Liturgia del 15º DOMINGO ORDINARIO 2024 (B)
Comentario inicial:
Nos han enseñado que venir a Misa es una obligación y es necesario rogar a Dios para que nos conceda su auxilio y sus favores. Pues ni una cosa ni otra. Hay que aprender a "cambiar de mentalidad", es decir, a convertirnos a la racionalidad de Jesús, a la REALIDAD de nuestra vida. Utiliza tu cabeza para comprender.
Si vienes a Misa, es porque quieres VER mejor el "Camino de Humanización" que Jesús nos propone. Y, dada nuestra fragilidad y limitaciones, querrás tener la FUERZA necesaria para ser constante en ese Camino.
A eso venimos voluntariamente a Misa: A impregnarnos de de la LUZ del Señor y a recargar nuestra batería interior de ENERGÍA, es decir de la DETERMINACIÓN de vivir de acuerdo a la LUZ y VIDA del Evangelio. "Mi yugo es suave y mi carga ligera", nos dejó dicho el Señor.
La Misericordia de Dios la tenemos asegurada. Toda la Creación ha salido del derroche de su Amor. Es absurdo pedir lo que ya tenemos asegurado.
En esta Misa adoptaremos una "actitud ACTIVA", conscientes de que solo NOSOTROS podemos y debemos cambiar. Nos expresaremos en PRESENTE y no pediremos lo que ya se nos está dando. Lo reconoceremos, lo agradeceremos y nos comprometeremos a adherirnos a Jesús y seguir sus pasos.
Dios no puede cambiar con nuestras oraciones, Él es inmutable y todo lo tiene muy bien hecho. Vamos a intentar parecernos al Padre y hacerlo todo bien, como Jesús.
MONICIÓN DE ENTRADA
El amor permanente y entrañable de Dios Padre, que nos habita y sostiene, la presencia luminosa de Jesús Resucitado, su Luz y el impulso de su Espíritu ESTÁN con todos vosotros.
La gente ordinaria, como tú y como yo, salimos al mundo con el mensaje de Jesús, sin otra cosa que ofrecer que la Buena Nueva del evangelio, y sin embargo el evangelio se ha expandido a lo largo y ancho del mundo. En los primeros siglos después de la venida de Jesús, la mayoría de los conversos eran ganados para el evangelio. Cuando se percataban de ver cómo vivían los cristianos, cómo adoraban o daban culto a Dios y cómo se amaban y servían los unos a los otros. De esa manera vivieron y predicaron el corazón mismo del mensaje evangélico. ¿No será quizás esta sencillez y sinceridad de vida lo que precisamente necesitamos hoy en día? Con el Señor Jesús en medio de nosotros, reafirmamos nuestra unión con Él y la fraternidad entre nosotros.
ACTO DE RECONOCIMIENTO
Nos han enseñado desde antiguo que debemos reconocer nuestros pecados, lo negativo que hay en nosotros. Y si bien esto es cierto, más importante es reconocer nuestros dones, todo lo bueno que tenemos. Porque la oscuridad no se vence reconociendo una y otra vez la negrura que nos inunda, sino encendiendo la luz. Y, con toda seguridad, tenemos más luces que sombras. Éstas se hacen visibles sólo cuando hay luz.
Por eso comenzamos la celebración dando gracias a Dios Padre por los dones humanos que nos ha dado y comprometiéndonos a usarlos para nuestra maduración personal y para contribuir al bien común.
Queremos vivir el don de la PAZ cultivando cada día nuestra paz interior y construyendo con los hermanos la paz en nuestros ambientes y en el mundo. Por eso decimos: NOS COMPROMETEMOS SEÑOR
Queremos vivir el don de la ALEGRÍA, la alegría interior de sentirnos amados y acompañados por Ti nuestro Padre, y la alegría de compartir la vida con los hermanos. Por eso decimos: NOS COMPROMETEMOS SEÑOR
Queremos comprometernos a vivir los dones de la BONDAD y la AYUDA preocupándonos de nuestro desarrollo personal y ayudando a los demás en todo lo que podamos. Por eso decimos: NOS COMPROMETEMOS SEÑOR.
