Los obispos lanzan 'Iglesia en Diálogo" para 'reconectar' a la juventud cara el Sínodo Raúl Tinajero: "Los jóvenes tienen mucho que decir en la Iglesia. Los necesitamos"
(Jesús Bastante).- "Los jóvenes son la esperanza, pero ya en el presente. La juventud tiene presente y futuro en la iglesia. Necesitamos de ellos". La Iglesia española quiere 'reconectar' con los jóvenes. Una tarea difícil, casi imposible, para la institución menos valorada por los chicos y chicas de nuestro país.
El Sínodo convocado por el Papa es una oportunidad, tal vez la última, para volver a presentar el Evangelio de forma atractiva. Una de las propuestas es 'Iglesia en Diálogo', que en estos días recorre las diócesis para impular a los jóvenes a "hacer lío". Raúl Tinajero es el responsable de Pastoral Juvenil de la CEE, y nos cuenta esta propuesta, en la que los obispos buscan que participen creyentes y no creyentes.
¿Qué es, y qué no es Iglesia en Diálogo?
Iglesia en Diálogo es un propuesta para escuchar al joven. Nada más. Una escucha que conlleva un diálogo y un compartir. No hay más fin.
Lo que hemos querido desde el Departamento de Pastoral de Juventud de la CEE es ofrecer una iniciativa que responda tanto al interés que la Iglesia, a través de la preparación al Sínodo, ha mostrado por llegar a todos los jóvenes para poder escucharles.
Por otro lado, esta iniciativa responde también a lo que los jóvenes nos indicaban en la encuestas recibidas, donde pedían ser escuchados, comprendidos, y que para ello debíamos generar espacios de escucha, y como ellos nos insistían, en la "calle", en espacios y lugares ajenos a la Iglesia, pero donde ellos se encuentran habitualmente.
Por lo tanto, es una oportunidad para provocar el diálogo, escuchar al joven, creyente o no, mostrar una Iglesia que escucha y dialoga, acoger sus reflexiones.
El objetivo no es convertir a los jóvenes que no creen o no viven su fe, no se trata de llevarlos a un encuentro personal con el Señor, algunos ya lo tendrán, a otros ya llegará su momento. No es un encuentro para orar, para celebrar una Eucaristía, ni tampoco una catequesis, ni un tema de formación... sólo, sólo, escucharles.
¿Qué temas abordaréis? ¿Cómo es la dinámica de trabajo?
Los temas nos los ofrece el mismo cuestionario de preparación del sínodo. Los temas centrales de las primeras cinco sesiones de Iglesia en diálogo son:
¿Se escucha hoy a los jóvenes?
¿Cuáles son los desafíos y las oportunidades de los jóvenes hoy?
¿Hay espacios para que los jóvenes puedan ser, crecer, expresarse y formarse como jóvenes?
¿Qué implicación tienes como joven en las distintas instituciones sociales de hoy?
¿Qué pides a la iglesia?
La dinámica de trabajo es muy sencilla. Una propuesta donde el protagonismo lo tengan los jóvenes y el diálogo entre ellos.
A la hora acordada, en un lugar fuera de los centros o lugares eclesiales (centros de la juventud, restaurantes, cafeterías, centro municipales, universidad, etc.).
Se debe cuidar mucho la acogida. Será el moderador, (cuyo papel es fundamental e importantísimo para que Iglesia en diálogo se desarrolle adecuadamente) el que comience, indicando que es iglesia en diálogo e invitando a presentarse.
A continuación se proyecta un vídeo de 5 minutos donde jóvenes de distintos lugares responden a las preguntas que se van a tratar, ayudando a que se provoque el diálogo. Durante una hora y media, el moderador, ayudará a que se vayan tratando de manera respetuosa los distintas preguntas que se planteen sobre el tema tratado.
Todas las aportaciones serán recogidas por un secretario, que una vez finalizado las harán llegar al Departamento de Juventud, y puedan ayudar a seguir preparando el sínodo. Todas estas aportaciones se les hará llegar a los obispos para que puedan ser llevadas al sínodo del próximo mes de octubre.
