"Estos obispos nunca han tratado el tema de la marginación de nuestra lengua en la Iglesia" A la Provincia Eclesiástica Valentina: "El uso del valenciano no es normal"

Obispos de la Provincia Eclesiástica Valentina
Obispos de la Provincia Eclesiástica Valentina

"El pasado 11 de octubre se reunieron en el Palacio Arzobispal de València, los obispos de la Provincia Eclesiástica Valentina, que comprende las diócesis del País Valenciano y las tres de las Islas Baleares"

"No es la primera reunión que tienen y nunca (al menos que se sepa, ya que no lo han dicho nunca), han tratado el tema de la marginación del valenciano en la Iglesia"

"Cuando Samuel Ruiz llegó a Chiapas el 1959 como nuevo obispo, se encontró que la diócesis de San Cristóbal de las Casas tenía un millón y medio de habitantes, de los cuales el 79% eran indígenas. Comprendió que era más sencillo que los agentes de pastoral aprendiesen las lenguas de los lugares donde trabajaban, en vez de pretender que la comunidad entera aprendiese  la lengua español"

"Pienso que la actitud de este obispo por lo que concierne a la lengua y a la cultura del pueblo, puede ser un ejemplo que anime a los obispos valencianos. Los cristianos valencianos pedimos simplemente una cosa tan natural, como no tener que dejar nuestra lengua en la puerta de los templos"

El pasado 11 de octubre se reunieron en el Palacio Arzobispal de València, losobispos de la Provincia Eclesiástica Valentina, que comprende las diócesis del País Valenciano y las tres de las Islas Baleares. No es la primera reunión que tienen y nunca (al menos que se sepa, ya que no lo han dicho nunca), han tratado el tema de la marginación del valenciano en la Iglesia. Los obispos de la Provincia Eclesiástica Valentina, que excluyen la lengua de Sant Vicent Ferrer de la liturgia, habrían de tomar nota de la “conversión” del obispo Samuel Ruiz en Chiapas

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Cuando Samuel Ruiz llegó a Chiapas el 1959 como nuevo obispo, se encontró que la diócesis de San Cristóbal de las Casas tenía un millón y medio de habitantes, de los cuales el 79% eren indígenas. Samuel Ruiz llegó a Chiapas con una mentalidad “conquistadora” y por eso pensó enseñar español a los habitantes de esta zona, porque, ¿como podía evangelizar Chiapas si tenía como mínimo cinco lenguas derivadas de la antigua lengua maya? Samuel Ruiz descubrió que sus antecesores en el episcopado también habían intentado (con poco éxito), enseñar el español a aquella gente. Y es que a menudo la acción misionera había provocado la destrucción de las culturas indígenas, que habían sido aplastadas, incluso desde el punto de vista eclesial.

Obispos de la Província Eclesiàstica Valentina reunidos en Lluc
Obispos de la Província Eclesiàstica Valentina reunidos en Lluc

El obispo Samuel reconoció que al principio, su encuentro con las lenguas indígenas fue un choque: “Yo veía las lenguas indígenas como un obstáculo para la evangelización”. Pero después comprendió que “cuando vas a un país, no puedes exigir, para comunicarte, que la gente del lugar hable tu lengua. Comprendí que era más sencillo que los agentes de pastoral aprendiesen las lenguas de los lugares donde trabajaban, en vez de pretender que la comunidad entera aprendiese  la lengua española”. 

"Yo veía las lenguas indígenas como un obstáculo para la evangelización"

Fue el Concilio Vaticano II, con el Decreto “Ad Gentes”, que hizo que el obispo Samuel entendiese el mundo indígena de una manera diferente, no asimilando la gente a la cultura española, sino respetando y valorando la dignidad de estas culturas. En vez de imponer la cultura Occidental como único medio de expresión de la fe (como hacen los obispos valencianos), el obispo Samuel se dio cuenta que se había de respetar la identidad cultural de cada pueblo, realidad que, desgraciadamente, aún no han comprendido los obispos del País Valenciano.

El obispo Samuel descubrió que para vivir la fe, no hacía falta despojarse de la propia identidad e injertar el cristianismo en el seno de una cultura extranjera, ya que el Concilio reconoció que todas las culturas son receptáculo de una presencia reveladora y salvadora de Dios. Por eso el obispo Samuel cambió de actitud, y de dominador, pasó a tener una gran sensibilidad para la condición indígena, defendiendo la presencia de las lenguas indígenas, actitud que deberían tener los obispos valencianos.     

