Domingo de Ramos: cuando un virus invisible nos descoloca Jesús Espeja: "Vivamos una Semana Santa despojada de sus vestiduras"
A largo de esta semana, el teólogo dominico Jesús Espeja nos ofrecerá sus reflexiones diarias para vivir esta Semana Santa en cuarentena, marcadas por el impacto del coronavirus
"Para todos confinados en nuestras casas por miedo al virus y sin fármacos suficientes para combatirlo, será una Semana en que nos encontramos desvalidos ante un enemigo microscópico"
"Este año el viacrucis es de verdad y las figuras que hacen la procesión son de carne"
"Cuando este “superhombre” se cree dueño y señor único del universo, un virus le cierra en casa y le deja desarmado ¿No será un indicativo para que cambiemos de mentalidad y de lógica en el camino de nuestra liberación?"
"Este año el viacrucis es de verdad y las figuras que hacen la procesión son de carne"
"Cuando este “superhombre” se cree dueño y señor único del universo, un virus le cierra en casa y le deja desarmado ¿No será un indicativo para que cambiemos de mentalidad y de lógica en el camino de nuestra liberación?"
La expresión “despojada de sus vestiduras” evoca para los cristianos un estación del Vuacrucis . “Jesús es despojado de sus vestiduras”. En nuestra situación marcada por la pandemia, puede evocar una Semana Santa despojada de procesiones. solemnidades litúrgicas, o tiempo de vacaciones. Para todos confinados en nuestras casas por miedo al virus y sin fármacos suficientes para combatirlo, será una Semana en que nos encontramos desvalidos ante un enemigo microscópico.
Este año no habrá viacrucis con solemnidad religiosa. Ni procesiones masivas con bellas esculturas o con imágenes adornadas de joyas y flores. Este año el viacrucis es de verdad y las figuras que hacen la procesión son de carne. Personas del mundo sanitario que por curar heridas ellos mismos se contagian, hombres y mujeres que siguen trabajando para que los demás puedan subsistir, ciudadanos conscientes y responsables que se privan de sus gustos pensando en el bien común.
En esta situación que también sufro quiero reflexionar desde mi fe cristiana sobre el significado que puede tener una Semana Santa vivida en “el despojo”.
Como en el camino de Jesús hasta en Calvario, en este viacrucis de verdad hay muchos trances dolorosos y muchas caídas. Nos vemos despojados de nuestros vestidos y costumbres habituales hasta encontrarnos con la cruz desnuda.
Pero desde la fe o experiencia cristiana, dos convicciones dan confianza. Todo sucede en la Presencia de Dios amor, aunque no todo lo que sucede sea causado ni querido por El. Sufrimiento y cruz cuando se viven desde y por amor, tienen sentido y nos hacen crecer en humanidad. Dolor y confianza van unidos en esta meditación.
Domingo de Ramos: Dos visiones enfrentadas
Lectura del evangelio sobre la entrada mesiánica de Jesús en Jerusalén
- Significativamente el Mesías libertador esperado no llega montado sobre un caballo como los poderosos del mundo sino en un asno signo de la mansedumbre y de la humildad.
“La gente muy numerosa iba delante y detrás de él, gritaba: ¡bendito el que viene en el nombre del Señor!…Pero algunos de los fariseos que estaban entre la gente dijeron Jesús: Maestro, reprende a tus discípulos”
2. La sociedad judía donde nació, creció y murió Jesús de Nazaret, soñaba con una liberación definitiva; ese anhelo utópico de una felicidad sin sombras que todos llevamos dentro. Aquella sociedad judía era religiosa; esperaba que la liberación fuera obra de un Mesías enviado por Dios. Pero había dos visiones sobre el mesianismo.
Según la visión de muchos, el Mesías llegaría con poder para satisfacer las carencias del pueblo judío y liberarlo de sus enemigos. Lo importante era cumplir ritos y normas religiosas. Una visión muy metida entre aquella gente que, al ver la multiplicación de los panes, aclaman a Jesús y quieren hacerle rey.
Pero la conducta y la trayectoria de Jesús hablan de otro mesianismo; de otra visión, y de otro camino hacia la utopía de de la liberación y de la felicidad. No es la lógica del poder que se impone por la fuerza ni los ritos religiosos en consorcio con esa lógica del poder, El camino es el amor que sirve a los demás y se da gratuitamente para el bien de los otros.
Son las dos visiones que vemos en el relato evangélico de este domingo. “La multitud de discípulos”, lo sencillos, escuchan, acogen y saltan de alegría celebrando el mesianismo del amor que practica y propone Jesús. Pero los soberbios arrogantes – tipificados en “los fariseos”- pegados a sus privilegios sociales, siguen obsesionados en ser dueños de la situación, no toleran que los sencillos aclamen Jesús y acaban condenando al verdadero Mesías.
Lógica del descarte
3.Abrimos la semana santa en el enfrentamiento de estas dos visiones. En un mundo globalizado con exclusión, se ha impuesto la lógica del poder, del mercado y del descarte. Nos hemos lanzado a un progreso técnico sin precedentes y desbocado, abrigando incluso la pretensión de crear una inteligencia artificial que sea otro mdelo superior de ser humano; en asa pretensión un poco ilusoria empleamos los recursos que necesitan millones de personas para sobrevivir. Cuando este “superhombre” se cree dueño y señor único del universo, un virus le cierra en casa y le deja desarmado ¿No será un indicativo para que cambiemos de mentalidad y de lógica en el camino de nuestra liberación? El enclaustramiento forzoso de estos días puede ser oportunidad para responder a este interrogante.