Principales elementos de la segunda semana del Sínodo Comunión y corresponsabilidad con peregrinación intermedia marcan la semana en el Sínodo
La comunión es “el fundamento de la realidad y la fuente del ser de la Iglesia”
“Un Sínodo libre, un Sínodo que tiene la libertad de hablar y hacer hincapié en todas las grandes cuestiones”
“El bautismo de las mujeres no es inferior al de los hombres”
La misión en el ambiente digital, “un territorio idóneo para una iglesia sinodal misionera en la que todos los bautizados asumen corresponsabilidad por evangelizar”
Una mujer como presidenta delegada en la Asamblea Sinodal, “un símbolo de esta apertura y de este deseo de que todos caminemos en igualdad y juntos”
“El bautismo de las mujeres no es inferior al de los hombres”
La misión en el ambiente digital, “un territorio idóneo para una iglesia sinodal misionera en la que todos los bautizados asumen corresponsabilidad por evangelizar”
Una mujer como presidenta delegada en la Asamblea Sinodal, “un símbolo de esta apertura y de este deseo de que todos caminemos en igualdad y juntos”
Una mujer como presidenta delegada en la Asamblea Sinodal, “un símbolo de esta apertura y de este deseo de que todos caminemos en igualdad y juntos”
| Luis Miguel Modino, enviado especial al Vaticano
La primera sesión de la Asamblea Sinodal del Sínodo de la Sinodalidad que está siendo realizada en el Aula Pablo VI del Vaticano de 4 a 29 de octubre vivió una semana más. Desde el lunes 9 de octubre al sábado 14, los miembros del Sínodo de las Mesas Redondas han completado el segundo Módulo, el B1, y han iniciado los trabajos del Módulo B2, el tercero en que está dividido el Instrumentum Laboris.
La comunión fundamento y fuente del ser Iglesia
Ambos módulos siguieron el mismo esquema, una introducción del relator general, un análisis desde la espiritualidad y la teología y varios testimonios. En el Módulo B1, que tenía como tema destacado la comunión, el cardenal Hollerich afirmó que “la Santísima Trinidad es la base de todas las comuniones”, e insistió en que “todos están invitados a formar parte de la Iglesia”. Por su parte, el padre Timothy Radcliffe presentó la Iglesia sinodal como “aquella en la que nos formemos para un amor sin posesiones”, y la teóloga Anna Rowlands dijo que la comunión es “el fundamento de la realidad y la fuente del ser de la Iglesia”, llamando a pensar “en la comunión como primera y última palabra de un proceso sinodal”. Una presentación completada con cuatro testimonios de cómo vivir la sinodalidad desde Brasil, las iglesias orientales y el mundo asiático.
En este camino sinodal somos llamados de descubrir que la diversidad nunca es una amenaza, pues hay “diferentes maneras de hacer las mismas cosas”, como dijo el cardenal Tobin en rueda de prensa, insistiendo en que sea “un Sínodo libre, un Sínodo que tiene la libertad de hablar y hacer hincapié en todas las grandes cuestiones”. Un Sínodo en el que Liliana Franco dijo no sentir “que existan agendas ocultas”. Un camino sinodal que para que se haga realidad es necesario pasar del “yo” al “nosotros”, para ser así “orquesta sinfónica en la que cada uno tiene su instrumento”, como afirmó el cardenal Lacroix, que insistió en que “nos ayuda a descubrir la presencia del Señor en cada bautizado”.
Corresponsabilidad en la misión
En esta Asamblea Sinodal, que sigue el método de la conversación espiritual en los llamados círculos menores o comunidades para el discernimiento comunitario, distribuidos en 35 mesas redondas, una dinámica que está siendo muy alabada por los participantes, es necesario respeto, sensibilidad y acogida para resolver lo difícil y complejo, que evidentemente existe.
Tras una visita a las Catacumbas de Roma, un momento en que los participantes de la Asamblea Sinodal pudieron respirar el aire de los primeros cristianos, el viernes iniciaron los trabajos del tercer Módulo, que pretende profundizar en la corresponsabilidad en la misión, buscando compartir los dones y tareas al servicio del Evangelio. Una misión que es de todos los bautizados, hombres y mujeres, “el bautismo de las mujeres no es inferior al de los hombres” señaló el cardenal Hollerich, que destacó la importancia de la misión en el campo virtual.
Reconocer a las mujeres por el bien de la Iglesia
En ese sentido, la Monja benedictina Maria Grazia Angelini con relación a un mayor reconocimiento y promoción de la dignidad bautismal de la mujer, lo definió, inspirada en las actitudes de Jesús y en la vida de las primeras comunidades cristianas, como algo no mundano, “sino del bienestar de la Iglesia”. Algo que se expresa en la “Corresponsabilidad Sinodal en la Misión Evangelizadora”, un aspecto que fue presentado por el teólogo argentino Carlos Galli.
Lo que supone esa corresponsabilidad en la práctica fue presentado en los testimonios, que reflexionaron sobre el papel de la mujer en la Iglesia, cuya andadura “está llena de cicatrices, de coyunturas que han supuesto dolor y redención”; sobre la misión en el ambiente digital, “un territorio idóneo para una iglesia sinodal misionera en la que todos los bautizados asumen corresponsabilidad por evangelizar”; y del obispo, llamado a promover “una comunión misionera dentro de la Iglesia diocesana" y "favorecer una mentalidad configurada por el pensamiento sinodal".
Una Congregación General, la del viernes 13, pues por primera vez en la historia, una mujer, la religiosa mexicana Dolores Palencia, que ha vivido sus más de 50 años de Vida Religiosa en las periferias, asumió el papel de presidenta delegada en una asamblea sinodal. “Una experiencia muy profunda, muy emocionante, de estar sentada en la misma mesa redonda junto con el Papa”, según la religiosa de la Congregación de San José de Lyon, para quien ese servicio la sirve para “darme cuenta que esto quiere ser una manera de vivir para siempre y en adelante la corresponsabilidad que tenemos todos y todas como bautizados”, y lo ve como “un símbolo de esta apertura y de este deseo de que todos caminemos en igualdad y juntos”.