El nuevo presidente de los obispos alemanes, Georg Bätzing, considera que "no sería un problema para la Iglesia si los sacerdotes fueran libres de elegir entre vivir como casados o célibes".
El prelado, sin embargo, excluye a las mujeres del ministerio sacerdotal. El nuevo presidente tendrá que afrontar el Camino Sinodal en el que está envuelta la Iglesia alemana, y definir cuestiones espinosas como el matrimonio para los sacerdotes, la ordenación de las mujeres, la transparencia total en la gestión de las víctimas de abusos.
Los obispos alemanes eligieron como sucesor a Georg Baetzing, de 58 años, diócesis de Limburgo, elegido por Francisco para esta ciudad tras el escándalo del anterior obispo que había gastado cantidades insensatas de dinero para construir su nueva residencia (los medios de comunicación habían hablado de 31 millones de euros).
Mientras tanto, en Alemania, las sentadas de protesta y las manifestaciones de las mujeres católicas no se detienen para apoyar la batalla que se va a ordenar. En varias ciudades ha habido manifestaciones con carteles y grupos de manifestantes. Mientras tanto, ya se han recogido unas 130.000 firmas para pedir a los líderes de la Iglesia y de Roma un mayor papel en la cúpula de las instituciones.