El presidente del episcopado argentino reflexiona sobre el Misterio de la Trinidad Mons. Ojea: “No vemos algunas realidades, muy cerquita de nosotros, cargadas del Amor de Dios”
“Dios es familia, Dios es relación, Dios está continuamente saliendo de sí mismo para encontrarse en cada persona. Y así, Dios que es familia, nos ha creado a nosotros también para ser familia”
“¿Dónde se esconde este Dios amor hoy en medio de nosotros?”
"No dejarse llevar por la ansiedad y hacerse tiempo para escuchar, para sonreír, para decir gracias, para pedir permiso, para pedir perdón; alentando a los demás, sosteniendo la vida de los demás, creando espacios de escucha, aliviando el peso de la vida de los demás”
"No dejarse llevar por la ansiedad y hacerse tiempo para escuchar, para sonreír, para decir gracias, para pedir permiso, para pedir perdón; alentando a los demás, sosteniendo la vida de los demás, creando espacios de escucha, aliviando el peso de la vida de los demás”
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
Un día para “celebrar la intimidad de Dios”. Así es como ve Mons. Oscar Ojea la solemnidad de la Santísima Trinidad, que la Iglesia celebra este último domingo de mayo.
El presidente del episcopado argentino afirma que “Dios es familia, Dios es relación, Dios está continuamente saliendo de sí mismo para encontrarse en cada persona. Y así, Dios que es familia, nos ha creado a nosotros también para ser familia”, un desafío todavía mayor en este tiempo en que somos desafiados a permanecer unidos para superar la pandemia.
El amor es algo intrínseco al ser humano, como nos hace ver Mons. Ojea, para quien “hemos sido creados para el amor y para ser amados”. Eso se hace visible en el hecho de que “desde que nacemos, desde que somos arrojados a la existencia, necesitamos que nos abracen, que nos lleven al pecho, que nos contengan; no podemos vivir sin amor, estamos hechos para eso”.
En consecuencia, el obispo de San Isidro dice que “cuando vivimos en amor, vivimos en comunión, reflejamos a la Trinidad”, preguntándose “¿Dónde se esconde este Dios amor hoy en medio de nosotros?”.
Mons. Ojea advierte sobre el hecho de que “estamos atentos a una cantidad de problemas que nos van poniendo delante los Medios, también nuestra misma realidad, llena de molestias, dificultades, contrariedades, enojos”. Frente a eso, señala que “a veces no vemos algunas realidades, que están muy cerquita de nosotros, pero que están cargadas del Amor de Dios”.
El prelado contaba el caso de una señora amiga, que tiene su marido internado y grave, quien destacaba “lo que significaba la enfermera que lo atendía; cómo le llevaba detalles de cómo estaba, desde que comía, hasta cómo se sentía y había armado una suerte de video llamada para que pudieran comunicarse”.
Eso llevaba a Mons. Ojea a, citando Fratelli tutti, destacar “la virtud de la amabilidad”. El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina destaca que “en un mundo muy individualista, donde crece la agresividad; en tiempos de crisis, aparece la virtud de la amabilidad, que es no dejarse llevar por la ansiedad y hacerse tiempo para escuchar, para sonreír, para decir gracias, para pedir permiso, para pedir perdón; alentando a los demás, sosteniendo la vida de los demás, creando espacios de escucha, aliviando el peso de la vida de los demás”.
Finalmente, insistía en la importancia de “ver estos gestos de amor y poder tener una mirada para ellos”, afirmando que “allí se esconde el Amor de Dios”. Por eso, pedía que “el Señor a través de su misterio íntimo, que es el amor, nos enseñe a verlo y a vivirlo”.