Homilía en el penúltimo día de la Asamblea General de la CNBB Cardenal Steiner: "En la atracción del Padre despertamos a la gratuidad del seguimiento de Jesús, huyendo de moralismos, de ideologizar la fe"
El Padre atrae a todos, pero, por desgracia, no todos, quizá ni siquiera nosotros, nos damos cuenta de que somos atraídos
"No es con necesidad, sino con placer; no es con violencia, sino con deleite como somos atraídos”
Una "atracción" que nos hace delicados "para no ser rehenes de nosotros mismos, de nuestras ideas, de nuestras ideologías, de nuestros dogmatismos"
Vida religiosa, "hacer visible en la Iglesia cuanto el Padre atrae en Jesús"
La Campaña de la Fraternidad es una invitación "a construir una fraternidad, una hermandad, que transforme la vida en sociedad, haciéndola más sana, más convivencial"
Una "atracción" que nos hace delicados "para no ser rehenes de nosotros mismos, de nuestras ideas, de nuestras ideologías, de nuestros dogmatismos"
Vida religiosa, "hacer visible en la Iglesia cuanto el Padre atrae en Jesús"
La Campaña de la Fraternidad es una invitación "a construir una fraternidad, una hermandad, que transforme la vida en sociedad, haciéndola más sana, más convivencial"
La Campaña de la Fraternidad es una invitación "a construir una fraternidad, una hermandad, que transforme la vida en sociedad, haciéndola más sana, más convivencial"
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
En el día en que la 61ª Asamblea General de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, que tiene lugar en Aparecida del 10 al 19 de abril de 2024, conmemoró el 70º aniversario de la creación de la Conferencia de Religiosos y Religiosas de Brasil y el 60º aniversario de la Campaña de la Fraternidad, el arzobispo de Manaos, cardenal Leonardo Steiner, reflexionó sobre ser atraído por el Padre, por el "encanto transparente del Padre", que encanta, maravilla.
El Padre atrae a todos
El Padre "atrae a los enfermos del cuerpo y del espíritu: a los hambrientos, a los ciegos, a los mudos, a los cojos, a los leprosos, a los de mal espíritu, a los de espíritu mudo; atrae a los vagabundos de las calles y de los caminos, a los de las esquinas de la vida, para que participen en el banquete de la atracción (cf. Mt 22,1-14). Atrae a todos, pero, por desgracia, no todos, quizá ni siquiera nosotros, nos damos cuenta de que somos atraídos. Jesús, dándose cuenta de que eran atraídos por el Padre, los colmó de pan, les dio un nuevo horizonte, les dio manos, pies, caminos, los purificó, los transformó en cuerpo y espíritu. Salieron saciados, llevando sus camas, volviendo a la vida familiar y religiosa", subrayó el cardenal Steiner.
Destacó "la posibilidad de ser hijo en el Hijo", subrayando que "no le buscaríais si él no os hubiera buscado primero; no le amaríais si él no os hubiera amado primero", inspirándose en las palabras de San Bernardo. "Lo que atrae es el amor; ¡la atracción amorosa! Un amor que busca, que seduce, porque atrae. El texto sagrado insinúa que no se trata de una atracción ocurrida en el pasado, sino que, en el amor, el Padre ‘atrae’ hasta el encuentro amoroso en el Reino definitivo. Una invitación a estar cada vez más en sintonía con este amor atrayente", subrayó el arzobispo.
Atraídos con deleite
Según el cardenal, "no es con necesidad, sino con placer; no es con violencia, sino con deleite como somos atraídos. No sólo los sentidos tienen su deleite, sino también el alma. Y un deleite para el alma la 'atrae' hacia el Padre". Recordó a algunos de los atraídos: "basta leer a Francisco de Asís, a Teresa de Ávila, a Teresita del Niño Jesús, a Helder Cámara, a Dom Luciano Mendes, a Santa Dulce de los Pobres, basta mirar a nuestros pobres, que viven atraídos por Dios, basta acompañar a nuestros peregrinos". Ser atraídos nos hace "disponibles, encantados, activos, libres y liberados", subrayó.
