San Valentín 3. Hoy de nuevo hablamos del CANTAR (y2)

bblanco


Para celebrar el Día de los Enamorados preparé el Domingo un post comentando, con poemas de hoy, páginas del Cantar de los Cantares (pulsar aquí). Hoy cerraremos esta sencilla investigación. Parece que interesa el tema porque en estos días se ha multiplicado el número de visitas a Nido de Poesía. De entrada, quisiera leeros un interesante texto del libro de Victor Morla, Doctor en Sagrada Escritura, "Poemas de amor y de deseo. Cantar de los Cantares" (Verbo Divino 2004, 416 páginas). En el capítulo introductorio explica con sensibilidad por qué le es útil al hombre de hoy una lectura cuidadosa del Cantar:

"Un lector del Cantar que recorra atento sus páginas por vez primera tendrá que suspender de vez en cuando su lectura, atraído por numerosos detalles que sin duda le sorprenderán. Descubrirá a una pareja protagonista que confiesan continuamente su amor y se invitan al abrazo íntimo de una forma desinhibida.

Llamará la atención del lector descubrir que en ese lance amoroso es la muchacha quien lleva la voz cantante en la relación, quien toma decisiones de forma libre. Desde el primer momento, el lector se sentirá envuelto por la sensualidad de las imágenes, de los perfumes y de los sabores, y será incapaz de ser un mero espectador, pues se irá implicando progresivamente en esa vorágine de sensaciones..."


bblanco



OREAD MI JARDÍN: ¡QUE FLUYAN LOS PERFUMES!



Nuevos versos de Cuerpo de la amada, de Jorge Carrera."Tu cuerpo es un jardín... En sus collados / persigo los eternos resplandores..." El cuerpo todo de la mujer es tierra prometida, como anuncia el Cantar: por los cabellos de la amada se deslizan cabritillas, saltan en sus pechos gacelas, su boca es panal de miel y flores, por sus labios desfilan blanquísimas ovejas... En el desierto de la vida (y la experiencia de desierto ha marcado la historia del pueblo judío), deviene la mujer oasis para el varón, fuente viva, fecundo huerto. Jardín tapiado, sellado manantial para amar a un solo hombre.

Tu cuerpo es un jardín, masa de flores
y juncos animados.
Dominio del amor: en sus collados
persigo los eternos resplandores.
Agua dorada, espejo ardiente y vivo,
feudo de terciopelo,
paraíso nupcial, cielo cautivo.
Comarca de azucenas, patria pura
que mi mano recorre en un instante...


"¡Soplad, vientos del norte / y del desierto, / oread mi jardín: / que fluyan los perfumes! / Que mi amado penetre en su jardín / a comer de sus frutos exquisitos." No sabe resistirse la amada, invitando al esposo a los aromas, sabores, de su intimidad. Ha ordenado a la brisa fresca del Líbano y a los cálidos aires del sur distribuir fragancias por todas las colinas y valles de su cuerpo, para su propio placer y para arrobamiento y éxtasis de su amante. Podéis asomaros al texto del Cantar (4,12-5,1),pulsandoaquí.

Otro escritor nos acompaña ahora sobre los mismos textos bíblicos: Enrique García-Máiquez, murciano del Puerto de Santa María. Su hermoso trabajo Poesía comprometida nos habla de construir "tú y yo... un jardín único, perenne, indemne / a la fácil maleza." No es ella huerto cerrado: son los dos el vergel a levantar juntos. Reproduzco los versos finales:

Y somos novios porque renunciamos
a ser apenas nada: un polvo al viento,
al polvo, al aire, a nada. Somos humo
pero con vocación de humus, de huerto
cerrado para muchos. Casi solos
tú y yo, soñando en un vergel, haciéndolo.

Un jardín único, perenne, indemne
a la fácil maleza es privilegio.
Qué alegría más recia es trabajarlo
porque uno quiere, porque uno es dueño,
y plantar la semilla inconmovible
del propio corazón en otro pecho.

bblanco



DESENCUENTRO EN LA NOCHE



En Canción de ronda,Fernando Fortún construye un soliloquio muy ingenioso que el rondador canta para su bella. Se pasa, deprimido, todo el día durmiendo... Y urde un escalafón de durmientes: "El gallo duerme una hora; / dos, la moza de mesón; / tres, en el desierto el santo; / cuatro, el que pena de amor..." Y más adelante: "Nueve duerme el estudiante; / diez, el fraile motilón; / once horas el muchachico; / doce, el que se emborrachó." Los versos finales son picantuelos:

Triste y solo,
como borracho ando yo,
durmiendo, siempre durmiendo,
por no pensar en mi amor.

