Versos de JESÚS MAULEÓN a la muerte de su madre (2). "Hagamos una fiesta"

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En el pasado post, presentamos tres títulos del poemario de Jesús Mauleón "Este debido llanto"(pulsar). Y dejamos suspendida la lectura de la "Nota preliminar". Leamos hoy los últimos párrafos de la corazonada confesión del proceso de duelo del autor, más allá de teóricos esquemas ajenos por completo a su personalísima experiencia:
"Si mis versos fueron el producto de un duelo, éste fue un duelo mío, y halló una concreción literaria, dicho sea con toda la modestia del caso, única e irrepetible. Fueron los versos de alguien que sufre la muerte de la persona querida desde la raíz misma de la soledad y desde la noche, a un tiempo oscura y luminosa, que la fe proporciona.

De cualquier modo, el resultado está aquí. Y, aunque las circunstancias pesonales del caso sitúen mi experiencia en lo particular, espero que la conmoción que provocó y dio cuerpo a estos versos, nacidos, bien los sé, de un desconcierto que, en el fondo, de puro común es universal, llegue incluso más allá de los reducidos límites en que de ordinario se apagan y mueren los ecos minoritarios de la poesía."


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TÚ REÍAS CON LAS BROMAS...



Vamos a disfrutar hoy tres nuevos poemas. Viene ilustrado el primero con una fotografía muy simpática. María, la madre nonagenaria, y Rebeca y Natalia, dos nietas, ríen con alegría de corazón.

Llamada María a la Casa del Padre, la fe –que es ver lo que se cree más que creer lo que no se ve– reúne, en el amor del hogar, a una familia muy especial: a Dios Padre, y a María la madre, con Jesús su hijo (hablo de Jesús Mauleón, naturalmente). Todo es uno en el Señor: la Iglesia militante y la Iglesia triunfante se dan un abrazo de tiempo y de eternidad:

HAGAMOS UNA FIESTA

Puesto que Dios está aquí
y puesto que Él te trae de la mano,
hagamos una fiesta.
Ea, esta es la casa
en la que tú reías con las bromas
cuando yo disfrazaba mi cariño
con alegres ropajes que el humor me prestaba.
No sé si nunca pronuncié un "te quiero",
pero ahora que te has ido
la verdad de tu muerte me revela
lo mucho que te amaba.

Pero no nos perdamos en palabras.
Con Dios, Amor y Humor, con Dios Vida y contigo
hagamos esa fiesta donde muera
mi soledad al fin, y nuestra casa
sea una casa viva.

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AL LADO DE LAS FUENTES DE AGUA VIVA



¿Qué es el Cielo? Estar con Dios. ¿Y la felicidad? Estar con Dios, en la tierra por ejemplo. No hay espacio. Tampoco hay tiempo. Aquí está Dios con ella y con nosotros. Allí estamos nosotros con Dios y con ella. "Sé que la cuidas, la tratas como a una hija reina."

COMO A UNA HIJA REINA

Creo, Señor, ¿por qué, si no, este llanto tan adentro?
Creo y voy por la vida dolorido
con mi cara de fiesta.
Creer en ti es saberte
en mi mesa, en mi cuarto,
ver sobre mí tu tienda
y cobijar mi noche.

Creo que la tomaste de la mano,
la llevaste a tu casa de luces y jardines;
y cada día
la tomas tú del brazo como hasta ayer sus hijos, la paseas,
la sientas frente a las flores que no mueren,
al lado de las fuentes de agua viva
que no se agotan nunca.

Creo, es decir, me fío,
Padre y Señor, amante soberano.

que la cuidas, la tratas como a una hija reina.

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ME INICIASTE EN LA PALABRA HERMOSA QUE HA SALVADO MI VIDA



La palabra nos viene, sobre todo, por la madre. También la Palabra. Dedica el poeta una primera página de "Este debido llanto" a explicarnos telegráficamente el porqué de su afición a escribir poesía, sobre todo poesía de Trascendencia:"Murió el 16 de febrero de 2006, a los 94 años. Mucho tiempo atrás, fue ella quien me enseñó las palabras. Sobre todo, una que llevó a mi corazón la fascinación y el misterio: DIOS."

-Ahora que ya conoces, María, por visión, a Dios, ¿por qué no me lo enseñas, como cuando era pequeño...?

DIME TÚ CÓMO ES DIOS

Dime tú cómo es Dios. Di, no temas
que yo no te comprenda.
Ahora que lo has visto cara a cara,
dime, y quizá yo poco a poco
entre en este lenguaje de lo eterno.

Recuerda cuando yo era un niño
y me enseñaste a hablar. Al principio entendía
sólo apenas el son que tus labios cantaban,
y luego me iniciaste
en la palabra hermosa que ha salvado mi vida.

Ahora que ya lo sabes,
dime tú cómo es Dios, que yo te escucho,
mis ojos bien abiertos y latiendo
loco mi corazón igual que entonces.


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A JESÚS MAULEÓN se le murió
la madre con 94 años,
y acaba de publicar un tremendo poemario


1.Versos de JESÚS MAULEÓN a la muerte de su madre (1):

VEDLE AHÍ RASTREANDO
YA ME DESPIDO AQUÍ
JOVEN PARA SIEMPRE


2.Versos de JESÚS MAULEÓN a la muerte de su madre (2):

HAGAMOS UNA FIESTA
COMO A UNA HIJA REINA
DÍME TÚ CÓMO ES DIOS


3.Versos de J. MAULEÓN a la muerte de su madre (3):

ESTÁS EN EL GRAN CORO
EL TIEMPO MUERTO
MIRO ACERCARSE A DIOS
YA LE HABRÁS DADO UN BESO ETERNAMENTE


4.Un misterioso lector nos refiere su experiencia con versos de Jesús Mauleón.

ESTOS GERANIOS ROJOS
EN ESTE SILLÓN


5."Y tú, ¿dónde estás?". Jesús Mauleón medita la muerte de su hermano.

Y TÚ, ¿DÓNDE ESTÁS?


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