La JMJ, la visita a Auschwitz y el recuerdo de Juan Pablo II, claves de la visita de Bergoglio Francisco visita Polonia, el país más católico de Europa, bajo el impacto de la secularización
Polonia, considerado como el país más católico de Europa, acoge la Jornada Mundial de la Juventud de 2016 en un esfuerzo por hacer frente a la creciente secularización de su sociedad, especialmente entre los jóvenes, que se ha traducido en una disminución de vocaciones y de asistencia a misa.
Durante más de cuarenta años, la Iglesia católica polaca desempeñó un papel clave en la lucha contra el régimen comunista impuesto en Polonia al concluir la II Guerra Mundial y, aunque mantiene una importante influencia social, el país vive un imparable proceso en el que la religión ha pasado a ser una cuestión individual y no colectiva.
"La pérdida de peso social y cultural de la Iglesia católica polaca es un hecho irreversible, especialmente en las grandes ciudades, como también lo es la modernidad social, que a pesar de haber llegado a Polonia más tarde que a otros países del Oeste europeo es algo inevitable", explicó a Efe la socióloga Malgorzata Wos.
En este escenario, los seminarios de Polonia están cada vez más vacíos, una tendencia que preocupa a la jerarquía eclesiática a pesar de que el país cuenta con 31.000 sacerdotes relativamente jóvenes (en 2010 el 57,7% tenían menos de 50 años) y de que aporta a Europa uno de cada cuatro curas.
El número de estudiantes en los seminarios cae cada año, y en 2015 menos de 3.600 seminaristas se preparaban para el sacerdocio, cifra muy alejada de los 8.122 de 1990 o de los 6.038 en 2006, según datos de la Conferencia Episcopal polaca.
Junto a este denominada crisis de vocaciones, también la asistencia a misa se ha reducido en la última década, algo especialmente evidente entre los jóvenes.
El pasado 2008 quedó marcado como el peor año de las últimas tres décadas, al situarse la presencia en los servicios religiosos por primera vez por debajo del 40 %, un 6 % menos que en 2007.
Desde entonces las cifras se han mantenido estables y un 39,1 % de los polacos acude regularmente a la misa dominical (sobre todo en pequeñas poblaciones y en áreas rurales del Este del país) y un 16 % comulga cada domingo, según un sondeo elaborado por el Instituto Estadístico de la Iglesia Católica.
Pese a esta tendencia hacia la secularización, un 91 % de los polacos son oficialmente católicos y la Iglesia mantiene aún un importante peso en la sociedad, que recuerda el papel decisivo que jugaron miles de sacerdotes en la oposición al comunismo, el apoyo al movimiento Solidaridad y la llegada de la democracia.
Frente a ese prestigio social del que aún goza la Iglesia católica polaca, las costumbres sociales cambian rápidamente en el país, los emigrantes que regresan traen una actitud más relativista ante la vida, gran parte de los jóvenes es cada vez más consumista y quiere viajar al extranjero y los sermones dominicales interesan cada vez menos, destaca Wos.
La pérdida de peso social de la Iglesia católica contrasta con su mayor influencia en las estructuras del Estado, al menos desde que el partido nacionalista-ultraconservador Ley y Justicia asumió el gobierno en noviembre de 2015, después de ganar las elecciones con mayoría absoluta.
Esta cercanía al poder terrenal provoca que las parroquias sirvan en más de una ocasión de plataforma para transmitir las posturas de la Iglesia sobre cuestiones que van más allá de lo divino, y no es extraño que el párroco de pequeñas poblaciones recomiende a sus feligreses a qué partido votar.
La comunión con el Gobierno, por ejemplo, ha impulsado la cruzada de la Iglesia católica contra el aborto, después de que una iniciativa popular haya reunido las 100.000 firmas necesarias para llevar al Parlamento la petición de prohibir la interrupción del embarazo.
Éste es el escenario con el que la Iglesia de Polonia recibirá al papa Francisco a partir del próximo 27 de julio en Cracovia, escenario de la Jornada Mundial de la Juventud 2016.
