecen a pueblos de su alfoz. En Sepúlveda, de las doce iglesias que había en la Edad Media, siete “funcionan” todavía. Y en Toro se conservan y utilizan once iglesias, entre ellas la maravillosa colegiata de Sta. María, además un convento. En ambos lugares, y por la exigua afluencia de fieles, bastaría con una iglesia en servicio. En la provincia de Burgos se puede decir lo mismo de Lerma, Salas de los Infantes, Castrojeriz, Covarrubias o Villadiego.