Dios Padre amoroso TIENE siempre misericordia de nosotros, conoce nuestras limitaciones y nos guía de su mano a la vida eterna.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo…
Tú que quitas el pecado del mundo, TÚ TIENES PIEDAD DE NOSOTROS...
Tú que quitas el pecado del mundo, TÚ ATIENDES NUESTRAS SÚPLICAS…
Tú que estás sentado a la derecha del Padre, TÚ TIENES PIEDAD DE NOSOTROS…
ORACIÓN COLECTA
CONTIGO IRÉ, SEÑOR
Si soy padre, hablaré a mis hijos de tu poder y de tu gracia, que eres PADRE que protege, acompaña y anima. Que habla, con autoridad, en momentos de indecisión, y corrige con palabras de comprensión y ternura.
CONTIGO IRÉ, SEÑOR
Si soy madre, les transmitiré a los míos el amor y la ternura que se dan en tu corazón. Les haré ver que, en Ti, está la salvación que tus brazos siempre esperan que en tu regazo siempre haya un lugar para, después del abandono y alejamiento, volver al encuentro.
CONTIGO IRÉ, SEÑOR
Si soy hijo, daré gracias a tu nombre. Por la juventud de mis días porque, tal vez sin aún yo saberlo, me llamas a ser de los tuyos a ser profeta, sacerdote o amigo que anuncie tu Reino.
CONTIGO IRÉ, SEÑOR
Si soy sacerdote, levantaré una y otra vez mis manos hacia el cielo, bucearé una y otra vez en mi ser más íntimo para buscar tu fuerza y tu presencia, para que nunca les falte a tus hijos el pan consagrado de la Eucaristía o la fortaleza de tu Santo Espíritu. El aliento, cuando el mal asoma Tu Bendición, cuando el mundo deja de sorprendernos y nos deja tirados en el suelo.
CONTIGO IRÉ, SEÑOR
Si soy cristiano, bendeciré tu nombre. Porque me llamas a ser instrumento de tu amor. Porque permites que sea de los tuyos. Porque me hablas de una ciudad eterna. Porque me dices que, los que viven junto a mí, lejos de ser adversarios, son hermanos. Porque, cumplir la voluntad de Dios, sus bienaventuranzas y sus mandamientos es camino seguro para llegar a buen puerto.
CONTIGO IRÉ, SEÑOR
Lectura del Profeta Amós. 7,12-15
En aquellos días, dijo Amasías, sacerdote de Betel, a Amós:
- Vidente, vete y refúgiate en tierra de Judá: come allí tu pan y profetiza allí.
No vuelvas a profetizar en «Casa de Dios», porque es el santuario real, el templo del país.
Respondió Amós:
- No soy profeta ni hijo de profeta, sino pastor y cultivador de higos.
El Señor me sacó de junto al rebaño y me dijo:
Ve y profetiza a mi pueblo de Israel.
Salmo 84
R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación
Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos.»
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R/.
La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R/.
El Señor nos dará lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos. R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (1,3-14):
Bendito sea Dios, Padre nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra.
Por su medio hemos heredado también nosotros. A esto estábamos destinados por decisión del que hace todo según su voluntad. Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria. Y también vosotros, que habéis escuchado la palabra de verdad, el Evangelio de vuestra salvación, en el que creísteis, habéis sido marcados por Cristo con el Espíritu Santo prometido, el cual es prenda de nuestra herencia, para liberación de su propiedad, para alabanza de su gloria.
Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,7-13):
En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.
Y añadió: «Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.»
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.
HOMILÍA
El gran músico Puccini compuso varias óperas famosas. Pero en 1922, cuando está escribiendo Turandot, se le declaró un cáncer mortal. Puccini dijo a sus discípulos:
- "Si yo no termino esta ópera, quiero que ustedes, mis discípulos, la terminen por mí".
