A propósito de la estampita de Lalachus del Sagrado Corazón Discursos del odio, prácticas violentas y respuesta de la ciudadanía

Lalachus y Broncano en las Campanadas de TVE
Lalachus y Broncano en las Campanadas de TVE

"Los discursos de odio han inaugurado el nuevo año en España con la denuncia de Hazte Oír y la Asociación de Abogados Cristianos contra RTVE, el presidente de la corporación pública y la humorista Lalachus por mostrar una estampita del Sagrado Corazón de Jesús personalizada con la vaquilla del programa Grand Prix"

"Los discursos de odio son hoy una de las más graves amenazas contra la democracia, los derechos humanos, la convivencia cívica y los valores originarios de las religiones, que pervierten y convierten en sus contrarios. Tengo la impresión de que en la guerra cultural que los autores de tales discursos han iniciado, están ganando el relato y marcando la agenda de los debates políticos, culturales y religiosos"

Los discursos de odio han inaugurado el nuevo año en España con la denuncia de Hazte Oír y la Asociación de Abogados Cristianos contra RTVE, el presidente de la corporación pública y la humorista Lalachus por mostrar una estampita del Sagrado Corazón de Jesús personalizada con la vaquilla del programa “Grand Prix” en el programa de las Campanadas. No parece que dichos discursos se detengan, todo lo contrario: me temo que vayan in crescendo.

‘Informe RD’ con análisis y el Documento Final del Sínodo

Los discursos de odio son hoy una de las más graves amenazas contra la democracia, los derechos humanos, la convivencia cívica y los valores originarios de las religiones, que pervierten y convierten en sus contrarios. Tengo la impresión de que en la guerra cultural que los autores de tales discursos han iniciado, están ganando el relato y marcando la agenda de los debates políticos, culturales y religiosos. A continuación, voy a ofrecer una reflexión que espero contribuya a identificar estos discursos y a sugerir cuál debe ser, a mi juicio, la respuesta de la ciudadanía para frenarlos.

Para una primera aproximación a la construcción de los discursos de odio por parte de los partidos de la derecha y de la extrema derecha parto de la conferencia Rasgos del nuevo radicalismo de derecha,que Theodor Adorno, filósofo de la Escuela de Frankfurt, pronunció en abril de 1967 en el Neues Institutsgebäude de la Universidad de Viena invitado por la Asociación de Estudiantes Socialistas de Austria. La conferencia fue grabada y guardada en la Österreichsche Mediathek. La edición actual (Taurus, 2020) responde a aquella grabación. La conferencia pretendía analizar el ascenso del Partido Nacional Democrático Alemán (NPD), fundado en 1964. Sus análisis, que se centram en los objetivos, recursos y estrategias del radicalismo de derecha de entonces, siguen siendo válidos hoy.

Protesta contra el AfD en Berlín contra el auge de los neonazis
Protesta contra el AfD en Berlín contra el auge de los neonazis EFE

Adorno considera el extremismo de derechas como un problema real y político, y no psicológico e ideológico. Se caracteriza por el anti-intelectualismo, el carácter autoritario y el uso “de un número pequeño de trucos estandarizados y totalmente cosificados que se reiteran una y otra vez, que son en gran medida pobres y endebles, pero que, por otro lado, debido a la repetición constante que de ellos se hace, logran tener para esos movimientos cierto valor propagandístico”.

La importancia de la propaganda

En el auge del extremismo que conforma a los partidos de derechas, Adorno concede especial importancia a la propaganda que es “sobre todo una técnica de psicología de masas” y no va destinada tanto a la difusión de una ideología, que es demasiado inconsistente, cuanto a mantener ocupadas a las masas. En la propaganda se utilizan las mentiras, hoy hablamos de fake news.

Características del radicalismo de derechas son también el formalismo de corte jurídico, el “idealismo vulgar”, el irracionalismo, el nacionalismo y el sadismo camuflado, que reclama la reintroducción de la pena de muerte al tiempo que exige la impunidad para los verdugos de Auschwitz.

Auge de las 'fake news'
Auge de las 'fake news' Pixabay

Adorno cree que no deben subestimarse los movimientos de la derecha radical, ni considera que vayan a fracasar por tener un ínfimo nivel intelectual, una falta de teorización y una oscuridad en los fines. De lo que sí disponen es de una extraordinaria perfección de las técnicas y los medios propagandísticos, que constituyen “de por sí la sustancia misma de la política”, como así sucedió con los nazis.

