"El debate sobre la mujer en la Iglesia, desesperadamente lento" Aradillas:"¡Por amor de Dios, susciten y hagan posible cuanto antes el nombramiento-elección de mujeres–párrocas!"
"La burocracia y los procedimientos eclesiásticos son tanto o más lentos que los civiles o administrativos. Los “papeles” y las consultas siguen siendo todavía muchos, y nada pastorales"
"Presentar la misma figura de Dios, en Jesús, bíblicamente sexualizado, como “padre”, “rey” y “señor”, con todas sus consecuencias teológicas, litúrgicas y pastorales, relegando a la mujer por mujer, a pecado, esclava, y objeto, cuestionando su misma condición de persona, hace perdurar innobles etapas androcéntricas"
El ritmo que, en cuanto al tiempo y a la preocupación, se les imprime a las gestiones oficiales que requieren soluciones aún urgentes, es con frecuencia, y aún por definición, desesperadamente lento en la Iglesia. Es lentísimo. Un gran porcentaje de ella no se logran, y casi sistemáticamente, falta un nuevo documento o un sello, una leve justificación u otra reunión consultiva en cualquiera de las esferas burocráticas, que obstaculiza o dificulta la culminación, positiva o negativa del problema en cuestión. La burocracia y los procedimientos eclesiásticos son tanto o más lentos que los civiles o administrativos. Los “papeles” y las consultas siguen siendo todavía muchos, y nada pastorales.
El “vuelva usted mañana”, o “el tiempo dirá”, son fórmulas, delictivas a veces, pero frecuentes e incongruentes en el ordenamiento eclesiástico y más si se le adscribió algún aditamento de tipo semi o seudo- dogmático que pueda “santificar” el ritmo impuesto “por ser esta la voluntad de Señor” y no el fruto y la consecuencia de perezas intelectuales y de miedos a la renovación y al cambio.
Uno de los temas hoy pendientes de atención y horarios “extras” en la Iglesia, dejo constancia y vuelvo a subrayar que es el del relativo a la mujer..
Este no puede esperar ni un solo día más. Ofende a la institución y a la misma humanidad. Resulta además dramáticamente anacrónico. Es inelegante, ineducado y anti-cristiano. “Es cosa de curas y de señores feudales” Es incívico, incivil e incivilizado. Contrario a la ley, incapacitando la vida en convivencia en sus propios fundamentos divinos y humanos. Presentar la misma figura de Dios , en Jesús, bíblicamente sexualizado, como “padre”, “rey” y “señor”, con todas sus consecuencias teológicas, litúrgicas y pastorales, relegando a la mujer por mujer, a pecado, esclava, y objeto, cuestionando su misma condición de persona, hace perdurar innobles etapas androcéntricas merecedoras de la calificación machistas, obligados a subrayar vergonzosamente todas y cada una de las sílabas de este asilvestrado y desaforado “palabro”. El “ser humano” creado a imagen y semejanza de Dios es y sigue siendo eje y obra predilecta de su creación –“vio Dios que toda ella era buena”- , y en la misma y en cualquiera de sus categorías, el “hombre” que no era, ni es, solo “varón” sino “hembra” también.
El empecinamiento – compromiso antifeminista de la Iglesia oficial y, por tanto, de los evangelizadores y educadores que así “predican” esta doctrina, con premios y promesas hasta supra-naturales, es irracional, es decir, “opuesto y ajeno a la razón”. No es posible ser y ejercer conscientemente de cristiano, de discípulo de Jesús, y de miembro de la Iglesia en cualquiera de sus estamentos sobre todo jerárquicos, sin sentir la discriminación teológica que hoy padece la mujer y sin haber hecho y hacer cuanto sea posible, y más, por erradicarlo.
Comparando las leyes civiles en general con las canónicas de la Iglesia oficial, y la praxis seguida en las realidades sociales, la diferencia en contra de la mujer, a no pocos –y pocas- hasta llega a resultarles de alguna manera sospechosamente patológica y nada fiable.
Como colofón a esta nueva entrega de sugerencias e insinuaciones pastorales de actualidad tan inclemente, con visos de irreversible e irremediable, todavía para algunos, insisto en que las parroquias de multitud de pueblos de la España bautizada sacramentalmente como “vacía o vaciada”, están soberanamente faltas de pastores. El panorama presente y el futuro es desolador para la Iglesia, tal y como esta sigue intentando ser vivida y expresada tanto canónica como litúrgicamente.
¡Por justicia y por amor a Dios, susciten y hagan posible cuanto antes el nombramiento-elección de mujeres –párrocas. desde los más altos cargos de responsabilidad hasta los de acólitos/as…¡
Verse obligados a tener que cerrar más templos y suprimir más celebraciones eucarísticas, es anti cristiano y nada razonable…Las estadísticas --¡palabras de Dios¡- así nos lo “cantan” y lamentan hasta con los mismos versículos del salmo “miserere”.