El presidente del Episcopado alemán reclama "escucharnos unos a otros y tomarnos en serio” Bätzing pide paciencia en el camino de la sinodalidad: “Es agotadora, a veces ardua”

Bätzing, presidente del Episcopado alemán
Bätzing, presidente del Episcopado alemán DbK

Bätzing aboga por “un enfoque paciente para el Sínodo, argumentando que la igualdad de todos los bautizados con el tiempo exigirá transparencia y rendición de cuentas en todos los niveles de la Iglesia”

“Que Dios conceda que este Sínodo, con sus pasos tentativos hacia el cambio, contribuya a largo plazo a apreciar la diversidad en la Iglesia y promover la unidad”

Firme defensor de la sinodalidad, Georg Bätzing, obispo de Limburg y presidente de la Conferencia Episcopal alemana, ha tenido que ir a defenderla al mismísimo Vaticano ante las reformas adoptadas por el Camino Sinodal, del que él mismo es copresidente, pero también ante algunos de sus hermanos obispos. Por eso sabe que es mucho lo que está en juego en el actual Sínodo de la Sinodalidad y que “se necesita mucha paciencia para aprenderla”.

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Así lo ha señalado este padre sinodal en una misa el 6 de octubre en la iglesia de habla alemana de Santa Maria dell’Anima, en Roma, en cuya homilía incidió en que la sinodalidad puede ser “agotadora, a veces ardua”, pero haciendo votos sin duda para “que Dios conceda que este Sínodo, con sus pasos tentativos hacia el cambio, contribuya a largo plazo a apreciar la diversidad en la Iglesia y promover la unidad”.

“Todo esto comienza con escucharnos unos a otros y tomarnos en serio”, añadió el obispo germano, abogando por “un enfoque paciente para el Sínodo, argumentando que la igualdad de todos los bautizados con el tiempo exigirá transparencia y rendición de cuentas en todos los niveles de la Iglesia”, según informa The Tablet.

Bätzing, con el Papa durante el Sínodo
Bätzing, con el Papa durante el Sínodo © M. Kopp/Deutsche Bischofskonferenz

Este llamamiento a la paciencia es algo de lo que Bätzing parece saber mucho en el tortuoso camino de reformas emprendido por la Iglesia teutona tras los demoledores informes sobre abusos sexuales en su seno y la exigencia -impulsada por los colectivos laicales- de una profunda reforma eclesial que trajo consigo la puesta en marcha del Camino Sinodal.

Evitar que el proceso descarrile

Y en ese ejercicio de la paciencia ha tenido que ver cómo algunas de las reclamaciones iniciales -como la ordenación sacerdotal femenina o de personas LGTBI o la plena igualdad entre clérigos y laicos en la toma de decisiones- han tenido que quedarse por el camino para que no descarrilase en Roma todo el proceso reformista, con alguna que otra bronca del Papa incluida.

Sin embargo, en esa homilía, Bätzing reiteró una de las demandas del Camino Sinodal: que los católicos que se volvieran a casar civilmente tras un divorcio sean admitidos a la comunión.

Batzing, en rueda de prensa
Batzing, en rueda de prensa @dbk_online

“Quedarse solo, vivir aislado, acomodarse en una especie de burbuja de autoafirmación no es bueno”, señaló. “¿Qué tipo de verdad de fe podría ser esa que excluye a cada vez más personas?”.

“Si los creyentes piden la bendición de Dios para su nueva relación, ¿quién soy yo para negársela, incluso en una forma litúrgicamente apropiada?”, se preguntó el presidente de los obispos alemanes.

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