Encuentro de jóvenes de la SSVP, 16-21 de junio en Salamanca y Madrid Carlos y Begoña: "Tiene que abrirse un tiempo donde hable el joven"

(Jesús Bastante).- La Sociedad de San Vicente de Paúl organiza para el próximo 16-21 de junio en Salamanca y Madrid su II Jornada Internacional de Juventud. Carlos Lafarga y Begoña González explican que a este encuentro van a venir gente de unos cien países: "con lo cual", añade Carlos, "la riqueza de espiritualidad, de acción social, de servicio a las personas más necesitadas va a ser tremenda".

Hoy nos acompañan Carlos Lafarga y Begoña González. Bienvenidos a Religión Digital.

B.- Muchas gracias por invitarnos.

C.- Gracias.

Es un placer teneros aquí. Y hoy más, porque vamos a hablar de un tema superinteresante: estáis en la antesala de un encuentro entre jóvenes de la Sociedad de San Vicente de Paúl, que se celebra en España; en Salamanca y en Madrid en junio. ¿No?

C.- Efectivamente.

¿Cómo es, quiénes vienen y qué vais a hacer?

C.- La Sociedad de San Vicente de Paúl es una sociedad internacional, católica, y con representación en 153 países. No van a poder venir los jóvenes de todos estos países, pero vamos a tener una representación de aproximadamente 100 naciones. Con lo cual, la riqueza de espiritualidad, de acción social, de servicio a las personas más necesitadas va a ser tremenda.

Una ONG, que es casi una ONU, de jóvenes cristianos.

B.- Pues en ese sentido esperamos que sea también un revulsivo incluso interno de movilizar a los jóvenes que están llevando a cabo acciones, proyectos, liderando en sus países también a otros jóvenes (hay que recordar que esta entidad nace en el ámbito universitario) que es donde está parte de nuestra esencia.

El joven es protagonista, líder y miembro de la comunidad eclesial estando a pie de calle. Este es también un poco el objetivo que queremos en este encuentro, y que yo creo que va a ser lo más rico: la convivencia, el compartir, el ver cómo, desde Asia hasta América, norte y sur, se está trabajando con una misma misión, que es la de acompañar, estar presente en el territorio de las personas que lo están pasando mal, que son más vulnerables. Ahí los jóvenes tiene mucho que decir: qué están haciendo y qué están aportando.

Transformar el mundo en el mundo, pero también con ese sentido de trascendencia que nos da el Evangelio y el ejemplo de san Vicente de Paúl.

C.- Exactamente, son misioneros en su tierra, y además en tierras complicadas, porque va a venir gente de República Centroafricana, de Chad, Líbano, Siria, Venezuela, Honduras... Gente que está respondiendo, y respondiendo en voz alta y de forma cercana también.

Resaltar que la Sociedad de San Vicente de Paúl atiende de una forma muy cercana a las personas necesitadas. No somos de grandísimos proyectos sino de lo concreto, de lo cercano, del cariño, de la promoción humana.

B.- Y sobre todo porque son ellos mismos, en su comunidad y en su zona donde están trabajando.

C.- Que no son paracaidistas.

B.- Exactamente. Y yo creo que ese es el valor, incluso para nosotros. Una parte de este encuentro es para que nos cuenten cómo se están viviendo ciertas situaciones y cómo se están afrontando. Porque no se trata de cooperantes que van y te cuentan lo que han visto, o un medio de comunicación que nos traslada, sino que están dentro porque son ciudadanos. Como ha pasado, por ejemplo, en muchas catástrofes incluso.

C.- Y que ellos también las han sufrido.

B.- Eso tiene el valor que decía Carlos de cercanía. El de ser una entidad laica desde ese compromiso evangélico pero que está en el territorio; con los pies en la tierra y viviendo y padeciendo. Y a veces alegrándose, que también es importante y que aunque no es la parte que contamos, también es grande.

La denuncia es una parte de la transformación, es lo que lleva a construir un mundo mejor, que al final es lo queremos. No es solo quejarnos de lo que va mal, sino actuar para que vaya mejor.

B.- Eso es.

C.- Actuar de agentes de cambio.

B.- Hablando recordaba una frase de uno de nuestros fundadores, Frédéric Ozanam, que le decía a los jóvenes: qué suerte vivir en este tiempo donde se pueden hacer grandes cosas. Y eso lo decía en 1833. Así que, en 2018 también podemos decir que tenemos suerte de poder intervenir.

