"Necesitamos una Ley General de Atención Social y Atención Sociosanitaria" David López Royo: "El coronavirus ha hecho necesario un cambio en el modelo de atención a las personas mayores
"Los mayores son la base, no lo podemos olvidar, del progreso que España ha tenido en los últimos cincuenta años. Los mayores son ejemplo de entrega generosa para lograr que se pudiera avanzar en la construcción de una sociedad más solidaria"
"Estábamos muy cómodos con el planteamiento social en la atención a los mayores: ayuda a domicilio, centros de día, viviendas tuteladas, residencias, atención familiar, apoyada esta última en personas que conviven con quienes atienden y cuidan"
La pandemia no termina, es más continúa y parece que no encuentra límites. Estamos viviendo, mejor no hemos dejado de vivir, una situación compleja desde que apareció el dichoso "bicho", la Covid-19.
Lo cierto y constatable es que sin quererlo, de nuevo, aparecen las Residencias de Mayores como puntos críticos; al menos así lo predican los medios de comunicación. Cierto es que cuando una Residencia se ve afectada, de manera inmediata, se convierte en noticia. A mi entender el titular debería de ser el siguiente: "se hace necesario un cambio en el modelo de atención a las personas mayores".
Los mayores representan en nuestro país una gran tasa de población, y en los años venideros ésta irá creciendo. Los mayores son la base, no lo podemos olvidar, del progreso que España ha tenido en los últimos cincuenta años. Los mayores son ejemplo de entrega generosa para lograr que se pudiera avanzar en la construcción de una sociedad más solidaria. Los mayores han potenciado proyectos empresariales que hoy son un referente económico y social. Los mayores han sido políticos comprometidos con nuestra historia reciente, la que comenzó con la transición política. Los mayores han sido, ante todo, un motor de nuestro actual Estado de Bienestar. Todo esto nos obliga, convirtiéndose en un mandato vinculante, a que nos hagamos la siguiente pregunta ¿se puede abandonar a la población mayor?
Mi parecer es que la voluntad de nuestra sociedad no es abandonar a este corte poblacional; pero también es cierto que ante la pandemia que nos está tocando vivir no ha existido una respuesta coherente y adecuada a las necesidades de este grupo social. Nos ha sorprendido el coronavirus y no existía una preparación adecuada.
Estábamos muy cómodos con el planteamiento social en la atención a los mayores: ayuda a domicilio, centros de día, viviendas tuteladas, residencias, atención familiar, apoyada esta última en personas que conviven con quienes atienden y cuidan.
Desde mi punto de vista el problema no puede situarse en los distintos servicios ideados desde la intervención social a este colectivo y, mucho menos en las Residencias. No hay que olvidar que una Residencia de Mayores es un Hogar, un Hogar con mayúsculas. Se busca en todo momento que las personas puedan hallarse como si estuvieran en su propio domicilio. Una Residencia no es un Hospital. Conviene no alejarse de esta realidad aunque, no se puede entender muy bien, el porqué muchos políticos han considerado que estos centros eran una especie de hospital que podríamos calificar como un lugar con menos recursos que un gran centro hospitalario ¡Un gran error!
Sin embargo, desde hace varios años, existen técnicos y especialistas en la atención a las personas mayores que vienen reclamando un cambio de modelo en este servicio; sobre todo derivado de la mayor esperanza de vida y de las patologías existentes por el propio envejecimiento, lo cual produce lo que podemos llamar enfermedades crónicas y un nivel progresivo de dependencia.
Habría que impulsar un modelo de atención sociosanitario a la dependencia y a la cronicidad de las personas mayores y de las personas dependientes. El concepto es bastante ambicioso. Si se decide que el mismo forme parte de la planificación de los ámbitos sanitario y social conlleva, sin aristas y sin barreras, un cambio sustancial en el sistema de atención sanitaria y en los programas de intervención social. Aquí está el punto nuclear del problema. Es verdad que lo inmediato, por la presencia de la Covid-19 implica apoyar a las Residencias de Mayores en temas estrictamente médicos; pero esta no es la solución para el futuro. Es una respuesta puntual a una problemática derivada de una pandemia.