Los grupos proclives al fanatismo y al racismo se forman a partir de experiencias negativas[1]. El odio no surge de la nada, tiene un contexto histórico y cultural específico, unas motivaciones, unas causas, unos porqués. Recurriendo a la alegoría de Shakespeare, que hace suya la intelectual alemana Carolin Emcke, alguien tiene que haber provocado la pócima que provoca la reacción del acérrimo y encendido odio. Son “unas prácticas y convicciones fríamente calculadas, largamente cultivadas y transmitidas durante generaciones”[2], alimentadas por foros de debate, publicaciones, medios de comunicación, canciones, discursos, tertulias.

Estos discursos no son creación de la ciudadanía, sino que están inducidos desde instancias que pretenden desacreditar la democracia e instalan dicho descrédito en el imaginario social

Estos discursos no son creación de la ciudadanía, sino que están inducidos desde instancias que pretenden desacreditar la democracia, instalan dicho descrédito en el imaginario social, son cooptados por un sector importante de la derecha política y por la extrema derecha, y han entrado en las diferentes instituciones del Estado: gobiernos nacionales y locales, parlamentos regionales y nacionales, judicatura y colegios profesionales. Lo más preocupante es que son normalizados, cosa que no sucedía en décadas anteriores.

La dialéctica amigo/enemigo

La extrema derecha política, cultural, económica y social, las organizaciones religiosas integristas y fundamentalistas y no pocos de sus dirigentes tienen una responsabilidad no pequeña en los discursos y delitos de odio a través de la dialéctica que practican: amigo-enemigo, nosotros-ellos, personas nativas con todos los derechos-personas extranjeras carentes de los mismos, masculinidades hegemónicas-inferiorización de las mujeres, personas creyentes-no creyentes, culturas hegemónicas-culturas subalternas, antropocentrismo-depredación de la naturaleza, etc.

El rencor nuestro de cada día
El rencor nuestro de cada día

Los discursos y delitos de odio se dirigen contra las minorías religiosas, étnicas y culturales, la teoría de género calificada despectivamente de “ideología de género”, los movimientos feministas acusados de feminazis, los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, considerados puro libertinaje femenino, los colectivos de inmigrantes y refugiados, calificados de “ocupas”. las personas LGTBIQ y la educación afectivo-sexual en la escuela. Desmintiendo los datos de la realidad y las investigaciones científicas, son negacionistas del cambio climático y de la violencia de género. Fomentan la homofobia, el racismo, el sexismo, el antiecologismo, la islamofobia, el antisemitismo y el supremacismo blanco.

Pero la sociedad -nosotros y nosotras- no está exenta de responsabilidad en la medida en que legitima con frecuencia los discursos y delitos de odio y las prácticas violentas con el silencio, la inacción, cruzarse de brazos, creer que no se puede hacer nada por evitarlos y la única reacción es esperar a que pase la ola reaccionaria. Nosotros y nosotras también podemos ser generadores y transmisores de odio. Por eso tenemos que hacer un acto de introspección ética y revisar nuestras emociones e inclinaciones descontroladas a la ira, al asco, al odio y a las microfobias anidadas en nuestros rincones sentimentales y mentales.

La tarea educativa

Estamos ante un problema que hay que atajar desde la familia, la escuela, las asociaciones vecinales, los movimientos sociales, los sindicatos, los partidos políticos, las asociaciones de padres y madres de alumnos y alumnas, deportivas, estudiantiles, profesionales, religiosas, culturales y las ONG’s. El empeño en esta tarea educativa es prioritario y afecta a toda la sociedad.

La educación para la ciudadanía y los derechos humanos fue una asignatura efímera que se eliminó al poco de incorporarse en el sistema educativo español. Dicha asignatura no cabe, ciertamente, en un paradigma cada vez más tecnológico como el español. Creo necesario recuperarla y considerarla no marginal, sino piedra angular de la enseñanza escolar, si bien para que tenga los resultados adecuados hay que cambiar el modelo y los contenidos de dicha enseñanza.