En este mundo global donde hay muchas cosas discutibles, pero donde sí que es objetivamente bueno que nos enteramos de lo que sucede en otras partes del mundo. El mundo se ha hecho pequeño en ese sentido, y también nos podemos hacer más empáticos con el dolor de gente que está a miles de kilómetros y que en otras generaciones probablemente ni sabríamos que existía.

C.- En este sentido a veces nos pasa que compañeros de otros países que contactan con nosotros por whatsapp y nos comentan: ahora mismo estamos en una situación de peligro.

Recuerdo perfectamente una vez que hablamos con República Centroafricana en directo de cómo los estaban persiguiendo, cómo se estaban escondiendo en sus casa. Y ante la globalidad, como tú dices, no te puedes esconder, no puedes mirar hacia otro lado.

El congreso es del 16 al 21 de junio. Tenéis dos escenarios. Digamos que el más interno es Salamanca, que comienza el 16, y luego estáis en Madrid el 20 y el 21.

¿Cuál es la agenda en cada una de las ciudades?

B.- Los jóvenes llegarán el viernes 15 a Salamanca, donde haremos la gran acogida y comenzaremos el encuentro. Allí hemos pensado que sea un tiempo de compartir a través de conferencias, trabajos en grupo, la parte de reflexión y de que sea también un tiempo más de trabajo. En ese sentido, también habrá momentos para que los jóvenes puedan trasladar y compartir no solo para los otros jóvenes que puedan estar presentes, sino que también vamos a intentar hacer partícipes a los que no estén presentes, utilizando las nuevas tecnologías a través de videoconferencia.

Queremos que además sea un tiempo donde la parte espiritual, la de formación y de compartir sirva para recordar, desde nuestro origen, a qué estamos llamados desde esa identidad, para que también sea un tiempo para la misión y para trabajar. Y esa es la parte que vamos a intentar vivir en Madrid. Con lo cual, la parte de Salamanca va a ser un tiempo más de conferencia.

Y en Madrid, el día 19 vamos a pasar primero por Ávila. Para que santa Teresa de Jesús, como doctora de la Iglesia, nos impregne de alguna forma.

C.- Creo que lo central de este encuentro es que la Sociedad de San Vicente de Paúl y toda la Iglesia entienda que los jóvenes son fundamentales, y que su lugar es muy importante para cualquier institución. De hecho, el lema es algo así como "Jóvenes, presente y futuro de la sociedad". Realmente, una asociación sin jóvenes no puede mirar hacia adelante y, como ha dicho Begoña antes, somos una institución que nace de un movimiento de universitarios católicos y queremos recordar cuál es nuestro origen, y decirles a los jóvenes, bien alto, que ellos son los protagonistas reales de esta historia y que tienen que retomar esta responsabilidad.

Carlos Lafarga y Begoña González

Además, a nivel de la Iglesia global, justo poquitos meses después de vuestro encuentro se celebra en Roma el sínodo que ha convocado el Papa sobre los jóvenes. ¿Cómo veis la presencia y la responsabilidad de los jóvenes dentro de la Iglesia? De ese amplio espectro que llamamos Iglesia.

C.- Esa pregunta es complicada.

B.- Creo que tiene que abrirse un tiempo donde no se hable del joven, sino que sea el joven quien hable. Y se está abriendo: un nuevo tiempo como Iglesia, como comunidad, un tiempo de escuchar y de dejar de hablar de los jóvenes sin contar con ellos.

Y por otro lado, siempre hablamos de los jóvenes de cara al futuro: decimos que son la esperanza de nuestras ideas, pretensiones e intenciones de la misión. Pero yo pienso que es un tiempo para hablar del presente, porque los jóvenes están hoy, y ellos tienen también una parte; son parte de la Iglesia y de la comunidad, y tienen mucho que decir no de cara al futuro, sino de cara al presente.

Cada vez hay jóvenes más formados, más inquietos y tienen mucho que aportar. Creo que va a ser un tiempo de gracia y de apertura. Y de tener esa mente abierta a escuchar lo que los jóvenes tienen que decir al resto de la comunidad eclesial y al mundo.

