“Perdona nuestras ofensas”

perdonar
“Perdona nuestras ofensas”. A menudo repetimos estas palabras en la oración del Padre Nuestro, y si no es así, son palabras que en muchas ocasiones esperamos, y esperamos que el otro perdone nuestras faltas, es decir, nuestros fallos, errores, equivocaciones… conscientes e inconscientes, por supuesto.

Estaba leyendo el libro de Marco Pozza, sobre unas conversaciones con el papa Francisco, y son muchas cosas las que me han hecho pensar y rezar. Una de ellas es esta frase que, como he dicho, repetimos y deseamos sea así. Perdonar… es amar, éste es el resumen, a mi parecer, de lo que verdaderamente significa la palabra perdón. Si amo, si, sé amar y si he experimentado alguna vez el amor, necesariamente sé perdonar. La experiencia de amar te lleva al perdón, y aprendemos a perdonar desde el amor y siempre y cuando hemos tenido experiencia de sentirnos perdonados, amados.

Con todo ello no quiero decir que sea fácil perdonar… ¡claro que no! Pero para conseguirlo he de haber sentido alguna vez que me han perdonado. Jesús enseñó que es posible perdonar, Él lo hacía; como dice el papa Francisco en este libro, “Jesús perdonaba a los pecadores, porque comía con ellos, y curaba y se relacionaba con los leprosos. Él perdonaba a todos, y ellos (doctores de la ley) no lo entendían, porque se sentían tan justos que no podían disfrutar de aquella experiencia tan hermosa.” Sin duda es una experiencia necesaria para sentirnos amados por el otro y amar al otro desde lo más profundo de nuestro ser. Como bien he dicho antes, perdonar es un rasgo importante de saber amar y la experiencia de la reconciliación es esa de la que habla el papa Francisco, como algo hermoso, no lo olvidemos.Texto: Hna. Conchi García.
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