El mensaje al Pueblo de Dios se conocerá este miércoles Aguiar: “Todo dependerá de poner en práctica lo que estamos aquí diciendo que debe de ser la Iglesia”
“La sinodalidad es el modo en que podemos vivir la comunión”
Como Iglesia no quedarse estancados en pequeñas cosas, y asumir la responsabilidad y llevar el amor de Dios al mundo
“El meollo de la cuestión es la escucha”
No nos tiene que extrañar la diversidad, las maneras, contextos son distintos, pero todos con los mismos criterios
“El meollo de la cuestión es la escucha”
No nos tiene que extrañar la diversidad, las maneras, contextos son distintos, pero todos con los mismos criterios
| Luis Miguel Modino, enviado especial al Vaticano
Tres cardenales, Schönborn, Aguiar y Aveline, y la Hna. Samuela Maria Rigon fueron los participantes de la primera rueda de prensa de la última semana de la Asamblea Sinodal del Sínodo de la Sinodalidad, que concluirá su primera sesión el próximo domingo con la celebración de una Eucaristía en la Basílica de San Pedro. Una semana en la que el trabajo está centrado en el Documento de Síntesis y en el Mensaje al Pueblo de Dios, cuyo borrador fue presentado este lunes a la asamblea y que se aprobará y publicará el miércoles.
Fe, esperanza y caridad como frutos
Un Sínodo que es visto por el cardenal Christoph Schönborn como el mejor de su vida, por la disposición de los participantes y por estar trabajando de forma muy positiva. En cuanto a los frutos espera que, a ejemplo del Concilio Vaticano II, se coseche un aumento de fe, esperanza y caridad. Un Sínodo que después de más de 50 años de la institución del Sínodo de los Obispos, tiene como objetivo cómo vivir la comunión en la Iglesia, una comunión con Dios abierta a todos los hombres y mujeres.
El arzobispo de Viena resaltó que “la sinodalidad es el modo en que podemos vivir la comunión”. El punto focal es la visión de la Iglesia en Lumen Gentium, donde se dice que la Iglesia es Misterio, la Iglesia es el pueblo de Dios, como previo a la jerarquía, insistiendo en que la base de la sinodalidad es el Bautismo. El cardenal reflexionó sobre cómo las conferencias episcopales europeas están atrás en estructuras de sinodalidad con relación a otros continentes, resaltando la sinodalidad presentes en las iglesias orientales, algo explícito en este Sínodo, que tienen esta dimensión en el corazón, lo que se hace visible en la asamblea de los fieles.
Un camino sinodal que el cardenal Carlos Aguiar abordó desde la perspectiva de la transmisión de la fe, recordando su primera participación en un sínodo, el de la Nueva Evangelización en 2012, lo que en su opinión tuvo continuidad en el Sínodo de los Jóvenes y el Sínodo de la Amazonía.
No quedarse estancados en pequeñas cosas
El cardenal Aveline, arzobispo de Marsella, dijo haber llegado a su primer Sínodo con diversas emociones, con un sentimiento de curiosidad, ante personas que proceden de todo el mundo, pero que después de un mes descubrieron muchas cosas juntos. Un Sínodo en un mundo en crisis, que en este mes empeoró. Ante ello llamó a como Iglesia no quedarse estancados en pequeñas cosas, y asumir la responsabilidad y llevar el amor de Dios al mundo.
El cardenal francés reflexionó sobre la poca participación en su país en el proceso sinodal, sobre el método de la conversación en el Espíritu, que hace ver que tenemos una responsabilidad común en el bautismo, sobre la importancia de poder hablar con libertad. Destacando la importancia de esta última semana para encontrar un acuerdo sobre las cuestiones que quedan pendientes, llamó a remangarse la camisa y ponernos a trabajar. Igualmente insistió en la importancia de los 11 meses entre las dos sesiones de la asamblea para que la semilla germine, “un periodo en el que tenemos que ser todo oídos, escuchar lo que está brotando”, concluyó.
Por su parte la Hna. Rigon, pese a su resistencia inicial, ve su participación como “una llamada de Dios al servicio de nuestra Iglesia. Aportar mi contribución como mujer bautizada y consagrada, me está haciendo tocar con las manos la universalidad de la Iglesia, la procedencia de situaciones de las que muchas veces no se habla, experiencia de universalidad. Desde la humildad, dijo sentir que “puedo contribuir con mi granito de arena y estamos construyendo un mosaico muy bonito”. Según la religiosa, “recibimos una semilla importante y Dios la ayudará a crecer en nosotros y por nosotros”. Recordando las palabras de San Francisco de Asís: “hoy empiezo a ser un cristiano diferente”, dijo ver esto como algo que nos ayudaría a transformar el rostro de la Iglesia, y ofrecer el rostro misericordioso y amigo de Jesús.
Poner en práctica
El cardenal Aguiar insistió en que “si ponemos en práctica lo que aquí ya hemos definido, conversado, vivido, hay camino. Si no lo hacemos, si solamente nos quedamos en la escucha y no llevamos a la vida diaria, a nuestras responsabilidades, pues no pasa nada. Así que todo dependerá de nosotros al regresar a nuestras diócesis y poner en práctica lo que estamos aquí diciendo que debe de ser la Iglesia”.
En la misma línea, Schönborn insistió en que este método, con diferentes variantes, “son elementos clave que cambian de una forma fundamental la situación de la Iglesia de hoy”. Un método que propone como específico para solucionar los problemas de la guerra en el mundo, llamando a asumir un método sinodal, con escucha e intercambio, por parte de las Naciones Unidas para poder seguir adelante.
El meollo es la escucha
Un método en el que, según la religiosa, “el meollo de la cuestión es la escucha”, un aspecto que no podemos descuidar en todos los niveles de la vida y de la Iglesia. Por eso dijo apreciar mucho “el hecho de que todos pudimos hablar y ser escuchados”, definiéndolo como muy constructivo, sin olvidar que el primer mandamiento de la Biblia es “Escucha Israel”.
Un Sínodo en el que el cardenal Schönborn no ve problema en que haya participación de los no obispos, pues el Sínodo “es un ejercicio del Pueblo de Dios”, en comunión con el Papa, con los obispos y con los fieles de la Iglesia. Un ejercicio como Pueblo de Dios que está “arraigado en la corresponsabilidad colegial en aras de la vida de la Iglesia”, una experiencia muy positiva. De hecho, destacó que en el sínodo siempre hubo expertos laicos, diciendo recordar intervenciones de expertos laicos que fueron cruciales para el Sínodo.
El arzobispo de Viena definió como una vergüenza que los cristianos no estén unidos, pero sabemos que si los cristianos utilizasen bien la unidad sería posible encontrar una fuerza añadida. Una unidad en la que para el cardenal Aguiar no nos tiene que extrañar la diversidad, las maneras, contextos son distintos, pero todos con los mismos criterios. Una unidad que se hizo presente en la oración ecuménica del 30 de septiembre, afirmando que el anhelo de unidad crece en la contemplación de Cristo en la Cruz, en la debilidad de Cristo como signo de unidad. Por ello, insistió en que “el camino en aras de la unión conlleva una conversión”.
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