Poco después moría. Sus discípulos pusieron manos a la obra y cuatro años más tarde, en 1926, la ópera Turandot se estrenaba en Milán. La ópera comenzó y funcionó a la perfección. Pero, cuando terminó el último trozo de la parte de Puccini, el director de la orquesta se detuvo, se dirigió al público y llorando dijo:
- "Hasta aquí el trabajo del maestro".
Un gran silencio embargó el teatro. Pero el director enarbolando la batuta, y entre lágrimas y sonrisas, exclamó:
- "Y aquí comienza el trabajo de sus discípulos". Y continuó la ópera hasta el final.
Lo mismo hizo Jesús: como buen líder sabio, perspicaz y realista, prepara e implica a sus discípulos en la misión. El no se hace imprescindible, y quiere dejar su puesto y su misión a otros, Y ¿cómo los prepara?
- En primer lugar hace que los discípulos estén con Él, que se sientan a gusto con Él, que tengan confianza en Él, que se sientan aceptados por Él. No se trata de aprender las cosas por un libro, sino de identificarse con Él, vivir como Él. Así se asimila y se aprende mejor su mensaje.
- Segundo: "Jesús los envió" como en plan de prueba. No es una iniciativa de los discípulos. La palabra “apóstol” significa “enviado.”
- Tercero: Los envía de dos en dos. Y esto ¿por qué?
- Primero: Un compañero da fuerza. Si uno cae el otro le ayuda a levantarse. Se viven mejor los fracasos y se goza más los triunfos.
- Segundo: La compañía de una segunda persona da credibilidad. Aunque de ellos sólo hable uno, el otro al estar presente le da validez.
Y ¿pará qué los envía?
- A predicar la conversión: así empezó también Jesús su misión, llamando a la conversión. ¡Ojo! No se trata, como muchas veces se nos ha explicado de pedir perdón por los pecados, sino de tener un cambio de actitud, y dejar que sean los valores que movían a Jesús los que muevan también nuestra vida: el amor, la compasión, la humildad, la ayuda mutua, la alegría.
- Curar enfermos: podemos pensar: “¿cómo vamos nosotros a curar enfermos si no tenemos idea de medicina?”. Para curar las enfermedades físicas ya están los médicos. Pero hay otras enfermedades que sí podemos curar. Nos dice el evangelio que “expulsaban espíritu inmundos”. En aquella época se llamaban espíritus inmundos a las causas de muchas enfermedades que tenían más bien un origen espiritual. Hoy los espíritus inmundos que debemos expulsar son los de: la soledad, la crispación, la tristeza, la depresión, el aislamiento, el cansancio, las cobardías.
Y cuento una experiencia personal que viví en mi niñez y juventud: entonces no había centros médicos como hoy, había un médico que vivía y atendía a los pacientes en su casa, y muchas veces los visitaba en sus propias casas. Mi abuelo (que para mí fue mi padre) tenía problemas cardíacos y también muchas veces bronquitis. Yo fui testigo de cómo las visitas que le hacía el médico cuando estaba en cama le hacían mucho más bien que las propias medicinas que le recetaba.
Las personas necesitan, necesitamos ciertamente medicinas, pero sobre todo necesitamos sentirnos queridos, apoyados, ayudados y acompañados. Y eso es ni más ni menos lo que nos enseña a hacer Jesús.
CREDO
Sacerdote.- ¿Creéis en Dios, que es nuestro Padre, que ha hecho todas las cosas y nos cuida con amor?
Todos.- Sí, Creemos.
Sacerdote.- ¿Creéis en Jesucristo, que ha puesto su Morada entre nosotros, para hacernos conocer a Dios Padre?
Todos.- Sí, Creemos.
Sacerdote.- ¿Creéis en el Espíritu Santo que vive entre nosotros, y anima a la Iglesia y a todos para hacer un mundo mejor?
Todos. Sí, Creemos.
Sacerdote: ¿Creéis en la resurrección y en la Vida eterna, que ya comenzamos a disfrutar aquí y disfrutaremos plenamente al final de nuestro camino por esta vida?
Todos. Sí, Creemos.