"Fue el Concilio Vaticano II, con el Decreto “Ad Gentes”, que hizo que el obispo Samuel entendiese el mundo indígena de una manera diferente, no asimilando la gente a la cultura española, sino respetando y valorando la dignidad de estas culturas"

El cambio que experimentó el obispo Samuel Ruiz por lo que respecta a la defensa de les culturas indígenas, se comprueba en una anécdota que contaba él mismo: “Un día fui a una comunidad de Bachajon y me esforcé a hablar con dos hermanas indígenas. En ver la enorme dificultad que tenía para decir algunas palabras sencillas en su idioma, las dos mujeres se decían la una a la otra: “Este pobre obispo no sabe hablar”. Fue entonces cuando el catequista que lo acompañaba le dijo al obispo: “Querido obispo, ¿no he hecho yo un gran esfuerzo para llegar a ti y aprender a hablar en tu lengua? ¿Por qué no haces tu un esfuerzo para venir hacia mi, y aprendes un poco de mi lengua?”. De esta manera, los misioneros se animaron a aprender las lenguas indígenas, para practicar una evangelización adaptada a la cultura y por eso la diócesis de San Cristóbal publicó un catecismo en tzeltal y favoreció la traducción de la Biblia a las lenguas indígenas

Obispo Samuel Ruiz, de san Cristóbal de las Casas, Chiapas

Pienso que la actitud del obispo Samuel Ruiz por lo que concierne a la lengua y a la cultura del pueblo, puede ser un ejemplo que anime a los obispos valencianos a no continuar dando la espalda al valenciano. Y es que los cristianos que hablamos valenciano, a pesar de las recomendaciones del Vaticano II, continuamos sin tener un Misal Valenciano para las celebraciones de la Eucaristía. Creo que los obispos de las diócesis valencianas habrían de animar a los presbíteros a celebrar la liturgia en valenciano, ya que es muy difícil encontrar una misa en nuestra lengua en las parroquias valenciano-parlantes, cuando la mayoría de los valencianos hablamos valenciano. El cardenal Antonio Cañizares defendía diversas veces la necesidad de evangelizar la cultura. Pero creo que también es hora de que el Evangelio y la Iglesia entren en la cultura de los valencianos, en vez de darles la espalda. 

"Los cristianos valencianos pedimos simplemente una cosa tan natural, como no tener que dejar nuestra lengua en la puerta de los templos"

Los cristianos valencianos pedimos simplemente una cosa tan natural, como no tener que dejar nuestra lengua en la puerta de los templos, ya que, salvo escasas excepciones, el valenciano sigue vetado en el seno de la Iglesia Valenciana.

Sería de desear que en una próxima reunión de los obispos de la Provincia Eclesiástica Valentina, se estudiase (con toda normalidad) la manera de introducir el valenciano en la liturgia y en los estudios de los Seminarios valencianos. Hoy en día nuestra lengua solo se encuentra discriminada en la Iglesia y en el Ejército, ya que en la Administración local y autonómica, en la docencia, en el deporte y en la calle, el uso del valenciano es normal. Sería una lástima que la Iglesia continuase marginando la lengua de santos como San Vicent Ferrer o la Beata Pepa Naval, o de escritores como Ausiàs March o la abadesa Sor Isabel de Villena.   

"El uso del valenciano es normal"

   Los obispos valencianos habrían de recordar que Jesús se encarnó en su pueblo, sencillo, humilde y oprimido y en su lengua, el arameo, la lengua con que hablaba con María y José y con Pedro, Andrés y María Magdalena. Jesús no se encarnó, ni adoptó la lengua del imperio opresor, el latín, ni tampoco la lengua de la cultura dominante entonces, el griego.

Seguro que si Jesús viniese hoy al País Valenciano, también habaría valenciano. Los obispos valencianos también habrían de recordar las palabras del papa Francisco en Chiapas, cuando pidió a los obispos mejicanos que tuviesen “una singular delicadeza con los pueblos indígenas y con sus fascinantes, y no pocas veces culturas masacradas”. Y es que el papa se ha convertido en un defensor de las culturas indígenas, que, como la valenciana, ha sido menospreciada y marginada por la jerarquía. Por eso el papa pedía perdón a los indígenas, por el maltrato que han sufrido sus culturas y sus lenguas. Y por eso mismo, el papa reconoció el legítimo anhelo de los pueblos indígenas a vivir en libertad y a poder celebrar la liturgia en sus lenguas. También en la lengua de los cristianos valenciano-parlantes.     

La misa en valencià, presidida por Jesús Corbí
La misa en valencià, presidida por Jesús Corbí

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