Un nuevo día
Ayúdanos Señor a no dejarnos atrapar por la rutina y aunque cueste, saber palpar todo aquello que cada día puedo vivir desde una mirada de fe. Cada día se nos presentan muchas situaciones donde podemos sacar mucho de bueno y si el día se presentó gris, ahí también podemos reconocer que precisamente no caminamos solos porque Alguien nos conoce, nos ayuda a vivir también lo menos bueno y nos ama. Busquemos al Señor y le encontraremos. Dejemos llenar el pozo de nuestro corazón de su Amor.
Adaptación del salmo 139
Me conoces cuando me siento
o cuando me levanto
de lejos percibes mis pensamientos
disciernes mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares
Sabes lo que voy a decir
antes de que lo pronuncie…
Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno,
conoces perfectamente mi aliento
y te es familiar
cada surco de mi cuerpo.
Tus ojos veían mi embrión
cuando me iba formando en lo oculto
y entretejiendo
en lo profundo de la tierra,
En tu libro se escribían mis días,
mis lágrimas y mis risas,
mis luchas y mis descansos.
Señor, tú me sondeas y me conoces,
me conoces cuando me siento
o cuando me levanto,
cuando grito o cuando callo,
cuando sufro o cuando gozo.
Me conoces cuando amo
o cuando niego,
cuando rezo
o cuando te doy la espalda,
cuando acaricio o cuando hago daño.
Señor, tú crees en mí
más que yo mismo.
Texto: Hna. Ana Isabel Pérez.