El otro CASALDÁLIGA

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El pasado 9 de noviembre asistí, en la Parroquia madrileña de san Carlos Borromeo a un hermoso recital de poemas de Pedro Casaldáliga, musicalizados por Domingo Pérez, también intérprete, que presentaba el CD"Oración Comprometida", latiendo en sus surcos poderosos textos del Obispo amazónico.


En playback la orquestación, nos fue Domingo ambientando cada tema con entusiasmo y sensibilidad y, acompañado en la voz y el sentimiento por familiares (un poco a lo familia Trapp), fue interpretándonos reposadamente densas canciones como "Me llamarán subversivo", "Me dejáis solo", "Pobreza evangélica", "Maldita sea la cruz", "Los mártires de la andadura del pueblo", etc. (Así, hasta quince poemas). Al tiempo que escuchábamos, nuestra mirada se emocionaba con la proyección de vivas fotografías de cristianos de América Latina comprometidos con la fe y con el pueblo.

En imagen, fotografía de Casaldáliga el día de su consagración episcopal, año de 1971, en el estado de Mato Grosso, Brasil. Utilizó como mitra un sombrero de paja del sertao, un remo de los indígenas como báculo, y un anillo de fibra de coco como alianza con el Dios libertador y en fidelidad al pueblo de esta tierra.

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LA PROSTITUTA

Una de las quince canciones me emocionó muy especialmente. Me voy a permitir copiaros el texto completo. Y, a lo mejor, hasta podríamos tener la suerte de escucharla:


LA PROSTITUTA

Como un dolor pasado de paciencia,
ella es morena oscura.
El flequillo limita en la mirada
con una leve cicatriz antigua.
Y una cruz de oro falso le cuelga sobre el pecho,
sobre las fuertes lilas del vestido.
Lleva el liso cabello de india suelto.
(Las muñecas baratas de mis tiempos de niño
se vestían como ella).

María Magdalena, en el barco de Pedro,
se sentaba a los ojos del Señor,
y el Señor la miraba.


¿Será, el reloj pulsera,
de un rico deportista-bandeirante?
¿Será de un pobre, duro, camionero?
Ella se sienta en el bordillo, ausente.
Viene, a la hora de comer, a popa;
le doy un vaso de agua;
y se vuelve, discreta.

María Magdalena, en el barco de Pedro,
se sentaba a los ojos del Señor,
y el Señor la miraba.


La ribera es más tierna
que los tiestos de arroz del jueves santo.
Y el río es como un óleo,
bajo las muchas nubes descendidas.
Ella se sienta en el bordillo, ausente.
Viene, a la hora de comer, a popa;
le doy un vaso de agua;
y se vuelve, discreta.

María Magdalena, en el barco de Pedro,
se sentaba a los ojos del Señor,
y el Señor la miraba.



Los que amamos la poesía estamos de enhorabuena. El Servicio koinonía ofrece a todos los ordenadores del mundo ¡la Poesía "Completa" de Pedro Casaldáliga! Pulsad aquí. Y disfrutad de sus versos y su testimonio.

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EL OTRO CASALDÁLIGA



El recital de poemas me interesó especialmente porque acababa de subir a la red siete temas muy especiales que titulo: "El otro Casaldáliga". Me refiero al Pedro más ingenuo, contemplativo, con los pies en la tierra feraz de la Amazonía, con los ojos y la fe bien abiertos al misterio de la selva. Esta vez descubrimos el monje místico que también es, y su encendido asombro ante la belleza, la ternura de los más humildes seres: papagayo, garza blanca, tortuga, canario, colibrí... Versos elementales, elementales odas que tanto nos recuerdan a Neruda y su mejor poesía...



Bien encendidos los altavoces para no perderos ningún latido, accederéis a un rinconcito de selva tropical poblada de seres maravillosos..., pulsandoaquí.


¡URGENTE! NOS ESCRIBE CASALDÁLIGA

Hoy, viernes, 21 de noviembre, a las 13 horas de España, recibimos una cariñosa nota, via email, de nuestro admirado amigo:

Querido Nicolás,
acabo de ver la página que me dedicas.
Muchas gracias. Y a seguir haciendo belleza, provocando conciencia y asumiendo los desafíos, siempre en la búsqueda del Reino.

Recibe un fuerte abrazo y ya una auténtica Navidad.

Pedro Calsadáliga
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