El día 10 de septiembre, festividad de San Nicolás de Tolentino, agustino, al despertar, sentí necesidad de expresar tres sentimientos: hace 71 años, hicimos la profesión temporal de agustino en Palencia. Empecé mi aventura de agustino. Nunca me arrepentí. Ha sido un regalo que resumo en tres palabras: Dios, los amigos, los pobres.
Desperté con un sentimiento profundo de gratitud: “Gracias a la vida que me ha dado tanto”: Sentí tu cercanía, tu amistad, tu cuidado, ser reconocido en ti. “En este mundo no hay nada agradable sin amigos”.
Y en tu amistad descubrí, viví el sacramento, presencia y cercanía de Dios.
"En este mundo no hay nada agradable sin amigos"
Y en Dios sentí la proximidad y la llamada de los pobres, que tienen derecho a una vida digna y plena. “Yo he venido para que tengan una vida plena”.
En estos tiempos de sequía, de campos arrasados por el fuego, en esta sociedad “líquida”, de la prisa, sin tiempo para nadie, ni para nada,
“Solo Dios basta,
con amigos
y amor a los pobres”