Cientos de fieles asistieron a una triste Misa del Gallo en la Iglesia de la Natividad de Belén. Faltaron los vítores habituales, y ningún árbol de Navidad ni adornos cse veía en la plaza del mismo nombre. Dos años de guerra en Gaza y la prohibición de entrada de peregrinos siguen ahogando las expectativas de este pequeño enclave en Cisjordania. El patriarca de Jerusalén, cardenal Pizzaballa, que días antes no pudo entrar en Gaza, no tuvo problema en hacerlo esta Nochebuena en Belén para celebrar el nacimiento del Niños Dios.
Antes de la misa, las autoridades israelíes permitieron una visita del purpurado a Gaza, para celebrar una misa prenavideña, en la que Pizzaballa denunció la terrible guerra y "las consecuencias que provocan la división". "Estamos en el lugar donde las divisiones son muy evidentes también desde el punto de vista estructural".
Christmas 2024: Christmas Vigil Mass of December 24th, 2024, at St. Catherine Church - Bethlehem, presided over by His Beatitude Cardinal Pierbattista Pizzaballa, Latin Patriarch of Jerusalem. pic.twitter.com/IPFKjo4g2X
— Latin Patriarchate of Jerusalem (@LPJerusalem) December 25, 2024
"Queremos, especialmente para esta Navidad, queremos decir a nuestra gente que no pierda la esperanza. Es posible también derribar el muro más difícil, el odio, la división, el desprecio y la falta de justicia y dignidad que estamos viviendo aquí", culminó.
Ya desde un Belén vacío y pobre, Pizzaballa clamó por la vuelta de los peregrinos, del árbol y de las luces en la ciudad. "El mundo debe trabajar para poner fin a nuestro sufrimiento como pueblo palestino, para poner fin a la ocupación y para darnos nuestros derechos y darnos la oportunidad de lograr nuestra identidad, nuestra independencia, nuestra libertad, y para protegernos de los peligros que causan los continuos de la ocupación israelí", secundaba el alcalde de Belén, Anton Salman.
Antes de la Misa de Nochebuena, Pizzaballa hizo su entrada en Jerusalén entre dos filas de fieles, pasando, como de costumbre, por la puerta del muro medianero, junto a la tumba de Raquel, y luego recorrió el centro de la ciudad que dio la Navidad a Jesús. Dándole la bienvenida, los scouts de Belén con pancartas. Una de ellas rezaba: 'Nuestros niños quieren jugar y reír'. ¿Será posible, en la próxima Navidad?