Crítica de Aradillas al libro de Vicente Talón Historia de una sumisión: Franco y la Iglesia
¿Quién o quienes sometieron? ¿Fue Franco a la Iglesia, o fue la Iglesia y su Episcopado quienes lo hicieron con Franco? ¿Fue este, o los otros, los más convencidos de que, tanto religiosa como políticamente, “la carne de los curas resulta ser siempre indigesta”?
Con un más que” plusquamperferto“ placet de amistad, de cordialidad y de “profesionalidad de toda la vida” , acaba de hacerme llegar a las manos un ejemplar del libro “Franco y la Iglesia “ (1936-1975) escrito por Vicente Talón, con la dedicatoria siguiente: “Para mi amigo y compañero Antonio Aradillas, ejemplo de coherencia y de valor, que me ayudó con sus recuerdos en la elaboración de este libro. Pozuelo de Alarcón, 13 de unió 2022”.
Vicente Talón Ortiz, era, y sigue siendo y encarnando el estilo del periódico PUEBLO. Procedía de la Escuela Oficial de Madrid , Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense y Doctor en Historia Contemporánea por la Universidad de San Pablo-CEU y redactor-enviado especial de “El Correo-El Pueblo Vasco” de Bilbao y posteriormente del diario PUEBLO de Madrid, (1966-1985)
De la “vida y milagros” como ejemplo de profesional del periodismo es suficiente referir que:
“a lo largo de su periplo como enviado especial informó sobre guerras, revoluciones y zonas conflictivas de todos los continentes habiendo visitado buena parte de los países del mundo. Consiguió algunas exclusivas dignas de destacarse como haber sido el primer español “con pasaporte franquista” que fue autorizado a entrar en la Unión Soviética (1966) y en la República Popular de China (1973) . También entrevistó a numerosos exponentes entre los que figuran Moammar el Gadafi, Yasser Arafat , los presidentes argentinos Levingston y Videla y, por pura casualidad, cuando aún era desconocida en España, a la luego famosa Madre Teresa de Calcuta”.
Y, por fin y como síntesis y exponente de cuanta historia, literatura y observación de la vida, personal y ajena, el amigo Vicente en la frontera de su jubilación decidió afrontar el tema de “Franco y la Iglesia -“historia de una sumisión”- , con originalidad y abundancia de documentación escrita y oral y además y sobre todo, con honradez, y teniendo que afrontar riesgos similares a los de sus guerras y batallas más insospechadas.
Tesis doctoral y, a su vez, libro de divulgación, resulta ser la nueva obra de Vicente Talón, de interés universal, y más español, en las perennes y frágiles relaciones de la Iglesia- Estado, con protagonista en nuestro caso de “Franco, el hábil negociador que sacaría de casillas a Adolfo Hitler , en Hendaya ; el señor bajito, de voz atiplada y sin carisma y que en sus relaciones con la Iglesia extrajo su otro “yo”: un YO las más de las veces tan manso como desconcertante”.
“Y es que concedió , con escasas salvedades , lo que desde el ámbito eclesial -doméstico o romano- se le solicitaba e incluso fue mucho más lejos de lo esperable en su prodigalidad durante las negociaciones del Concordato de 1953…cuando no solo él sino la nación que encabezaba fueron ofendidos por el papa Pablo VI, quien puso a España públicamente , al nivel de los que hoy llamaríamos “Estados fracasados”, y sin que hubiera reacción alguna cuando esa ofensa pontificia la llevo Pablo VI al balcón de la Plaza de San Pedro, lanzándola “urbi et orbi”, ya en los estertores del Régimen”
.¿De cuándo le vino su acérrimo antifranquismo al papa Montini?. Las teorías son varias, sin descartar el anti- “musulmanismo” que caracterizó a toda su familia. Subrayan el dato de que otro Montini, su hermano, se alistara en las Brigadas Internacionales, muriendo en una de las batallas que en territorio español estas libraran contra el ejército de la “Cruzada”.
Y de entre las preguntas de vibrante actualidad que suscita la lectura del libro de Vicente Talón, sugiero estas: ¿Quién o quienes sometieron? ¿Fue Franco a la Iglesia, o fue la Iglesia y su Episcopado quienes lo hicieron con Franco? ¿Fue este, o los otros, los más convencidos de que, tanto religiosa como políticamente, “la carne de los curas resulta ser siempre indigesta”?
En la página 283 el autor recoge este párrafo de uno de sus informadores:
“El Episcopado español vivía casi totalmente al margen de los grandes problemas internacionales, dado que a duras penas había viajado y ni conocía´ ni practicaba lenguas, procediendo el noventa por ciento de las cátedras de los seminarios , siendo la mayor parte canonistas y con poca experiencia pastoral …A su impreparación teológica y pastoral se unía su ligazón con el Régimen, lo que explica que en este estado de cosas , salvo raras excepciones , “soportó” más que “aceptó”, el Concilio Vaticano II”
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