La Asamblea insiste en la corresponsabilidad En una Iglesia Sinodal, “quien ejerce autoridad tiene que hacerlo descalzo”
“Sinodalidad no significa uniformidad, sinodalidad significa caminar juntos a partir de nuestras culturas diferentes”
“Es fundamental saber lo que significa ser una Iglesia sinodal, cómo vivir esta experiencia”
“Si crecemos en sinodalidad, entonces el Sínodo habrá dado sus frutos, pero el Sínodo no está intentando tomar decisiones”
“Si crecemos en sinodalidad, entonces el Sínodo habrá dado sus frutos, pero el Sínodo no está intentando tomar decisiones”
| Luis Miguel Modino, enviado especial al Vaticano
La Asamblea Sinodal del Sínodo de la Sinodalidad, que está trabajando el último módulo del Instrumentum Laboris, que tiene como tema “Participación, responsabilidad y autoridad” ha reflexionado en las últimas horas sobre el ejercicio de la autoridad, destacando en palabras de Paolo Ruffini que “quien ejerce autoridad tiene que hacerlo descalzo”.
Corresponsabilidad en todos los niveles de Iglesia
De lo vivido en las últimas horas el prefecto del Dicasterio para la Comunicación destacó el impacto de la oración por los migrantes y refugiados realizada en la Plaza de San Pedro en la tarde-noche del jueves. Igualmente, la necesidad de participación de todos los que forman parte de la Iglesia en el ejercicio de la corresponsabilidad en todos los niveles de Iglesia, insistiendo en “al obispo le corresponde la última palabra, pero no la única palabra”.
En la misma línea, Sheila Pires, secretaria de la comisión de comunicación del Sínodo, destacó de lo vivido en la Sala Sinodal, el empeño en la erradicación del clericalismo entre el clero y también entre los laicos. Con relación a todos los tipos de abuso, algo que hizo perder autoridad a la Iglesia, se ha insistido en la necesidad de ejercer medidas de control, algo a lo que la sinodalidad puede ayudar. Se ha abordado también la necesidad de un mayor control de las estructuras financieras, la revisión del Código de Derecho Canónico, de reforzar las estructuras sinodales ya existentes, sin caer en parlamentarismos, y de ver el ambiente digital como territorio de misión, dada la necesidad de llegar a las personas donde están, de encontrar a tantos jóvenes que están en las redes sociales.
Dos obispos y dos religiosas en la rueda de prensa
A la rueda de prensa fueron invitados dos obispos, Mons. Gintaras Grušas, arzobispo de Vilna (Lituania) y presidente del Consejo de Conferencias Episcopales Europeas y Mons. Tarcisio Isao Kikuchi, arzobispo de Tokio y presidente de Caritas Internacional, y dos religiosas, la irlandesa Mary Teresa Barron, presidenta de la Unión Internacional de Superioras Generales, y la siria Houda Fadoul, de la Iglesia greco-católica.
Mons. Grusas destacó la importancia de la Etapa Continental en el proceso sinodal, una novedad en Europa, una experiencia que está ayudando en la Asamblea Sinodal, donde se insiste en la importancia de la formación en esta manera de ser Iglesia. Ese trabajo a nivel continental como Iglesia y entender cómo funcionan las estructuras eclesiales a ese nivel es fundamental, así como la necesidad de la conversión del corazón, “llegamos con nuestra mentalidad y el compartir nos ayuda a crecer, a cambiar nuestro punto de vista, a revisar nuestra vida, es un proceso muy fuerte que nos permitirá crecer como Iglesia”.
Experimentar la unidad en la diversidad
Una experiencia que a la Hna. Houda Fadoul, que agradece al Santo Padre, a quien define como un hombre de oración, por la iniciativa, la ha servido para transmitir la experiencia de su Iglesia greco-católica a las otras iglesias, afirmando que “estamos experimentando la unidad y diversidad”, y que el compartir y rezar ayuda a superar las dificultades. Un camino del que espera que pueda dar frutos para la Iglesia y para el mundo entero.
