Comentario al 19º Domingo del Tiempo Ordinario Mons. Ojea: “La fe vence al miedo, nos llena de coraje, nos anima a ser posible lo imposible”
“Es como si Pedro quisiera volver a escuchar el llamado de Jesús, es como si tuviera nostalgia de ese primer llamado ya que Jesús lo invita a venir. Pero nuevamente Pedro deja de mirar al Señor y entonces vuelve a caer, el miedo vuelve a aparecer, pero Pedro nuevamente se agarra de Jesús”
“Muchas veces como el pueblo elegido en el desierto añoraba las cebollas de Egipto, también nosotros añoramos un modo de seguridad cuando estamos atacados por la tempestad, pero, sin embargo, ese miedo nos conduce a la esclavitud"
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
El Evangelio de este domingo, según Mons. Óscar Ojea, “nos propone una contraposición entre la fe y el miedo”. El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina afirmó que “Jesús después de la multiplicación de los panes decide quedarse en una de las orillas del mar de Galilea y hacer oración, estar a solas con el Padre, revisar todo lo que había pasado con él, hablarlo con él y manda a los discípulos a la otra orilla”.
Aparece el miedo
Analizando el texto, señaló que “ellos solos, sin Jesús, sufren la tempestad y aquí aparece por primera vez el miedo”. Ante esa situación, “Jesús viene caminando sobre las aguas, pero el miedo es tan grande que creen que es un fantasma”, afirmó. “De este miedo participa, por supuesto, Pedro y, sin embargo, Pedro se anima, en un segundo momento, a decirle a Jesús: ‘Señor si eres tú déjame a mí ir hacia ti caminando sobre las aguas’”, en palabras de Mons. Ojea.
“Es como si Pedro quisiera volver a escuchar el llamado de Jesús, es como si tuviera nostalgia de ese primer llamado ya que Jesús lo invita a venir. Pero nuevamente Pedro deja de mirar al Señor y entonces vuelve a caer, el miedo vuelve a aparecer, pero Pedro nuevamente se agarra de Jesús”, dijo el obispo de San Isidro.
El miedo en nuestra vida
A partir de la reacción de Pedro, hizo ver que “tantas veces hemos tenido miedo en nuestra vida”. El obispo recordó que “de chicos a algunos nuestro papá nos decía: ‘Agárrate de mí, agárrate fuerte, no tengas miedo’, o sino ‘Mírame, mírame, mírame que no vas a tener miedo’”. Según el prelado, “muchas veces nos ha pasado cuando hemos experimentado el temor desde chicos”. En el relato evangélico, “también aparece Jesús invitándonos a la confianza, a depositar toda nuestra seguridad en él, a ponernos en sus manos, a no dejar que nuestra seguridad se escurra entre nuestros dedos”, según Mons. Ojea. En ese sentido, recordó que “el Evangelio concluye con un acto que engrandece nuestra pequeñez: ‘Se postraron delante de él; verdaderamente eres el hijo de Dios’. Qué necesidad tenemos desde nuestra pequeñez de adorar”.
El prelado recordó las palabras del Santo Padre, que “insiste muchísimo en la adoración”. Según el presidente del episcopado argentino, “allí postrados o de rodillas manifestamos realmente lo que somos, necesitamos totalmente del Señor”. Recordando que “muchas veces como el pueblo elegido en el desierto añoraba las cebollas de Egipto, también nosotros añoramos un modo de seguridad cuando estamos atacados por la tempestad, pero, sin embargo, ese miedo nos conduce a la esclavitud como al pueblo judío también esa nostalgia lo conducía a la esclavitud”.
Finalmente, hizo ver que “el Señor en cambio nos conduce a la libertad, nos invita a mirarlo, a tomarnos de su mano, a adorarlo para poder encontrar nuestra verdadera seguridad en él”. En palabras del obispo de San Isidro, “la fe vence al miedo, la fe nos llena de coraje, la fe nos anima a ser posible lo imposible porque está él al lado nuestro dándonos toda la garantía de su amor, de su presencia y de su seguridad”.