"Esos casi doce años se han hecho verdaderamente largos, sufridos y descorazonadores" Patxi Azpitarte, ante la salida de Munilla: "Comparto la expresión más repetida por la gente de mí alrededor: ya era hora"
"Así, 'a bote-pronto', lo primero que he sentido es una gran alegría, que se suma a la alegría mostrada por tantas personas desde que se ha hecho público el nombramiento"
"Comparto la expresión más repetida por la gente de mí alrededor: ya era hora. Esos casi doce años se han hecho verdaderamente largos, sufridos y descorazonadores"
"Ojalá sea un obispo de estilo sinodal, que acierte a escuchar a la gente, sepa acoger sus reflexiones, potencie la participación y la toma de decisiones consensuada"
"No son tiempos fáciles para lo cristiano y lo eclesial, pero estoy seguro de que el nuevo ciclo que se abrirá a lo largo del año próximo será positivo e ilusionante para no pocos diocesanos"
"Ojalá sea un obispo de estilo sinodal, que acierte a escuchar a la gente, sepa acoger sus reflexiones, potencie la participación y la toma de decisiones consensuada"
"No son tiempos fáciles para lo cristiano y lo eclesial, pero estoy seguro de que el nuevo ciclo que se abrirá a lo largo del año próximo será positivo e ilusionante para no pocos diocesanos"
| Patxi Azpitarte, párroco de Deba e Itziar
El mediodía del pasado martes hemos podido saber que José Ignacio Munilla deja nuestra diócesis de San Sebastián para hacerse cargo de la diócesis de Orihuela-Alicante. ¿Qué puedo decir al respecto? Como suele decirse en términos deportivo-pelotísticos, así, “a bote-pronto”, lo primero que he sentido es una gran alegría, que se suma a la alegría mostrada por tantas personas desde que se ha hecho público el nombramiento. Comparto la expresión más repetida por la gente de mí alrededor: ya era hora. Esos casi doce años se han hecho verdaderamente largos, sufridos y descorazonadores.
Por eso, creo que ahora toca mirar hacia adelante con nueva esperanza, esperando tiempos mejores para nuestra diócesis y deseando que dentro de unos meses podamos contar con un verdadero pastor que acierte a restablecer una comunión básica entre los laicos, presbíteros y religiosos diocesanos. Llegará en un momento prometedor: mientras la Iglesia trata de llevar a cabo un proceso sinodal que la haga más evangélica, participativa y misionera.
Ojalá sea un obispo de estilo sinodal, que acierte a escuchar a la gente, sepa acoger sus reflexiones, potencie la participación y la toma de decisiones consensuada, esté dispuesto a trabajar pastoralmente aunando fuerzas. Este es el estilo que conocimos y disfrutamos durante varias décadas, con José Mª Setién y Juan Mª Uriarte como pastores al frente y al servicio de la diócesis.
Aunque tratemos de mirar hacia adelante, es imposible evitar una mirada retrospectiva crítica a estos casi doce últimos años, pero no es momento de hacer un recordatorio de las posturas ideologizadas, decisiones y actuaciones más que cuestionables de José Ignacio Munilla; sin olvidar el papel que han jugado sus colaboradores cercanos.
No son tiempos fáciles para lo cristiano y lo eclesial, pero estoy seguro de que el nuevo ciclo que se abrirá a lo largo del año próximo será positivo e ilusionante para no pocos diocesanos.
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