| Lorenzo Tommaselli
Don Mimmo Battaglia, arzobispo de Nápoles fue nombrado cardenal por el Papa Francisco el 7 diciembre en el último consistorio.
Su primer compromiso público después del consistorio fue la visita al padre Raffaele Nogaro, obispo de Caserta de 1990 a 2009 y profeta del Evangelio de Jesús.
Con sus 91 años el padre Nogaro, gran amigo de nuestro querido y estimado José María Castillo, sigue felizmente vivo y continúa proclamando la necesidad de liberar a Jesús de todos los condicionamientos del poder religioso, político, económico y ideológico.
Su ministerio se caracterizó por el anuncio integral del Evangelio, en particular a favor de los pobres y los marginados, de cualquier religión o raza.
Por esta razón no siempre fue ben visto por la jerarquía eclesiástica y el mundo político, que en repetidas ocasiones intentaron destituirlo.
Pero su intento fracasó y el padre Nogaro sigue siendo aún hoy un cristiano y un obispo de mansedumbre radical.
El cardenal don Mimmo Battaglia quiso rendir homenaje a su compromiso profético y su testimonio de vida, mostrándole toda su amistad y apoyo.
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