El cardenal de Viena califica a Wojtyla de “uno de los grandes papas” Schönborn: “Juan Pablo II quedó abrumado por el tema de los abusos, fue una de sus debilidades”
“Era el pastor de todo el mundo. Tenía una voz increíblemente fuerte, una gran autoridad moral, también en el gobierno de los pueblos"
Durante su pontificado, “la crisis postconciliar se hizo claramente perceptible", con "tensiones entre conservadores y progresistas"
“Esperábamos que Juan Pablo II encontrara una palabra de consuelo y compasión para los afectados, para los que habían sufrido.... Esa palabra no llegó”
"El Papa no es infalible con los nombramientos de obispos"
“Esperábamos que Juan Pablo II encontrara una palabra de consuelo y compasión para los afectados, para los que habían sufrido.... Esa palabra no llegó”
"El Papa no es infalible con los nombramientos de obispos"
Este lunes, se cumplen cien años del nacimiento de Karol Wojytla, “uno de los grandes papas” en opinión del cardenal de Viena, Christoph Schönborn, quien afirma, en una larga entrevista con 'Der Sonntag', que fue “sustancial” para la caída del comunismo, abrió la Iglesia católica a las otras religiones y se convirtió “en un pastor del mundo entero” con su más de un centenar de viajes.
En el debe, el drama de los abusos a menores, “un punto doloroso”, en el que el Papa quedó “abrumado”. “Estas debilidades formaban parte de una gran personalidad”.
Schönborn recuerda el primer gran viaje de Wojtyla a su país natal, Polonia, en 1979. “Nueve días que cambiaron al mundo”, que provocaron que Moscú tildara al Papa de “una amenaza mortal para el sistema comunista”. No se equivocaban.
Una Iglesia global
Otro de los puntos polémicos del largo pontificado de Juan Pablo II fue convertir a la Iglesia “en una Iglesia mundial”, internacionalizando la curia y los contactos. “Era el pastor de todo el mundo. Tenía una voz increíblemente fuerte, una gran autoridad moral, también en el gobierno de los pueblos", recuerda Schönborn, quien reconoce que, durante su gobierno, “la crisis postconciliar se hizo claramente perceptible", con "tensiones entre conservadores y progresistas". “Hubo una lucha por cada asiento de obispo: ¿Es alguien liberal o conservador?”.
Para el arzobispo, Juan Pablo II fue “claramente un hombre del Concilio”, aunque tomó “contramedidas” contra los “desarrollos teológicos” más aperturistas, sancionando a multitud de teólogos.
El caso Groer, un grave error
Un “punto doloroso” fueron las decisiones directas, y fallidas, de algunos obispos, como el caso de la elección del sucesor del cardenal König en Viena. Saltándose la promesa que hizo al purpurado, Wojtyla “decidió verticalmente”, nombrando a Hans Hermann Groer. “Fue una decisión muy personal del Papa”, recuerda Schönborn, acusado por abusos sexuales.
El punto más álgido vino en la visita del Papa a Austria en 1998, con muchas protestas contra Wojtyla. “Esperábamos que Juan Pablo II encontrara una palabra de consuelo y compasión para los afectados, para los que habían sufrido.... Esa palabra no llegó”.
¿Por qué? Schönborn duda. “De alguna manera, estaba abrumado por el tema de los abusos. Creo que era tan ruidoso que no podía imaginarlo”.
“Sólo puedo decir con respecto a mí mismo: el Papa no es infalible con los nombramientos de obispos. Me conozco a mí mismo, sé lo frágil que soy y cuántos defectos tengo", justifica el cardenal. “Sin duda, el Papa tenía debilidades. ¿Quién no las tiene?”.