"En la 'atracción' nos despertamos a la gratuidad del seguimiento de Jesús, huyendo de moralismos, de ideologizar la fe, de pensar que podemos aprisionar en conceptos y dogmatismos las delicias atractivas del Padre", subrayó el cardenal. Y es que en la "atracción está la libertad, la gracia de poder responder libremente a la atracción", alertando contra el orgullo, que nos lleva, según San Agustín, a "considerar que hemos llegado a Cristo por el poder de nuestra propia voluntad, por nuestra propia decisión, por nuestras propias fuerzas".
No ser rehenes de dogmatismos
Una "atracción" que nos hace delicados "para no ser rehenes de nosotros mismos, de nuestras ideas, de nuestras ideologías, de nuestros dogmatismos". La "atracción" es casi “un empujón que nos empuja hacia fuera, para ponernos en camino como las mujeres y los hombres que buscaban a Jesús". Se trata de una "atracción" que nos hace dejarnos atrapar "por la alegría, por la fecundidad de la vida", que "abre constantemente posibilidades existenciales frente a la dura y a veces aniquiladora cotidianidad", que aporta "una maternidad paternal hacia los necesitados, los desamparados, los que la sociedad rechaza, los que caminan y navegan sin destino, sin puerto, sin camino, sin río, ¡sin llegada!", dijo el cardenal. Desde esta perspectiva, cuestionó la necesidad de que "en las Orientaciones para la Acción Evangelizadora de la Iglesia en Brasil se haga audible, papable, palpable, visible la 'atracción' del Padre".
Al hablar sobre los 70 años de la Conferencia de Religiosos de Brasil, el cardenal, religioso franciscano, definió la vida religiosa como "hacer visible en la Iglesia cuanto el Padre atrae en Jesús". Según él, "con la CRB recordamos el testimonio de la 'atracción' del Padre, recordamos la mística de la gratuidad, damos gracias por la profecía de la Vida Religiosa y esperamos que continúe siendo signo de esperanza". Insistió en ver el 70 aniversario de la Vida Religiosa Consagrada como "una invitación a reconocer que la vida religiosa consagrada es la expresión de la fuerza atractiva de Dios y de la correspondencia al amor atractivo". Es también una llamada "a renovar la gracia de la misión recibida: a seguir viviendo la libertad del Evangelio, a ser presencia del Reino de Dios en todos los espacios y geografías que el Espíritu envía", invitando a "dar gracias por todo lo que la CRB ha ofrecido para la renovación de la vida religiosa, a mantener vivo el carisma de cada familia religiosa, a ser presencia de cercanía y liberación de los pobres, a ser signo de esperanza transformadora de la 'atracción' del Padre".
Campaña de la Fraternidad: conversión y liberación
El cardenal Steiner definió la Campaña de Fraternidad como "una expresión de la fuerza atractiva del Padre, como un camino de conversión y liberación. En el camino salvífico de la Cuaresma, nos despertamos a la benevolencia atractiva de Dios meditando, orando, discutiendo tantas realidades que contradicen el Reino, el cuidado amoroso de Dios". Llamándonos a ser fraternos en todo, porque nos atrae el amor, dijo que "la fraternidad sólo es posible cuando el amor guía nuestras palabras y nuestra escucha, nuestras relaciones".
Recordando el lema para 2024, "Todos sois hermanos", el cardenal insistió en que "la fraternidad no nace de la dominación, sino de la atracción", viendo la Campaña de la Fraternidad como una invitación "a construir una fraternidad, una hermandad, que transforme la vida en sociedad, haciéndola más sana, más convivencial", a participar del derecho a ser ciudadano, a llevar una vida digna, a ser respetado como ser humano. "Una fraternidad universal, porque vivimos en una casa común, y cada ser participa en la obra de la creación", insistió. Recordó los 60 años de "realidades visibilizadas que nos han hecho caer en la cuenta de que no corresponden a la fuerza atractiva de Dios en Jesús", de "realidades discutidas, meditadas, rezadas, dialogadas, que podían despertarnos a la grandeza de la atracción de Dios en la atención a los más pobres". La Vida Religiosa y la Campaña de la Fraternidad "nos fueron enviadas como Felipe, para que pudiéramos leer la fuerza de 'atracción' del Padre en Jesús, la vida del Reino, y continuar nuestro camino con alegría".
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