ORACIÓN UNIVERSAL
Hermanos, nuestra misión como discípulos nace de la misma misión de Jesús, y encuentra en ella su origen, sentido y modelo. Oremos.
Queremos ser anuncio y palabra de Jesús
• La Iglesia debe prolongar la misión de Jesús sin triunfalismos; siendo testimonio de lo justamente necesario, respetando siempre la libertad humana y religiosa de toda persona.
Queremos ser anuncio y palabra de Jesús
• Los que nos decimos discípulos de Jesús queremos huir del instalamiento o acomodamiento, siendo cauce de la Presencia liberadora del Maestro.
Queremos ser anuncio y palabra de Jesús
• Todos nosotros somos conscientes de que la misión supone ser una palabra comprometida, que interpele, movilice y aliente en la construcción de una sociedad más humana y justa.
Queremos ser anuncio y palabra de Jesús
• Deseamos seguir el ejemplo de los misioneros, que viven con gozo su día a día posibilitando y promoviendo la liberación de toda persona de cualquier atadura o tristeza en cualquier lugar del mundo.
Queremos ser anuncio y palabra de Jesús
• Deseamos que los agentes de pastoral de la salud sean delicados, tiernos, cuidadosos junto a los que sufren por enfermedad, siendo la voz de Jesús sanador en medio de tanto sufrimiento.
Queremos ser anuncio y palabra de Jesús
Padre bueno, en nuestras comunidades de fe queremos ser humilde anuncio de la palabra de Jesús, viviendo con sencillez y gozo nuestro ser colaboradores en la construcción del Reino. Te damos las gracias por tu hijo Jesús. Amén.
En el momento de presentar la OFRENDA de toda la Iglesia oremos a Dios Padre Misericordioso
El Señor reciba de tus manos esta OFRENDA…
ORACIÓN OFRENDAS
Te ofrecemos, Señor, el pan y el vino. Junto a ellos ofrecemos, también nuestras vidas: vidas llenas de ilusiones y fracasos, vidas llenas de alegrías y tristezas, vidas llenas de esfuerzos y sacrificios, pero vidas llenas de amor y de amistad. Tu lo convertirás todo en pan de vida y bebida de salvación, ayudándonos con ello para que nuestros esfuerzos sean provechosos para vivir tu Reino dentro de nosotros y hacerlo presente en el mundo. PJNS
PREFACIO
El Señor ESTÁ con vosotros…
Levantemos el corazón…
DAMOS gracias al Señor nuestro Dios…
Te bendecimos, Padre,
te damos gracias por todos aquellos
que escuchan tu voz sin conocerte,
y por los que se mantienen fieles a Ti.
Te damos gracias,
porque nos has creado libres,
responsables, justos y solidarios.
Te damos las gracias por llamarnos.
Nosotros intentamos seguirte en tu Hijo Jesús.
Reconocemos que nuestra fe es débil
y nuestro compromiso sencillo.
Pero, hoy, nos reunimos en tu nombre
para alabarte y darte gracias.
Ahora, nos unimos a los Profetas,
Enviados, Apóstoles y Misioneros,
y a todas las personas de buena voluntad,
para entonar juntos el himno de alabanza
diciendo:
SANTO, SANTO, SANTO…
CONSAGRACIÓN y PLEGARIA
Te damos gracias, Señor,
por tu Hijo Jesucristo.
Él llamó a los Apóstoles para que le ayudaran,
y sigue llamando a nuevos apóstoles de nuestro pueblo,
para proclamar su Buena Nueva: el Evangelio.
Te alabamos porque tu Reino continúa entre nosotros a pesar de las envidias, miedos y opresiones.
Recibimos tu Espíritu con alegría
para que santifique este pan y este vino y
se conviertan para nosotros
en el sacramento del Cuerpo y + la Sangre de Jesús, en la Persona y la Vida de Jesús, aquí significadas.
El mismo Jesús,
poco antes de morir,
nos dio la prueba de tu Amor.
Cuando estaba sentado a la mesa con sus discípulos, tomó el pan,
dijo una oración para bendecirte y darte gracias,
lo partió y lo dio a sus discípulos, diciéndoles:
TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL,
PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.
