(
Vatican News).-Son tantos los frutos de la visita del Papa a Eslovaquia, segunda etapa del 34º viaje apostólico del Papa Francisco, iniciado el pasado 12 de septiembre en Budapest (Hungría).
Monseñor Stanislav Zvolenský, Arzobispo Metropolitano de Bratislava y Presidente de la Conferencia Episcopal Eslovaca, nos
habló del significado y de los momentos fuertes en Eslovaquia, en particular de la Misa en el Santuario de Šaštín.
Su Excelencia, Mons. Stanislav Zvolenský, Arzobispo Metropolitano de Bratislava y Presidente de la Conferencia Episcopal Eslovaca, ¿cómo valora el desarrollo general de la visita del Papa Francisco?
R. - La visita nos trajo mucho ánimo y mensajes muy profundos. Por ejemplo, la celebración de la Divina Liturgia en rito bizantino -era la fiesta de la Exaltación de la Cruz- y luego en nuestro santuario mariano nacional de Šaštín, en la fiesta de Nuestra Señora de los Dolores. Es un mensaje de esperanza en el sufrimiento. Se puede decir que en este periodo estamos viviendo un sufrimiento especial. Hubo encuentros con los jóvenes, con los obispos, con los seminaristas, con los religiosos, con los catequistas, y en cada encuentro que hemos tenido con el Santo Padre nos han aportado mensajes importantes para los creyentes y también para los no creyentes. Para toda la sociedad.
La oración del Papa con los Obispos en la Basílica de los Siete Dolores
En el Santuario de Šaštín, en la basílica, los 19 obispos eslovacos rezaron junto al Santo Padre por la intercesión de la Virgen de los Siete Dolores: ¿de qué manera percibe usted la importancia de este particular encuentro?
R. - Este encuentro fue también un gran regalo espiritual. El Santo Padre, con gran amor y humildad, dijo: "Yo soy entre ustedes un servidor de unidad". Los obispos también somos hombres con nuestras debilidades y pecados, con nuestras dificultades. Yo diría que en todas las conferencias episcopales se siente esta necesidad de rezar por la unidad de los obispos. Tuvimos este gran regalo, esta suerte, esta alegría de rezar juntos con el Santo Padre por la unidad entre nosotros, los obispos.
El Santo Padre animó a caminar, a no quedarnos estáticos. ¿Dónde tiene la Iglesia eslovaca fuerzas esperanzadoras y prometedoras para este camino hacia el futuro?
R. - Quizás las fuerzas que lideran, que nos dan esperanza para el futuro, son nuestros jóvenes. En Košice tuvo lugar un encuentro con los jóvenes. Allí pudimos experimentar la esperanza de ver a los jóvenes, de escuchar sus testimonios, de oír las reacciones del Santo Padre, las respuestas a sus preguntas. Pudimos sentir esta esperanza y el Santo Padre también confirmó que veía en los jóvenes y también en los niños el futuro de la sociedad y de la Iglesia. Este encuentro representó la presencia de jóvenes que han comprendido el mensaje del Evangelio y quieren vivirlo. En los testimonios, algunos dijeron que se habían convertido. Entonces, un joven dijo algo grandioso: "Me he convertido, y ahora toda mi vida quiero vivir según el mensaje del Evangelio". Los testimonios fueron muy conmovedores en este sentido. Esa es la esperanza de la Iglesia.
Primero, Religión Digital