"Me entristece, me indigna ver tanto odio que sale de gente que se autoproclama católica, 'tradicional'" Luciano A. Troncoso: "Querido hermano Francisco: en este siglo convulso, más que nunca, estoy con usted"
"Este pontificado ha buscado hacer a la Iglesia menos romana y más católica. Creo profundamente, y lo manifiesto más de una vez en los escritos que elaboro, que ser "romana" y ser "católica" es una contradicción mortal"
"Has querido que todos fraternicemos/sororicemos en torno a la mesa del pan alimento de vida y del vino de fiesta y alegría"
| Luciano Alfredo Troncoso, teólogo
Querido obispo de Roma, hermano Francisco:
En estas líneas no quiero ser extenso ni tampoco elaborar un documento. Quiero manifestarle, desde lo más hondo de mi corazón que estoy con usted. Que en este siglo convulso, más que nunca, estoy con usted. No porque sea un defensor de las estructuras vaticanas, ni por algún mandamiento que ciertos magisterios hayan pronunciado.
Mis palabras nacen, en primer lugar, porque soy un seguidor de Jesús, que ha visto las luces y sombras de una comunidad eclesial a la cual, como don y tarea, ha sido usted llamado a presidir en el amor. Porque creo que nuestra llamada es a ser Buena Noticia para hombres y mujeres, en especial las y los empobrecidos y descartados de este mundo. Siento que usted ha logrado sintonizar profundamente con eso, a pesar de que hay discrepancias como en todo. Usted no es Jesús, yo tampoco; basta que ambos, de una u otra manera, nos pongamos a andar, y vaya que lo has hecho y harto.
En segundo lugar, porque este pontificado ha buscado hacer a la Iglesia menos romana y más católica. Creo profundamente, y lo manifiesto más de una vez en los escritos que elaboro, que ser "romana" y ser "católica" es una contradicción mortal. Sin embargo, has caminado en la universalidad del mensaje de Jesús, has sido un verdadero amigo de Jesús y has queridos que todas y todos, sin excepción, sin trabas ni aduanas, puedan sentir la ternura de la presencia del Nazareno.
Has querido que todos fraternicemos/sororicemos en torno a la mesa del pan alimento de vida y del vino de fiesta y alegría. Siempre la Iglesia debió ser así, no ser agente de conquista cultural de una manera absolutista de ver el mundo, la sociedad y a Dios. Pero nunca es tarde, siempre estará ese tiempo acontecial/kairós. Y hoy lo encarnas.
Porque no has querido convertirte en una especie de figura central, has querido que todas y todos seamos protagonistas de la Buena Nueva. Jesús es para todas, para todos, y eso estás sembrando; porque un día partirás a la presencia del Galileo, y quienes creemos en Él seguiremos profundizando los caminos que estás andando, con esfuerzo y decisión.
Porque los defensores del statu quo (la muerte es el statu quo, decía un amigo a quien le hiciste justicia, Ernesto Cardenal) están enloquecidos, violentos, inflamados de un visceral odio, porque hoy se han convertido en los fariseos y escribas de antaño, que están más atentos a la letra (que mata, cuando se le absolutiza) que al espíritu (que da la vida).
Me entristece, me indigna ver tanto odio que sale de gente que se autoproclama cristiana, católica, "tradicional"... Qué más tradicional, si se permite la palabra, que el amor sin barreras y sin condiciones de Jesús... A tal punto que hasta para esta gente está abierto el camino que haces. A mí me cuesta, a ti no tanto. Por eso te admiro.
No me alargo más. Le envío mi abrazo lleno de afecto, mi hombro por si quiere llorar (somos humanos y algunas veces la carga se nos hace insoportable), mis manos y pies para actuar, mi co-razón para seguir pensando una Iglesia-Otra, esa que estás moviendo o, más bien, que a nosotras y nosotros nos pides que movamos.
Bendiciones, Francisco, rezo por ti. Hazlo por mí, por favor, y por mi familia.
Afectuosamente, con un abrazo nazareno.
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