Mañana tendría que comenzar la tregua olímpica establecida por las Naciones Unidas entre los días 19 de julio y 15 de septiembre. Es decir una semana antes y hasta una semana después del inicio de los Juegos Olímpicos y el último día de las paralimpiadas. Esta llamada a la paz, secundada por el Papa Francisco, es una tradición que se remonta al origen de los juegos en Grecia, s.IX a.C. Consistía en un tratado que garantizase la seguridad de tránsito de atletas, peregrinos, artistas, comerciantes, y personas que se desplazaran con motivo de los Juegos Olímpicos. El Papa Francisco ha defendido esta tradición con estas palabras: "En el momento histórico particularmente oscuro que estamos viviendo, el deporte puede tender puentes, derribar barreras, fomentar relaciones pacíficas”. 

El COI (Comité Olímpico Internacional) recuperó con fuerza esta tradición en 1992 y la Asamblea General de las Naciones Unidas se sumó al llamamiento internacional a respetarla. Con las Guerras de Ucrania y Gaza, más las que siguen desarrollándose en otros puntos del planeta el llamamiento se hace nuevamente. ¿Con qué cara se presentarán los deportistas de los países que no respeten esta tregua?

El mundo clama que se lleven a cabo unas acciones encaminadas a la concordia como valor universal.

Este espíritu de concordia, de comunión, es el que inspiró de alguna manera que en el 2016 el lema olímpico pasara de tres a cuatro términos: Citius - Altius - Fortius - y Communiter que incluye esa dimensión de fraternidad deportiva en la competición, algo que ya estaba en la génesis del lema primigenio, cuando el dominico Heri Didon, guía espiritual del barón Pierre de Coubertin se lo sugirió. 

En esa misma línea, y desde hace ya dos olimpiadas, hay un colectivo muy especial que participa bajo la bandera de los Refugiados. Deportistas que han tenido que huir de su país de origen por diversos motivos y que han sido acogidos en otras naciones y comités olímpicos. En esta ocasión serán 36 deportistas procedentes de 11 países  y que competirán en 12 disciplinas deportivas. En Río de Janeiro fueron 10 y en Tokio 29 los componentes de esta especial delegación. 

Por unos JJOO en paz, no solo en París sino en todo el Planeta.