Una sinodalidad que tiene mucho que ver con la cultura, según señaló el arzobispo de Tokio, que trabajó como misionero en África. En sus palabras destacó que “nosotros japoneses no hablamos mucho, nos gusta el silencio, que es fundamental, para nosotros es difícil expresarse”, lo que hace de gran importancia la experiencia de los círculos menores, algo que dice está funcionando. Algo que ayuda a experimentar la unidad en la diversidad de la Iglesia católica, que es universal, afirmando que no se puede esperar que una solución funcione inmediatamente para todos. “Sinodalidad no significa uniformidad, sinodalidad significa caminar juntos a partir de nuestras culturas diferentes”, enfatizó, definiendo a Cáritas como una organización sinodal, que involucra a todos.
Sinodalidad desde la experiencia de vida
“Ninguna persona lee el mismo libro que el otro, cada uno lee la vida a partir de su experiencia”, afirmó la Hna. Barron. La religiosa irlandesa considera que su experiencia en África fue su primera experiencia de sinodalidad, una Iglesia reciente, donde había una comunidad de fe muy fuerte. “Nos escuchábamos, tomábamos decisiones juntos”, destacando como ventaja en una Iglesia joven que “las personas se acercan a la fe cuando ya son adultos, llegan a ser discípulos misioneros de forma muy consciente”. Una experiencia que dice haber revivido en los círculos menores, afirmando que lo fundamental es decidir cómo vivir la fe en comunidad y actuar en lo concreto. En África, “decidíamos juntos y cada voz tenía el mismo peso, que es el que he vivido en los círculos menores”, insistiendo en que hay que escuchar más a las iglesias más jóvenes.
La Vida Religiosa puede aportar “la forma que vivimos como consagrados en el mundo”, afirmó la hermana de la Iglesia greco-católica. Ella ve como un aporte destacado el testimonio que nace de su relación con el Señor, sobre todo en los momentos difíciles, cuando la gente ve que los llevan a la oración, que están a su lado y les cuidan en sus necesidades.
Por su parte la Hna. Barron destacó el trabajo que está haciendo desde la Unión de Superioras Generales para que la Vida Religiosa se deje involucrar en el proceso sinodal, con mucha formación, en colaboración con la Secretaría del Sínodo, pues “es fundamental saber lo que significa ser una Iglesia sinodal, cómo vivir esta experiencia”. En ese sentido, refiriéndose a su congregación, “a las hermanas se les pide que trabajen en las parroquias”, una formación que también se lleva a cabo on line, lo que permite ampliar el alcance, algo que también considera sinodalidad, pues permite construir comunidad y adquirir herramientas para la misión.
Buscar ser Iglesia de una forma diferente
Una asamblea en la que uno de los temas sobre la mesa es el diaconado femenino, algo sobre lo que se está discerniendo. En ese sentido la Hna. Houna Fadoul destacó su experiencia como superiora de una comunidad de hombres y mujeres, destacando la importancia de que cada persona, hombre o mujer viva su rol utilizando sus dones. El Sínodo lleva a una discusión mucho más amplia, según el arzobispo de Vilna, sin centrarse en temas concretos y buscando vivir la Iglesia de una forma diferente, con un diálogo mejor.
Para avanzar la Iglesia sinodal, Mons. Grusas dijo que no hay que esperar que la Santa Sede cambie el Código de Derecho Canónico, ya hay herramientas que hacen posible los cambios, insistiendo en la necesidad de llevar de vuelta la experiencia de la conversación en el espíritu que están viviendo. Una opinión que comparte el arzobispo de Tokio que a su vuelta a Japón quiere presentar esta modalidad sinodal para que las parroquias y las diócesis cambien. Desde ahí insistió en que los países asiáticos son bastante clericales, por lo que hay que involucrar a los laicos en los procesos de decisión de la Iglesia y buscar cómo hacerlo teniendo en cuenta su situación concreta y las dificultades. Pero por encima de todo introducir la hospitalidad propia de la cultura asiática en la parroquia, ser una Iglesia que acoge a todos, que las personas puedan entrar para hablar de su vida.
“Si crecemos en sinodalidad, entonces el Sínodo habrá dado sus frutos, pero el Sínodo no está intentando tomar decisiones”, resaltó el arzobispo de Vilna, afirmando que desde la Secretaría del Sínodo no hay nada concreto y que el proceso es más importante que las conclusiones. Una opinión también comparte la hermana de la Iglesia greco-católica, para quien “lo más importante es la metodología que estamos aprendiendo, aprender a escuchar al otro”.
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