Hablabas antes, Carlos, de presencia de jóvenes de distintos lugares del mundo en el encuentro. Y ponías ejemplos de países donde se están viviendo situaciones muy duras y muy dramáticas, donde hay refugiados internos y externos como Chad, Congo, Venezuela, Siria, Líbano, Jordania, etc. Vuestro congreso coincide, además, el día 20 que aún estáis aquí, con el Día Internacional del Refugiado. ¿Cómo responde la Sociedad de San Vicente de Paúl ante estos retos del refugio, de la marcha, de los desplazados, de estas personas tan vulnerables?

C.- Comentarte que, como hemos dicho antes, ellos no aterrizan en esa realidad, sino que viven en ella. Con lo cual, entre nuestros consocios también los hay que han sufrido el tenerse que ir de sus hogares, y tener que buscarse otro tipo de vida. Lo viven en primera persona y lo viven ayudando a los demás, incluso con esa dificultad.

Nosotros nos quedamos alucinados cuando nos llegan noticias desde África o desde Medio Oriente de cómo nuestros consocios, con lo poco que tienen o sacando de no hay, son capaces de hacer grandes cosas. Y sobre todo, que cuando está en una situación difícil, muchas veces lo que más queremos es que nos traten con cariño, que nos cuiden y saber que no estamos solos.

¿Cuántos sois en el mundo la Sociedad de San Vicente de Paúl? Porque no sois muy conocidos de cara al mundo mediático, pero tenéis una cantidad nada despreciable.

C.- Actualmente las cifras que manejamos es que estamos en 153 países, que somos alrededor de 800.000 socios, y contamos también con la inestimable ayuda de 1.500.000 de colaboradores que están en la órbita de esta institución. Realmente, nos definimos como una institución internacional de caridad.

Y de las grandes. Al menos en el ámbito de la iglesia, y no solo de caridad. Porque si únicamente os planteáramos en cuestión numérica y de presencia, estaríais muy por encima de muchas congregaciones y de muchos movimientos.

C.- Tenemos que salir adelante y contar cada vez más alto lo que estamos haciendo. Hay ya iniciativas y estamos desarrollando proyectos y actividades que nos están dando mayor visibilidad. Pero siempre desde la tranquilidad y de la calma de saber que quienes somos.

B.- En este caso hay una parte que a lo mejor también se desconoce de nosotros, y es que en muchos países, sobre todo desde el origen, el estar presentes en la vida pública es uno de nuestros pilares. Así que en muchos países, además de la presencia, la atención y el acompañamiento, el trabajo con las instituciones para cambiar es una de nuestras labores. Y que se hacen, y se han hecho, grandes avances. Aportaciones incluso, por nuestra presencia como miembros consultores en la ONU y en la UNESCO de informar y visibilizar. De trasladar a otros ámbitos situaciones que estamos constatando en primera persona. Realmente, al estar a pie de terreno todo se ve mucho antes de que llegue los ámbitos político e internacional.

Ese trabajo de presencia pública también es algo que hay que desarrollar mucho más para dar esa visibilidad de lo que está aconteciendo.

C.- Tú lo has dicho antes, somos un termómetro social y estamos en la calle con los problemas que tiene la gente; ni más ni menos.

Y eso es importante. Os iba a preguntar por la situación política española, pero lo vamos a dejar para otro día.

Del 16 al 21 de junio, en Salamanca y en Madrid, el encuentro de jóvenes vicentinos. Tengo muchas ganas de poder acercarme por allí para veros, conoceros, saber lo que hacéis y contarlo.

C.- Estás invitado.

Quien se quiera informar de vuestras actividades puede entrar en la web de San Vicente de Paúl, donde encontrará también el programa del congreso, que entiendo que la mayor parte es privado.

B.- Habrá también espacios donde compartir. Sobre todo en los dos momentos de eucaristía, que queremos que sean abiertas y con ese halo un poco internacional de lenguas, o por lo menos de ver muchos colores, muchas caras distintas y la gran riqueza que supone esa diversidad.

Una profunda riqueza en la diversidad, en los colores, en los ritos, en las formas, en la música... En todo.

Carlos, Begoña, ha sido un placer. Nos vemos en Salamanca y en Madrid, lo contaremos y esperamos que sigáis contándolo vosotros también aquí.

B.- Allí os esperamos. Y bienvenidos también.

C.- Muchas gracias por todo.

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