Al final de la 61ª Asamblea General de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, el obispo auxiliar de Manaos, Mons. Zenildo Lima, hace un balance de lo vivido del 10 al 19 de abril de 2024 en Aparecida. Él, que ya había participado en las asambleas generales de la CNBB como secretario ejecutivo del Regional Norte1, participó por primera vez como obispo.

Momento de comunión

"La experiencia es también de reencuentro, reencuentro con este espacio y reencuentro con toda la Iglesia en Brasil", dijo el obispo auxiliar. Según Mons. Zenildo, "al fin y al cabo, la asamblea general de la CNBB es siempre un momento muy intenso de comunión, y nos damos cuenta de que ahora participamos en esta comunión de una manera mucho más comprometida".

Hablando del tema central de la 61ª Asamblea General de la CNBB, dijo que "creo que esta asamblea tuvo una particularidad, fue una asamblea para iniciar el trabajo, las directrices no se terminaron en esta asamblea. De hecho, fue una ocasión que presentó elementos desafiantes para la Iglesia, con el análisis de la situación social, con el análisis de la situación eclesial. Con algunos temas prioritarios que se presentaron aquí, la juventud, la inteligencia artificial, nos descubrimos como Iglesia frente a un mundo muy desafiante, y ahora estamos poniendo elementos para que las nuevas orientaciones nos ayuden a ser una Iglesia capaz de ofrecer respuestas."

Un camino de sinodalidad

Hablando de la Iglesia en la Amazonía, el obispo auxiliar de Manaos dijo que "tenemos un camino de sinodalidad, y esta experiencia de construcción de las directrices refuerza el camino que ya estamos haciendo como Iglesia en la Amazonía". Entre los desafíos a enfrentar, Mons. Zenildo dice que "a partir de lo que se ha presentado aquí en el análisis de la situación social, nos damos cuenta de este mundo que se está construyendo, que está muy basado en el individualismo, que genera un modelo económico muy específico, que es un modelo económico que no sirve a la mayoría de la población, por lo que sigue esta perspectiva individualista que desafía la concepción del bien común".

Refiriéndose al análisis de la situación eclesial, destacó "algunas tendencias de un modelo eclesiológico que corresponde también a esta espiritualidad un poco más intimista, un poco más recogida". Ante ello, considera que un reto importante para la Iglesia es "un reto de apertura, de saber vivir en estos nuevos tiempos, pero también un reto de claridad. Es muy importante que tengamos una comunión abierta, participativa, pero queremos una comunión muy consciente, de una Iglesia que esté muy orientada al Reino de Dios, que conozca su compromiso con la defensa de la vida, con el cuidado de la casa común, y que obviamente conozca su tarea irrenunciable de anunciar a Jesucristo".

Acoger la novedad

Según el obispo auxiliar de Manaos, "aunque tengamos muchos desafíos específicos, estos son los dos grandes elementos: acoger la novedad y, al mismo tiempo, la seguridad de la propuesta que nos compromete en el seguimiento de Jesús". En el día de los pueblos indígenas, recordando el cuidado que el Papa Francisco pide a la Iglesia a los descartados, recordó la imagen de la catequista indígena de la Iglesia de Roraima que recibió su ministerio en el Santuario de Aparecida durante la 61ª Asamblea General de la CNBB.

El obispo destacó que "la presencia de esta mujer indígena, para nosotros, significó el encuentro de la fe con la vida de estos pueblos, un encuentro que no puede ser colonizador, un encuentro capaz de diálogo, pero sobre todo un encuentro que reconoce la primacía de estos pueblos en sus territorios y por lo tanto en la historia de la construcción de nuestra patria. Hoy es una oportunidad para reconocer que un desafío muy concreto para la Iglesia en Brasil es afirmar la dignidad de estos pueblos, especialmente en estos momentos de mucha conflictividad, incluso en el campo legislativo, donde se están intentando legalizar procesos que comprometen el territorio y la vida de estos pueblos."

Volver más comprometidos

Volviendo a casa, Mons. Zenildo Lima reconoce que "volver a casa significa volver a la archidiócesis de Manaos, volver a nuestro Regional Norte1, volver a nuestro espacio. Tenemos un camino de sinodalidad, y volvemos más comprometidos. La información, la claridad que logramos en una asamblea nacional nos ayuda entonces a situar, a precisar, a localizar estos desafíos en nuestro espacio, en nuestro universo amazónico".

Recordó que "tenemos un camino, tenemos una agenda, tenemos por delante un nuevo encuentro de la Iglesia Católica en la Amazonia Legal, tenemos la reanudación del Documento de Santarém. Vamos a continuar el camino que ya estamos haciendo como Iglesia, que es un camino de anuncio del Evangelio, que es un anuncio de Jesucristo encarnado, que es un anuncio del crucificado y resucitado, que es un anuncio de vida para todos, y vida en abundancia en el cuidado de nuestra casa común, en la perspectiva de la ecología integral, en la vida que Dios quiere para cada hombre y para cada mujer".