Gente caminando
Gente caminando Timon Studler

Theodor Adorno nos recuerda que no sirve la táctica de guardar silencio sobre estos temas, que es necesario mostrar las contradicciones en las que están montados los partidos, que fomentan los discursos de odio; en otras palabras, hacer ver a la ciudadanía la escisión en la conciencia de las personas autoritarias, represivas y reaccionarias desde el punto de vista político, que reaccionan de manera distinta cuando están en juego sus intereses. Es uno de los puntos de partida más importantes para reaccionar contra esos movimientos.    

¿Cómo responder desde la ciudadanía?

¿Cómo debe responder la ciudadanía a los discursos de odio, que desembocan en prácticas violentas con más frecuencia de lo que aparece en los medios de comunicación? Ofrezco algunas propuestas:

- No considerar el odio como algo natural e inevitable, ni apelar a razones biológicas y psicológicas para su justificación. El odio es algo que se incuba, se programa, se cultiva y se fomenta a través de los múltiples y con frecuencia sutiles mecanismos de quienes lo practican y lo apoyan con su silencio, pasividad o permisividad.

- No normalizar el odio, por muy dramáticas que sean las situaciones que pretendan justificarlo. No se debe permitir que el odio se convierta en costumbre o tradición y se instale en el imaginario social. 

- Reconocer y respetar la igual dignidad y los derechos de todos los seres humanos sin ningún tipo de discriminación por razones de cultura, etnia, género, identidad sexual, clase social, procedencia geográfica, tipo de educación, etc.

- Construir comunidades integradoras del pluriverso étnico, cultural, religioso, político, afectivo-sexual, donde quepamos todas y todos, también la naturaleza, practicando la eco-fraternidad-sororidad, la ciudadanía global y la cuidadanía (de cuidados.

- No creer las fake news en las que se basan los discursos de odio, sino cuestionarlas de manera argumentada.

- Comprometernos en los movimientos sociales que luchan contra el racismo, la exclusión social, la discriminación cultural, el patriarcado, el sexismo, la aporofobia, la homofobia, la LGTBIQfobia.

- Fomentar un cambio en el lenguaje y en las relaciones humanas: del anti a inter, del nosotros-ellos a un nos-otros inclusivo, de la identidad singularista a la inter-identidad, de lo único a lo múltiple, del anatema al diálogo, de la polarización al debate de ideas.

- Ejercer la ironía, el sentido del humor y la duda, actitudes de las que carecen los generadores de odio, enfundados como están en certezas absolutas, mentalidades dogmáticas, actitudes intolerantes, comportamientos fanáticos, identidades singularistas, seguridades roqueñas, actitudes intolerantes y gestos airados. Frente a los discursos de odio sugiero seguir los orientaciones y prácticas de tres mujeres sabias y un pensador:

Frida Khalo
Frida Khalo

. Frida Khalo, pintora mexicana: “Reír me hizo invencible./ No como los que siempre ganan,/ sino como los que nunca se rinden”.

. Almudena Grandes, novelista española en Las tres bodas de Manolita: “Aprendí que la alegría es superior al odio, las sonrisas más útiles que los gestos de rabia y desaliento”.

 . Paula Ortiz, directora de la película Teresa: “No hay herramienta más poderosa contra los dogmatismos que la duda […]. La duda es para mí el motor más subversivo”.

. Albert Camus, escritor y premio Nóbel de Literatura: “En medio del odio me pareció que había dentro de mí un amor invencible. En medio de las lagrimas me pareció que había dentro de mí una sonrisa invencible. En medio del caos me pareció que había dentro de mí una calma invencible. Me di cuenta, a pesar de todo, de que en medio del invierno había dentro de mí un verano invencible. Y eso me hace feliz. Porque no importa lo duro que el mundo empuje en mi contra, dentro de mí hay algo mejor empujando de vuelta”.

En el próximo artículo analizaré los discursos de odio que se incuban dentro de las instituciones religiosas y con frecuencia cuentan bien con el silencio de sus jerarquías, bien con su apoyo, y propondré las respuestas adecuadas conforme a los valores que se encuentran en el centro del mensaje de las religiones.   

Para profundizar en estas ideas, remito a Juan José Tamayo, La Internacional del odio. ¿Cómo se construye? ¿Cómo se deconstruye? (Icaria, 2023, 3ª ed.). 

[1] Carolin Emcke, Contra el odio, Taurus, Madrid, 2020, 2ª reimpresión,47.

[2] Ibid.

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