Lo que no se cuenta (Opinión) Privar de la clase de religión es condenar a la ignorancia
Los alumnos y las familias sigues siendo presionados para renunciar a la clase de religión
| Vicente Luis García Corres (Txenti)
En estas fechas de matriculaciones de nuevos cursos el asunto de la asignatura de religión es un clásico de la información en los medios de comunicación. El descenso de las matrículas, los porcentajes a la baja de alumnos que solicitan la asignatura de religión, el recorte de horas al profesorado de religión de los centros públicos, concertados y privados; la defensa de una educación laica; las acusaciones de adoctrinamiento; las protestas de las delegaciones de enseñanza de los obispados y las reivindicaciones de los colectivos de profesores y de AMPAS para todos los gustos.
Por lo general las informaciones defienden la tesis de que este descenso es una consecuencia lógica de la evolución de la sociedad hacia una cultura más laica y menos mediatizada por lo religioso.
Las cifras que se aportan, y que suelen emanar de la administración, son las que son y evidencian ese descenso. Nada que objetar.
La secularización es un fenómeno que viene produciéndose desde hace décadas y que lo mismo se refleja en la participación de las celebraciones religiosas como se manifiesta en la matriculación en la asignatura de religión.
Pero lo que no se dice es que un porcentaje de este descenso se debe a las presiones que los alumnos y las familias están recibiendo por parte de la sociedad, las direcciones de muchos centros y el profesorado que quiere sacar la asignatura de religión de la enseñanza escolar.
Lo que no se dice es que desde las direcciones de algunos centros se envían cartas, correos y mensajes conminando, con más o menos violencia verbal, a desistir de la clase de religión, “avisando” de las posibles consecuencias de marginación que podrían ser objeto los alumnos que la demanden cursar.
Lo que no se dice es que la asignatura de religión, lejos de ser una catequesis, aporta una visión humanística de esta sociedad heredera de una cultura judeo cristiana que si no se conoce ni se entiende juega a favor de la manipulación de quienes quieren imponer sus criterios y “valores”.
Lo que no se dice es que esta guerra contra la clase de religión se ceba sobre la religión católica, y cristiana, principalmente, porque con la población musulmana ni se atreven ni tienen nada que hacer por la fidelidad de los padres a una educación religiosa que les ayude a sus hijos a conocer la historia de su fe y su influencia en ámbitos como el arte, la política, la cultura, las tradiciones, … porque eso es una clase de religión, una visión global de la influencia del hecho religioso en el mundo pasado y actual, y académicamente privar de la clase de religión es hacer a las futuras generaciones más ignorantes, y así más manipulables. Y eso es lo que no se dice.
(hasta aquí lo que se publica hoy en el diario El Correo que solo admite cartas al director con textos breves)
Da igual que el informe PISA nos de datos demoledores de la calidad de nuestra enseñanza, da igual que los países que cometieron errores académicos y a lo que mirábamos como modelos estén corrigiéndolos y, por ejemplo, recuperando la filosofía y el latín en la enseñanza o retirando los dispositivos y pantallas que tanto iban a hacer por la educación de nuestras nuevas generaciones. A pesar de que ya está más que demostrado que las pantallas atontan al personal.
Pues lo mismo pasará un día, cuando se ponga en evidencia cómo la eliminación de la asignatura de religión colabora en la formación de ignorantes y manipulables.
Algún día volveremos a descubrir la importancia de saber que La Piedad que se encuentra a la entrada de la Basílica de San Pedro, en la primera capilla de la derecha, es obra de Miguel Ángel, Michelangelo Buonarroti, que hay que situar la obra a finales del siglo XV, que se refiere a un momento del relato de la Pasión de Cristo, tras el descendimiento de la cruz. Que es una escena que forma parte del imaginario popular ya que no se relata como tal en los evangelios. Que esta escena ha dado pie a muchas obras artísticas de la pintura y la escultura. Que en la imaginería de la semana santa está presente. Que suscita devociones populares.
Es decir que el hecho religioso y sus manifestaciones diversas te conecta con la historia, con el arte, con la música, con las tradiciones, con la gastronomía, con la política, con la sociología, con la antropología, con la arquitectura, con la arqueología, …y esa visión global del hecho religioso y su incidencia tan diversa sólo es posible conocerla a través de una asignatura que se llama “RELIGIÖN”.
Luego cada cuál que crea en lo que quiera o en lo que su experiencia personal le lleve a creer, pero privar de esta área del conocimiento a las futuras generaciones es perpetrar un robo que les convierte en ignorantes. ¿Es eso lo que queremos? pues parece que algunos sí.