Reunidos en Manaos de 19 a 22 de agosto V Encuentro de la Iglesia en la Amazonía brasileña: “Ser una Iglesia cada vez más integrada en la realidad”
“Reunirnos es siempre importante, para crear más comunión, para pensar juntos en la evangelización, para permanecer fieles al espíritu misionero de nuestra Iglesia en la Amazonía, para revisar nuestro camino”
“Un encuentro donde podamos seguir soñando, para ser una Iglesia profundamente encarnada, teniendo en cuenta los sueños del Papa Francisco”
“La REPAM-Brasil quiere ser un servicio eclesial, articulado con muchos movimientos y muchas organizaciones de la sociedad civil, buscando preservar los derechos de nuestros pueblos, de nuestros territorios y de nuestra Amazonía como un todo”
“Construir nuevos caminos para la Iglesia en la Amazonía, para la ecología y para el territorio”
Hay preocupación en la Iglesia amazónica por el clericalismo y el tradicionalismo, pasando a primer plano la cuestión de la formación sacerdotal y el papel de la mujer en la Iglesia
“La REPAM-Brasil quiere ser un servicio eclesial, articulado con muchos movimientos y muchas organizaciones de la sociedad civil, buscando preservar los derechos de nuestros pueblos, de nuestros territorios y de nuestra Amazonía como un todo”
“Construir nuevos caminos para la Iglesia en la Amazonía, para la ecología y para el territorio”
Hay preocupación en la Iglesia amazónica por el clericalismo y el tradicionalismo, pasando a primer plano la cuestión de la formación sacerdotal y el papel de la mujer en la Iglesia
Hay preocupación en la Iglesia amazónica por el clericalismo y el tradicionalismo, pasando a primer plano la cuestión de la formación sacerdotal y el papel de la mujer en la Iglesia
Luis Miguel Modino, corresponsal en Latinoamérica
El V Encuentro de la Iglesia en la Amazonía brasileña, organizado por la Comisión Episcopal Especial para la Amazonía y la Red Eclesial Panamazónica (REPAM-Brasil), comenzó este 19 de agosto, reuniendo a los obispos y otros representantes de las 58 iglesias locales de esta región en Manaos. Hasta el día 22 será abordado el tema “La Iglesia que se hizo carne, extiende su tienda en la Amazonía: Memoria y Esperanza”.
Pensar juntos a evangelización
El hecho de “reunirnos es siempre importante, para crear más comunión, para pensar juntos en la evangelización, para permanecer fieles al espíritu misionero de nuestra Iglesia en la Amazonía, para revisar nuestro camino”, según el arzobispo de Manaos y presidente del Regional Norte1 de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB Norte1). Un camino misionero y sinodal para la Iglesia en la Amazonía, con horizontes muy bellos y significativos, según el cardenal Steiner. Se trata de “llegar a ser una Iglesia cada vez más integrada en la realidad”, recordando la encarnación propuesta en Santarém, desafiada a realizarse en realidades diferentes.
El presidente del Consejo Indigenista Misionero (CIMI) subrayó la necesidad de “insertarnos cada vez más en la vida de los pueblos indígenas”, hablando de la dificilísima situación ambiental de la Amazonía. El cardenal Steiner destacó el estímulo del Papa Francisco a tener en cuenta toda la realidad, una perspectiva que “nos anima, pero es una perspectiva exigente, porque no podemos dejar a nadie atrás. Queremos caminar juntos, pero teniendo en cuenta las realidades que vivimos”.
El encuentro comenzó con una celebración marcada por la vida de la Iglesia y de los pueblos de la Amazonía, seguida de la apertura oficial del encuentro, que representa una gran alegría para la archidiócesis de Manaos, según su arzobispo. El cardenal Steiner pidió que “sea un encuentro donde podamos seguir soñando, para ser una Iglesia profundamente encarnada, teniendo en cuenta los sueños del Papa Francisco”, y a partir de ahí “ser una Iglesia que realmente cante a la libertad, y al cantar a la libertad, si se encarna en las culturas que existen aquí, podemos ser realmente un signo de esperanza”.
Caminar en comunión
Una alegría compartida por el arzobispo emérito de Huancayo (Perú) y presidente de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (Ceama), cardenal Pedro Barreto, quien recordó que “es un fruto del proceso sinodal vivido en esta querida región”. Destacó la larga historia de la Iglesia en la Amazonía, subrayando la necesidad de “ser conscientes de que tenemos una herencia sagrada de nuestros predecesores que trabajaron en la Amazonía”. El cardenal Barreto agradeció “todo el esfuerzo para caminar en comunión, participando todos de la única misión de Cristo”.
En nombre de la presidencia de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB), el obispo auxiliar de Brasilia y secretario general de la CNBB, Mons. Ricardo Hoepers, recordó la larga historia de encuentros de la Iglesia en la Amazonía, que comenzó con la primera reunión interregional en 1952, destacando que “la perseverancia nos enseña que vale la pena continuar este proceso con todo entusiasmo”. Reflexionó sobre los retrocesos que están ocurriendo cada día en la Amazonía, citando la deforestación, y mostrando la preocupación de los obispos brasileños por los pueblos originarios, “estos son los que más sufren”, denunciando “la gravedad de las cosas que están ocurriendo en nuestro país”, algo que les preocupa y a lo que buscan dar respuesta. Mostró la apertura de la CNBB a todos, y recordó el tema de la Campaña Fraternidad 2025, sobre la ecología integral, “una oportunidad para sensibilizar a todo Brasil”.