Si tú quisieras, mi vida,
si tú quisieras, salada,
niña,
no dormiría
–¡ay, estarás en tu cama!-
pero la mía
¡es tan dura y es tan ancha!

Niña,
voy a trepar a tu reja,
échate sólo una saya;
voy a trepar a tu reja,
clavellinita encarnada...


No os lo vais a creer. Pero Fortún ha clavado la escena 5,2-8 del Cantar. El rondador suplica: "Ábreme, hermana, amiga mía, / mi paloma, mi perfecta, / que tengo la cabeza cuajada de rocío, / mis cabellos con relente de la noche." Pero, provocadora, se le insinúa la hermosa: "Ya me he quitado la túnica: / ¿tendré que vestirme? Será mejor que pinchéisaquí para leer y contemplar el referido pasaje.

bblanco



¡BAILA, BAILA, QUE TE VEAMOS!



Con su habitual sensibilidad y su peculiar ironía, Mario Benedetti, en Pies hermosos, va recorriendo, cuerpo arriba (pies, tobillos, pantorrillas y muslos, pubis, ombligo, pezones, labios y ojos), la bella figura de la artista que inmortaliza en sus versos.

PIES HERMOSOS

La mujer que tiene los pies hermosos
nunca podrá ser fea
mansa suele subirle la belleza
por tobillos pantorrillas y muslos
demorarse en el pubis
que siempre ha estado más allá de todo canon
rodear el ombligo como a uno de esos timbres
que si se les presiona tocan para elisa
reivindicar los lúbricos pezones a la espera
entreabrir los labios sin pronunciar saliva
y dejarse querer por los ojos espejo...


El Cantar, en 7,1-6,inicia el vuelo también desde los pies, que están danzando ("¡Baila, baila, que te veamos! / ¡Qué lindos son tus pies / con sandalias de princesa!" Y asciende desenfadamente por el generoso cuerpo que se contonea, bailando acaso la danza del vientre. Según la traducción, nada fácil, las estaciones, con sus misterios gozosos, podrían ser: muslos, ombligo o sexo, vientre, pechos, cuello, ojos, nariz, cabellos... Para comprobarlo, pulsaraquí.

bblanco



¡ALLÍ TE ENTREGARÉ TODO MI AMOR!



Mujer libre, vital, sencilla, sensual, adorable, la poetisa uruguaya Juana de Ibarbourou, en el poema La invitación, propone al compañero escaparse al campo a disfrutar de la mutua compañía en plena naturaleza. Como urbanita que huye de la ciudad en fin de semana (y eso que nos encontramos en 1922), le promete que, al regreso al hogar, se sentirán cargados de muy buenas vibraciones:

Quererse en el campo de cara a los cielos.
¡Ah tampoco sabes lo bueno que es eso!
Es como beberse la vida de un sorbo
tan fuerte y tan hondo, que a veces da miedo.

Decídete. Vamos. Al tornar, la casa
ha de parecernos más clara y más nueva
porque volveremos sanos y optimistas
como una pareja de amantes de aldea.


Con los cálidos versos del poema Raíz salvaje invita con claridad a su amante a disfrutar una noche de amor en plena naturaleza:
¡Ay!, quisiera llevarte conmigo
a dormir una noche en el campo
y en tus brazos pasar hasta el día
bajo el techo alocado de un árbol.


En plena primavera, programan los esposos del Cantar —en realidad es ella quien lo sugiere y organiza— unos días de felicidad en el campo, entre viñas y granados (7,12-14): "¡Ven, amado mío, salgamos al campo! / Pasaremos la noche en las aldeas. / Iremos, con el alba, a los viñedos..." Y entre besos, caricias, miradas, suspiros, les llegará la noche y sus placeres. Entonces, —promete la esposa al amado—, allí mismo, en el latido blando de la pradera..., "¡Allí te entregaré todo mi amor!"

Para saborear texto y contexto de estos versículos, podéis pulsaraquí. En los lunes y jueves próximos seguiremos descubriendo poemas de amor de pareja con visión trascendente.

bblanco

Volver arriba