Hay que buscar un Modelo de Intervención a la cronicidad y a la dependencia que pueda articular una respuesta adecuada a la realidad demográfica de nuestro país.
Para esto, lo primero que se debería hacer, si bien tenemos la Ley de Atención a la Dependencia y existen Leyes Autonómicas que consideran la situación dependiente de las personas, es una Ley General de Atención Social y Atención Sociosanitaria, que no existe como ley marco para todo el conjunto del Estado español. Podría ser una Ley General de Servicios Sociales, en donde la dimensión sociosanitaria sería conveniente que estuviera en este ámbito de intervención social. Tanto la Ley General que propongo como la ubicación en este espacio suponen una auténtica revolución, dado que necesitaría un amplio consenso en el Congreso de los Diputados y en el Senado. Teniendo esta Ley como referencia, las distintas Comunidades Autónomas deberían adecuar sus leyes autonómicas a la misma. Estamos, por tanto, ante un gran reto. Una vez más precisamos de un alto consenso y de que los políticos tengan alturas de miras.
La Ley General debería especificar la interrelación que se tendría de dar entre los diversos recursos existentes en la atención a las personas mayores con enfermedades crónicas y con situación de dependencia. Recursos de los ámbitos sanitario y social. Este es un punto esencial y necesario. Esto conllevaría el tener un departamento especializado en la atención primaria en estrecha relación con los recursos que atienden a este colectivo. Este departamento tendría que tener un encaje directo en el área de sociosanitaria.
Además, sería necesario generar centros especializados que atendieran la cronicidad. Estos centros no son hospitales pero tampoco son residencias al uso. Tienen que interaccionar la dimensión sanitaria con el espacio social. Desde estos centros habría que planificar todos los servicios necesarios (ayuda a domicilio, atención social, atención sanitaria, apoyo familiar, acompañamiento, teleasistencia, servicio de comida, servicio de lavado de ropa, apoyo psicológico y apoyo terapéutico) para que las personas pudieran tener una atención integral e integradora. Al ser centros especializados en la cronicidad deberían convertirse en espacios de referencia para toda la atención sociosanitaria que las personas dependientes, en especial mayores, pudieran demandar.
Para lograr lo anterior, además de tener la legislación adecuada y propia, sería necesario realizar un estudio de los recursos existentes por zonas de influencia, de tal manera que el resultado obtenido pudiera ayudar al área sociosanitaria a proponer la transformación del actual sistema de atención a las personas mayores o con enfermedades crónicas.
Lo anterior se puede lograr si existe voluntad política y deciden los responsables de las distintas Administraciones que hay que replanificar la intervención social y la atención sanitaria en lo dispuesto para este colectivo.
Hay que tener una visión diferente a la que actualmente tenemos y para ello, la crisis que nos está tocando vivir con el coronavirus, nos debería hacer replantearnos nuestro sistema de atención a las personas mayores con situación de cronicidad y de dependencia.
Para lograr el cambio es imprescindible la colaboración conjunta entre todos los agentes que tienen un rol en los servicios actualmente existentes. Las Administraciones Públicas a través de la gestión directa que puedan realizar, el tercer sector que tiene una amplia presencia en la atención a este colectivo, aquí LARES puede aportar ideas y proyectos, y el sector empresarial a través de la gestión, llamada privada, están llamados a entenderse y a realizar una planificación conjunta que responda al nuevo marco que se pueda implementar por la nueva Ley General que propongo trabajar.
El problema no está en las Residencias de Mayores, son Hogares que están intentando responder de la mejor manera posible a lo que la Covid-19 puede plantearles en el día a día. El problema es de calado, y está ubicado en la necesidad de reorganizar el actual sistema sanitario y el sistema de intervención social. El problema está en la búsqueda conjunta de un nuevo sistema sociosanitario y aquí, efectivamente, los responsables políticos tienen una alta responsabilidad. Estoy convencido que tienen una gran oportunidad ante la crisis económica, social y sanitaria que estamos viviendo. Esperemos que superen las barreras que ellos mismos se imponen, y realicen los esfuerzos precisos para establecer, esta vez de verdad, un sistema sociosanitario para nuestros mayores; no debemos olvidar que ellos lo han dado todo para lograr un país con un alto nivel de bienestar.