Dar una señal de vida y esperanza
La Red Eclesial Panamazónica (REPAM), que celebra su décimo aniversario, está presente en el territorio y, según su vicepresidenta, la hermana Carmelita Conceição, ha mostrado sus alegrías y preocupaciones. Citó la realidad de la sequía, que desafía a “dar una señal de vida y esperanza en la Amazonía”, viendo el encuentro como una ayuda para “ver qué hacer y cómo posicionarnos ante tantos desafíos”.
La representante del gobierno brasileño, Kenarik Boujikian, secretaria nacional de Diálogos Sociales y Articulación de Políticas Públicas de la Secretaría General de la Presidencia de la República, dijo que el papel de la institución que representa es mantener el diálogo de la sociedad civil y de los movimientos sociales con el gobierno, recordando la importancia de los movimientos populares para el Papa Francisco. Destacó la importancia del diálogo, presentando un cuaderno de respuestas a las demandas de la Iglesia brasileña, que no pretende dar soluciones, sino que es una herramienta de trabajo, dividida en cuatro ejes: emergencia climática; derechos de los pueblos de las aguas, del campo y de los bosques; regularización de tierras: denuncias y violaciones de derechos en los territorios. Es un cuaderno para hacer nuevas construcciones, pequeñas cosas que realmente pueden tener un impacto.
Preservar los derechos
En esta coyuntura, “la REPAM-Brasil quiere ser un servicio eclesial, articulado con muchos movimientos y muchas organizaciones de la sociedad civil, buscando preservar los derechos de nuestros pueblos, de nuestros territorios y de nuestra Amazonía como un todo”, según su presidente, Mons. Evaristo Spengler, obispo de Roraima. Respondiendo al cuaderno de respuestas, el obispo dijo que “nuestras acciones apoyan y visibilizan las iniciativas de comunidades, pastorales y organizaciones eclesiales, basadas en una espiritualidad encarnada, en defensa de la vida de los pueblos y de la biodiversidad amazónica para construir el buen vivir”, algo que se hace con fe y esperanza.
Recordó la visita realizada a 13 ministerios y otras organizaciones del gobierno brasileño, trayendo los resultados de la escucha a los pueblos, que se tradujo en el cuaderno de respuestas. Frente a una situación que tiende a empeorar, Mons. Evaristo Spengler agradeció las respuestas del gobierno, destacando la importancia de las políticas públicas necesarias para cuidar de nuestra casa común, de la Creación y de nuestra querida Amazonía.
Construir nuevos caminos para la Iglesia en la Amazonía
El arzobispo de São Luis y presidente de la Comisión Episcopal Especial para la Amazonía, Mons. Gilberto Pastana, recordó a los miembros de la comisión desde su creación en 2003, que hoy está formada por los presidentes de los regionales de la Amazonía brasileña. Mostró su deseo que sea un encuentro de “gran convivencia, de compartir vida y misión, y de compromiso con la causa del Reino”, para dar continuidad a las conclusiones alcanzadas en el IV Encuentro, celebrado en Santarém en 2022. Recordando el tema y el lema, destacó la importancia del proceso de escucha realizado en preparación del encuentro, para “construir nuevos caminos para la Iglesia en la Amazonía, para la ecología y para el territorio”.
Insistiendo en que “la misión nos desafía”, dijo que “queremos ser fieles a los desafíos del Señor”, llamando a “dar continuidad a toda esta riqueza recogida y constatada en los avances, dificultades y desafíos en nuestra acción evangelizadora”. Pidió también “fortalecer nuestro compromiso misionero”, e “identificar los pasos concretos que el Espíritu Santo está revelando a la Iglesia en Amazonía para realizar y hacer crecer la comunión, la misión y la participación”.
Frutos de la escucha
Cada uno de los seis regionales en que se divide la Iglesia en la Amazonía Legal, siguiendo las preguntas enviadas con antelación, presentó los resultados de las escuchas. Entre los muchos y ricos aportes realizados, cabe destacar que las personas están siendo afectadas en su esencia y esto está afectando a la estructura eclesial, que tiene que ver con este modelo de fe que se está desarrollando. Hay un sentimiento de cansancio entre las comunidades y los agentes, y hay preocupación en la Iglesia amazónica por el clericalismo y el tradicionalismo, pasando a primer plano la cuestión de la formación sacerdotal y el papel de la mujer en la Iglesia. Hay también algunas reivindicaciones que se refieren al cuidado de la casa común y a la proximidad con los pobres.
Una Iglesia que nunca debe olvidar la dimensión del Reino, donde las comunidades tienen una importancia decisiva y que tiene el desafío de tener una mayor presencia en las comunidades indígenas, de no perder la dimensión sinodal que ha estado presente durante muchos años en la Iglesia de la Amazonia, más aún frente a la individualización de la vivencia religiosa, que crea un desajuste pastoral y nos desafía a buscar formas de ser una Iglesia más profética, a fortalecer la vida de las comunidades.