CATOLICO ES UNIVERSAL, NO ULTRAMONTANO







01. LECTURAS DE GRAN CONTENIDO.
Las lecturas de este domingo son especialmente potentes dado su hondo calado y nos hacen tomar conciencia de dos dimensiones, dos valores más que notables en la existencia: el UNIVERSALISMO, y el AMOR.

02 UNIVERSALISMO.

El profeta Elías es enviado a ayudar a una viuda de Sarepta (Sidón), y Eliseo es enviado a un leproso sirio: a Naamán, ambos extranjeros, paganos. Jesús es de talante universal, abiertos y vive en esa tesitura.

TRES CONSIDERACIONES O POSTURAS SOBRE EL UNIVERSALISMO
1. Amar la propia familia, el pueblo en el que uno ha nacido, la propia cultura es bueno y es un modo sensato de ser en el mundo.
Ahora bien, de esa actitud no se puede derivar que lo mío es lo único y lo mejor del universo y tampoco es sensato pensar que lo que no es como yo soy o como yo pienso, como yo vivo y quiero, es malo o de segunda división.
La estima de lo nuestro: nuestra cultura, nuestro pueblo, nuestros idiomas, nuestra música, gastronomía, no significa que hayamos de despreciar a los demás ni mirarles por encima del hombro.
2. Por otra parte, universalismo no es lo mismo que globalización. La globalización tiene sus aspectos positivos -especialmente en el orden científico y tecnológico- pero el universalismo no significa estandarización de la vida, el arrasar con todas las culturas y que todo el mundo se pliegue ante un poder hegemónico. Globalización es que todo el mundo tenga ordenador, móvil, vaya a la moda de EEUU y beba coca-cola. Universalismo es acoger al que pasa en pateras, respetar el pensamiento de los demás, no imponer mis modos y maneras…
3. El universalismo consiste también en vivir un evangelio que es para todos, no para la jerarquía y los poderosos, sino sobre todo para los pobres, como son pecadores. Al mismo tiempo el evangelio requiere explicaciones y aplicaciones diversas según los momentos, los problemas, las situaciones, etc.
La verdad, el evangelio es uno, pero sus aplicaciones y mediaciones pueden ser diversas.
4. El universalismo es la actitud personal de vivir abiertos de mente y corazón a todos, y ello desde la igualdad fundamental de los seres humanos, creados a imagen y semejanza de Dios. El universalismo cree firmemente que la salvación es para todos. Dios ofrece su salvación a todos los seres humanos.

Católico significa universal. Somos católicos por nuestra apertura los demás, a los demás pueblos y culturas, a otras mentalidades de dentro y fuera de la Iglesia. Muchas veces donde no hay apertura y universalismo es el propio seno de la Iglesia católica. Muchos obispos y curas de la Iglesia católica, determinados movimientos religiosos de la iglesia católica, no son universales ni abierto, no son católicos Demos gracias a Dios por que el papa Francisco es hombre de mentalidad abierta y universal.

03. AMOR.

San Pablo en la primera carta a los Corinitos hace un espléndido canto al amor. Todos los aspectos que apunta san Pablo son importantes y superan el marco del comentario de una homilía; más bien son para meditarlos.
El amor es lo único que hacer salir al ser humano de su guarida, de su propio “yo”. Quien se pasa la vida pensando en sí mismo, es imposible que llegue a abrirse por el amor a los demás: ni a la Verdad, ni que se alegre del bien ajeno, ni respete los modos y estilos de vida de los demás. Quien vive pensando todo el día –y toda la vida- en sí mismo, en su salud, en su economía, en sus derechos, en lo que le corresponde, en su poder, ese tal no vive, porque no ama.
En el fondo el amor es una postura inteligente propia solamente del ser humano. Las posiciones de odio, de mantener enfrentamientos, las posiciones enquistadas, de agresión fanática no es que sean solamente éticamente malas, sino que más bien son poco inteligentes: aunque solamente sea por el hecho de que se vive mejor en paz que en guerra y odio. Los odios, enrocamientos, los “no diálogos”, los atrincheramientos fanáticos político-eclesiásticos son posiciones poco inteligentes, propias de etapas anteriores a Atapuerca.

04. DIMENSIÓN POLÍTICA DEL AMOR.

Llama poderosamente la atención cómo en la vida social, política, incluso eclesiástica, hay dimensiones casi completamente ausentes, entre ellas el amor, el perdón, la verdad, la esperanza, la alegría por el bien ajeno, la afabilidad, que curiosamente son los valores de Cristo y son valores que construyen personas. Más bien en nuestra sociedad predominan la competitividad, la lucha, el poder, el brillo social, las multinacionales que explotan y son los rectores del poder.
La democracia es una buena manera de gobernar los pueblos. Pero, probablemente, la sola democracia no lleve a una sana convivencia. Una justicia sin caridad fácilmente terminará en venganza. El amor, el perdón, los encuentros, acuerdos, etc. son elementos necesarios de toda convivencia.
El amor cristiano tiene una vertiente política (polis significa: ciudad y por derivación: comunidad, convivencia).
Por desgracia se suele decir que la iglesia no debe entrar en política. La función de mediación, de propiciar el diálogo, la paz y la pacificación es algo muy humano y evangélico. En el fondo es abrir caminos a la paz y al amor.


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