Una vez finalizada la hora y media, se agradece su presencia y aportaciones, y se les invita a una nueva sesión de Iglesia en diálogo.
¿Pueden participar creyentes de otras confesiones, o no creyentes? ¿Cómo?
Por supuesto, de hecho, esto hará que se enriquezca mucho más el diálogo.
El modo para invitar, principalmente es el tú a tú. Jóvenes que inviten a sus amigos, conocidos, compañeros de estudios o de trabajo, con los que comparten distintos momentos de su vida, y que pueden ser creyentes o no, o haberse alejado por distintos motivos.
Es cierto que puede parecer difícil, pero en ocasiones muy puntuales surgen entre ellos el tema de la Iglesia... pues es pedirles que les acompañen a estos espacios de diálogo, porque la Iglesia necesita escucharles, porque el Papa quiere escucharles, porque es importante aquello que nos puedan aportar.
A la iniciativa se han sumado todas las diócesis y muchos movimientos y congregaciones, a diferencia del cuestionario para el Sínodo. ¿es ésta una nueva forma de intentar recabar las opiniones de los jóvenes de cara al Sínodo de los Jóvenes?
Se ha ofrecido a todas las realidades de pastoral juvenil: diócesis, congregaciones, movimientos... y cada realidad lo ha asumido según sus posibilidades.
De momento no se está realizando en todas las Diócesis. Pero si es cierto que conforme se ha ido realizando durante estos días, se van sumando más lugares y mas realidades para llevarlo a cabo.
También hemos de tener en cuenta las iniciativas que ya puedan tener en sus diócesis en este orden o parecidas, para poder llegar a los jóvenes.
Es una propuesta más, pero que ha tenido una gran acogida y que muestra que queremos dar pasos firmes en la escucha del joven.
¿Qué nivel de protagonismo tiene, o debe tener, la juventud en la construcción de la Iglesia? ¿Dejamos a los jóvenes que entren de lleno en esta tarea?
El Papa Francisco, dijo en Río de Janeiro, que los jóvenes debían ser ese ventanal por donde debían entrar el aire fresco a la Iglesia.
El hecho que después de reflexionar sobre la Evangelización y la Familia, la Iglesia, centre sus preocupaciones en los jóvenes, creo que lo dice todo.
Ahora toca el poner los medios y las personas para que esto se lleve a cabo: dar protagonismo a los jóvenes, es procurar esos espacios donde ellos sean corresponsables en la evangelización; que puedan formar parte de los distintos órganos pastorales de las diócesis, congregaciones, movimientos; que se sientas escuchados y comprendidos en sus inquietudes, ...
Es cierto que va a ser una tarea larga. Pero el hecho del Sínodo nos ayudará a concienciarnos de la necesidad de ofrecer un protagonismo más real de los jóvenes en la Iglesia.
¿Cómo recuperar a esos jóvenes que asumen como suyos los valores del Evangelio de Jesús y, sin embargo, les 'repele' entrar en la Iglesia o participar de ella?
Pues primero mostrándoles que tienen un espacio donde escucharles. Que la Iglesia comprende sus circunstancias y que tiene intención por ofrecer cauces de diálogo. Mostrarles que la Iglesia no es ajena a sus preocupaciones e ilusiones. Que tienen mucho que decir y aportar. Que los necesitamos. Ayudarles a que por sí mismos descubran el lugar que deben ocupar dentro de la Iglesia. Y como Iglesia que son, se sientan protagonistas y se esfuercen por vivir los valores del Evangelio y transmitirlos.
¿Hay futuro para la juventud en la Iglesia?
Lo hay. Siempre lo ha habido. Quizá no lo hayamos comunicado o mostrado con toda la claridad que debiéramos. O quizá nos hemos quedado solo en mirar los grandes acontecimientos con los jóvenes desde una visión muy superficial. El sínodo nos ayudará a dar el lugar propio y principal que los jóvenes necesitan y deben tener en la iglesia.
Los jóvenes son la esperanza, pero ya en el presente. La juventud tiene presente y futuro en la iglesia. Necesitamos de ellos.