Del mismo modo, tomó el cáliz lleno de vino,
te dio gracias con la plegaria de bendición
y lo pasó a sus amigos, diciendo:
TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL,
PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS
Y TODOS LOS HOMBRES
PARA ILUMINAR VUESTRAS VIDAS.
HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.
ÉSTE ES EL SACRAMENTO DE NUESTRA FE.
Así pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la entrega y resurrección de tu Hijo, te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de salvación, que son símbolo de su entrega y fidelidad hasta el final, y te damos gracias porque nos haces sentir tu presencia.
Deseamos movidos por el Espíritu Santo vivir en el amor y la unidad cuantos participamos del sacramento del Cuerpo y Sangre de Cristo. Y ser así signo de amor y unidad para todos los seres humanos.
Tú acompañas y alientas Señor, a tu Iglesia extendida por toda la tierra; y con el Papa Francisco, con nuestro Obispo N., y todos los pastores que cuidan de tu pueblo, la llevas a su perfección por el amor y la caridad
Te damos gracias por nuestros hermanos que durmieron en la esperanza de la resurrección, y en tu misericordia; Tú los has acogido en tu casa para siempre
Tú tienes misericordia de todos nosotros, y así, con María, la Virgen Madre de Dios, su esposo san José, los apóstoles y todas las personas sencillas y de buena voluntad confiamos por tu Hijo Jesucristo, compartir la vida eterna y cantar tus alabanzas.
V/ Por Cristo, con Él y en Él…
PADRENUESTRO
PADRE Y MADRE NUESTRA
EN QUIEN SOMOS Y VIVIMOS.
Santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo
TÚ NOS DAS HOY
NUESTRO PAN DE CADA DÍA.
TÚ PERDONAS NUESTROS PECADOS
Y NOSOTROS QUEREMOS PERDONAR
A LOS QUE NOS OFENDEN.
No nos dejes caer en la tentación.
Y líbranos del mal. Amen
CORDERO DE DIOS
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Tú TIENES piedad de nosotros
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Tú TIENES piedad de nosotros
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Tú NOS DAS la paz
Jesús nos invita a ser pan partido y repartido para los demás.
ORACIÓN FINAL
ILUMÍNAME, SEÑOR, Y MÁNDAME
Con tu Espíritu para que ofrezca y cante tu plan de salvación, tu locura por la humanidad Con tu presencia para que lejos de sentirme sólo en la tribulación seas mi consuelo en las dificultades un cayado donde apoyarme en los fracasos un aliento para seguir adelante.
ILUMÍNAME, SEÑOR, CON TU PALABRA
Para que, las mías, nunca sean las más importantes ni mis gestos sean el centro de muchas miradas, ni mi persona sea un muro entre el hombre y el Misterio, ni mis ideas eclipsen la grandeza del evangelio.
ILUMÍNAME, SEÑOR, CON TU MIRADA
Para que mire al mundo con amor y no con pena. Para que observe los acontecimientos con esperanza. Para que cerrando mis ojos sienta que, los tuyos, miran por donde yo avanzo. Para que, sin juzgar y trabajando, sepa que no soy yo el que siembro sino tu mano poderosa quien sostiene la mía.
ILUMÍNAME, SEÑOR, CON TUS ABRAZOS
Para que, con ellos, mantenga alzada la luz de la fe ayude a quien necesite una palabra o un amigo levante al que, la vida, lo ha dejado arrastrado, ame a los que, incluso, rechazan mi misión. En Ti confío, Señor, no quede defraudado envíame y, que seas Tú Señor, el centro de lo que digo, siento, predico y hago. Amén.
BENDICIÓN
El Señor os bendice, os guarda
y en sus palmas os lleva tatuados.
Os acompaña en todos los caminos.
Y hace prósperas las obras de vuestras manos.
Sentíos siempre abrazados y bendecidos por este Dios enamorado,
Padre, Hijo y Espíritu Santo. AMÉN.