Cientos de miles de jóvenes de todo el mundo se reunirán desde este martes, 26 de julio, hasta el domingo 31 de julio con el Papa Francisco en la XXXI Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Cracovia (Polonia), donde vivieron "los dos grandes apóstoles de la misericordia", Juan Pablo II y Santa Faustina Kowalska. Esta jornada se inscribe dentro del Año Jubilar de la Misericordia.
Durante su estancia en el país, el Papa se reunirá el 29 de julio con un grupo de 10 supervivientes de Auschwitz en el marco de una visita al antiguo campamento nazi programada en su viaje, que tendrá lugar dos días después de su llegada a Cracovia. Allí permanecerá durante dos horas sin que esté previsto que pronuncie ningún discurso aunque dejará escritas unas palabras en el libro de honor. Precisamente, en rueda de prensa en el Vaticano este 20 de julio con motivo de la JMJ, el portavoz oficial del Vaticano, el padre Federico Lombardi, enfatizó en que dichas palabras serán "muy importantes".
Durante su visita al campo, el Papa atravesará a pie el portal con la inscripción 'Arbeit macht frei' ('El trabajo nos hace libres') y luego rezará ante el 'muro de la muerte', ante el que encenderá una vela y rezará. Será después cuando tenga lugar la reunión con una decena de supervivientes del campo de concentración. El último de ellos le entregará una vela y el Pontífice encenderá una lámpara que ofrecerá al campo de concentración. Este es el lugar donde el franciscano polaco, Maxilimiano Kolbe, fue asesinado por los nazis. El 29 julio es además el día del 75 aniversario en que se ejecutó su condena de muerte. Está previsto que el Papa visite de forma privada la celda en la fue asesinado a causa de una inyección letal. A la salida, firmará el libro de honor.
Posteriormente, el Santo Padre se trasladará al campo de concentración de Birkenau donde visitará el monumento a las víctimas de las naciones, compuesto por una serie de placas que recuerdan diversas acciones conmemorativas.
El Papa es el tercer Sumo Pontífice que visite el denominado 'valle oscuro de la muerte'. Juan Pablo II visitó este campo de concentración en 1979; por su parte, Benedicto XVI lo hizo en 2006. "Francisco vivirá este momento de dolor y compasión en silencio", ha especificado Lombardi.
Ese mismo día, a las 16:30 horas, se trasladará a Prokocim donde visitará el Hospital Pediátrico Universitario, uno de los más importantes de Polonia, donde se atiende a 30.000 pacientes internados y 200.000 niños con tratamiento ambulatorios por año.
Allí, unos 50 niños esperarán al Santo Padre reunidos en la sala de recepción del hospital junto con sus padres, donde está previsto que el Papa pronuncie un discurso. También realizará una visita privada a algunas áreas de la guardia de emergencia en la planta baja, acompañado por el director y los padres de algunos niños y rezará en la capilla del hospital. El Papa Juan Pablo II visitó este hospital en el año 1971.
A las 18:00 horas, el Pontífice realizará el Vía Crucis con los jóvenes en el Parque Blonia, con capacidad para unas 600.000 personas, y al finalizar el acto, dirigirá unas palabras a los fieles. Ese día, después de la cena, el Pontífice se asomará a la ventana Papal para saludar a la multitud reunida en la plaza frente a la Residencia de los Obispos de Cracovia.
Aunque el Pontífice aterrizará en Cracovia el 27 de julio, la JMJ comenzará oficialmente un día antes, el 26 de julio, con una ceremonia de apertura y una misa presidida por el arzobispo de la ciudad polaca, el cardenal Stanislaw Dziwisz que, durante muchos años, fue secretario personal de san Juan Pablo II. Será un día después cuando el Papa, que pronunciará todos los discursos en italiano menos uno en español, llegue alrededor de las 16:00 horas (local) al Aeropuerto Internacional Juan Pablo II Cracovia - Balice, donde tendrá lugar la ceremonia de bienvenida.
