Cada día se irán conociendo más historias que avalan que Maduro es un presidente ilegítimo y que las urnas en Venezuela dieron la victoria a Edmundo González. 

La parroquia de San José Obrero situada en un barrio de Caracas tiene adscrito un colegio que ha sido “colegio electoral” en las pasadas elecciones en Venezuela. Esta parroquia está regentada por los carmelitas quienes han podido participar de la auditoría que tras finalizar la jornada se lleva a cabo en el mismo colegio a pie de urna. 

La jornada en este colegio, el Niño Jesús de Praga, fue toda una fiesta de la democracia, como al parecer en la mayoría de los colegios del país. La gente acudió a votar con sensación de libertad y de esperanza de cambio. Un dato importante de este colegio electoral es que está enclavado en un barrio tradicionalmente chavista, afín al gobierno. 

Tras finalizar la jornada electoral una representación de la comunidad religiosa acudió al colegio para participar en la auditoría de los votos, es decir cotejar que los datos que ofrecía el sistema mecánico coincidía con los justificantes emitidos por la máquina. 

Los auditores se acercaron sobre las seis de la tarde, pero tras varias demoras no sería hasta las once de la noche cuando, y solo un grupo de diez personas, tuvieron acceso a una de las urnas elegidas para el chequeo. Más tarde conocerían que este patrón de demora se repitió en todo el país como estrategia del Gobierno para demorar los resultados. 

Tras la larga espera llegó la confirmación de que la victoria de Edmundo Gonzalez sería un hecho: Edmundo Gonzalez 233 votos, Nicolas Maduro 117 votos. Recordemos que este barrio era tradicionalmente pro gobierno. 

Lógicamente ante la evidencia vivida en el propio barrio resultaba difícil creerse el anuncio de la junta electoral dando el triunfo a Maduro con un 51%. 

A la mañana siguiente el barrio amaneció en silencio, “un silencio sepulcral que no se recordaba desde la muerte de Chaves” dice mi informante. 

Tras el silencio llegaron las primeras protestas. “Escuchar a Maduro autoproclamarse ganador fue un golpe muy duro. Como una patada en el hígado.”

Si en la primera aparición de Maria Corina Machado la oposición contaba con un 40% de las actas ahora disponen ya de más del 80% de las actas que certifican que el respaldo a Edmundo Gonzalez ha sido del 70% de los votos. 

La oposición ha hecho un llamamiento a la manifestación pacífica pero la violencia por las dos partes ya se ha desatado. Mercenarios del gobierno patrullan en motos con parrilleros armados de palos amedrentando a los viandantes, y por otro lado grupos de manifestantes están derribando estatuas de Chaves en diversos puntos del país. 

Las caceroladas han sido las primeras manifestaciones de protesta popular ante el fraude electoral perpetrado por Nicolas Maduro y su gobierno. 

Hoy el grito popular en Venezuela es que “Este es el fin de la era chavista”.

La Venezuela en la diáspora se fue dando cita en plazas públicas como la de la Virgen Blanca de Vitoria-Gasteiz  para seguir las noticias del proceso electoral y conocer con tristeza y desagrado la manipulación de los datos. 

Non solum sed etiam

Espero que la presión internacional haga recular a Nicolas Maduro y reconocer su derrota, y que los demócratas que se apresuraron a reconocer el resultado electoral pidiendo “ante las dudas, transparencia, transparencia, transparencia” con la misma contundencia reconozcan que lo que se ha dado es un fraude, fraude, fraude.