Una hora más tarde está prevista su llegada al Castillo Real de Wawel, donde mantendrá un encuentro con las autoridades y el cuerpo diplomático. A continuación, y tras su visita de Cortesía al Presidente de la República de Polonia, el Santo Padre celebrará un encuentro con los obispos de esta nación en la Catedral de Wawel.
En este lugar tendrá lugar la oración silenciosa ante la tumba de San Estanislao --donde también se encuentran las reliquias de san Juan Pablo II-- y donde venerará el Santísimo Sacramento en la capilla que se encuentra detrás del altar y pronunciará un discurso. Al atardecer, en la Residencia de los Obispos de Cracovia y después de la cena, el Santo Padre se asomará a la Ventana Papal para saludar a la multitud reunida en la plaza que se encuentra frente al edificio.
El jueves 28 de julio por la mañana está previsto que el Papa se traslade a Balice, con una parada en el Convento de las Hermanas de la Presentación. A continuación, se trasladará en helicóptero a Czestochowa, para llegar al Monasterio de Jasna Góra, donde rezará en la Capilla de la Imagen Milagrosa de la Virgen Negra antes de presidir la Santa Misa en el marco de la Celebración de los 1.050 años del Bautismo de Polonia.
Esta Misa es un evento de importancia nacional, que se coloca en el marco del Jubileo del Bautismo de Polonia. El área del Santuario puede albergar a unos 300.000 fieles, donde los Obispos y muchos sacerdotes polacos concelebrarán, y a la que asistirán el Presidente de la República y las más altas autoridades del país. A las 17:00 horas en la plaza frente a la sede del Arzobispado, el Presidente de Cracovia entregará las llaves de la ciudad al Santo Padre.
Posteriormente, el Papa viajará en un tranvía ecológico hacia el Parque Blonia con un grupo de jóvenes con discapacidad y posteriormente recorrerá las calles en Papamóvil antes de que se celebre la ceremonia de acogida, en la que se espera la presencia de unos 600.000 jóvenes. Después de la cena, el Santo Padre se asomará a la Ventana Papal para saludar a la multitud reunida en la plaza frente a la Residencia de los Obispos de Cracovia.
El sábado 30 comenzarán propiamente los actos de la JMJ cuando el Papa irá al Santuario de la Divina Misericordia, atravesará la Puerta Santa y visitará la capilla en la cual reposan los restos de Santa Faustina Kowalska. Allí confesará a cinco jóvenes en italiano, español y francés. Después se trasladará al Santuario San Juan Pablo II, construido en la zona en la que el papa polaco se desempañaba como obrero en la fábrica, y posteriormente celebrará la Misa con los sacerdotes, los religiosos, las religiosas, los consagrados y los seminaristas polacos.
El domingo 31 de julio, Francisco regresará al Campus Misericordiae donde procederá a la bendición de los dos edificios de Cáritas: La Casa de la Misericordia para pobres y ancianos y la Casa del Pan, que corresponde a un almacén de alimentos para los más necesitados. Finalmente, celebrará la Misa conclusiva de la JMJ y procederá al envío de los jóvenes como testigos de la Divina Misericordia, anunciando el lugar en el que se llevará a cabo la próxima jornada.
Hasta el 19 de julio pasado, 335.437 peregrinos de 187 países distintos habían completado y pagado el registro para participar en la JMJ de Cracovia. Entre los grupos más numerosos están los peregrinos provenientes de España. Polonia es la nación anfitriona y, por tanto, la más numerosa en cuanto a peregrinos registrados. Le siguen Italia, Francia y España. En quinto lugar, EEUU y en sexto, Alemania.
Por primera vez participarán jóvenes provenientes de Kosovo, Bangladesh, Gibraltar, Palestina, Myanmar o Sud Sudán. Por orden de lenguas más habladas, la primera es el polaco, seguida del italiano, el español, el inglés y por último el portugués.
(RD/Agencias)