"Celebro la recuperación del Papa como celebro también su accionar en pos del diálogo interreligioso" “Hermanos todos”: El mensaje del Papa Francisco que me interpela como musulmán

"Muchos argentinos se sienten identificados con Francisco, porque -a pesar de ocupar el más alto rango en la jerarquía eclesiástica- sigue siendo muy accesible para la gente común y mantiene un estilo de vida humilde y austero"
"No sólo los católicos sino también los fieles de otros credos lo admiran por su compromiso en favor de la armonía interreligiosa"
"Un momento maravilloso de nuestra conversación fue cuando tuve la oportunidad de regalarle el Sagrado Corán y presentarle el capítulo 19, que es muy relevante para los católicos, ya que está dedicado en su totalidad a la Virgen María"
"Un momento maravilloso de nuestra conversación fue cuando tuve la oportunidad de regalarle el Sagrado Corán y presentarle el capítulo 19, que es muy relevante para los católicos, ya que está dedicado en su totalidad a la Virgen María"
| Marwan Gill*
Desde que llegué como Imam de la Comunidad Musulmana Ahmadía a Argentina hace más de siete años, pude percibir aquí el afecto de la gente hacia el Papa Francisco. La elección de Jorge Bergoglio en 2013 como jefe supremo de la iglesia católica fue un momento histórico, ya que, luego de casi 2000 años, se convirtió en la primera persona de Sudamérica en ser elegida para este rol.
Muchos argentinos se sienten identificados con él porque -a pesar de ocupar el más alto rango en la jerarquía eclesiástica- sigue siendo muy accesible para la gente común y mantiene un estilo de vida humilde y austero. Yo mismo he escuchado los testimonios de muchos que me contaron con orgullo cómo solían intercambiar algunas palabras con él, cuando era Cardenal de Buenos Aires, mientras viajaban en subte o colectivo.

Otros me contaron que han recibido alguna carta personal o reliquia enviada por Francisco desde el Vaticano. Por otra parte, no sólo los católicos sino también los fieles de otros credos lo admiran por su compromiso en favor de la armonía interreligiosa. Por todo esto, en mi estadía en esta capital escuché tantas cosas positivas sobre él que también desarrollé cierta admiración por su persona, aunque nunca imaginé nada más allá.
Quiso el destino que nuestras actividades interconfesionales, especialmente entre grupos de musulmanes y judíos, despertaran el interés del sumo pontífice y así tuve el honor, en representación de la Comunidad Ahmadía, de reunirme con él por primera vez en una audiencia privada en septiembre del año 2022. Este primer encuentro, que duró casi 40 minutos, dejó una huella profunda en mi corazón. En los días previos a la audiencia había estudiado mucho su libro encíclica Fratelli Tutti (Hermanos Todos) que aborda la importancia del diálogo y de la hermandad universal. No obstante, el encuentro vivo me permitió convertir el contenido del texto en una experiencia real donde sentí esa fraternidad humana y una espiritualidad genuina.
Un momento maravilloso de nuestra conversación fue cuando tuve la oportunidad de regalarle el Sagrado Corán y presentarle el capítulo 19, que es muy relevante para los católicos, ya que está dedicado en su totalidad a la Virgen María. El Papa nos comentó que una vez, durante una visita a un país musulmán, se quedó asombrado cuando lo invitaron a una mezquita que se llamaba “María” (Mariam en árabe). Entonces, le comenté que la Virgen María tiene una gran importancia para los musulmanes, ya que se presenta para todos los creyentes como modelo de castidad y lealtad hacia Dios Todopoderoso.

De todos modos, el momento más auspicioso de la audiencia para mí fue cuando le entregué la carta personal que el Jalifa de la Comunidad Ahmadía, Su Santidad Mirza Masroor Ahmad, le había escrito. El Papa valoró mucho este gesto y como respuesta también le dedicó un ejemplar de su libro Fratelli Tutti con las siguientes palabras: “A Mirza Masroor Ahmad con afecto fraterno. Francisco”. Me siento honrado, así, de haber servido como puente de comunicación entre ambos líderes mundiales que respaldaron sus prédicas con sus propios ejemplos.
De hecho, el año pasado tuve nuevamente la oportunidad de reunirme en dos ocasiones más con el Papa Francisco. En estas visitas conversamos en especial sobre las guerras en Ucrania y en Gaza que han ensombrecido la convivencia armónica a nivel global. En un mundo donde hay cada vez más voces que parecen sostener la preferencia de volver a una época de “cruzadas medievales” o a una partición entre “Occidente vs Oriente”, el lema de “Hermanos Todos” nos convoca y marca que la solución no es la construcción de más muros, sino de más puentes.

Para sintetizar, siento que como musulmán y teólogo me interpela especialmente este mensaje encíclica y adhiero con él a la idea de que las diferencias teológicas, ideológicas o políticas no pueden ser excusas para alejarnos unos de otros, sino que deben aún más acercarnos al diálogo. Vale añadir que dialogar no consiste en renunciar a tu propia identidad o negar tus principios, sino en escuchar y buscar el encuentro con “el otro”. El disenso y la diferencia de opinión son el ADN de nuestra identidad, especialmente cuando hablamos de política entre las naciones en un mundo injusto y una humanidad cada vez menos humana. No obstante, si iniciamos un diálogo mirando hacia las diferencias finalizamos siempre atrapados en un laberinto, sin ningún avance. En cambio, si nos embarcamos en un intercambio a partir de reconocer las diferencias, pero con la mirada puesta en las similitudes pueden terminar las aguas de múltiples ríos confluyendo hacia el mismo mar.
Por ello, el Sagrado Corán, en el capítulo 3, versículo 65, hace hincapié en que es imprescindible que las religiones estén en armonía y recalca que, como musulmanes, es nuestra responsabilidad acuñar puentes con el fin de buscar los valores comunes que nos unan a todos como judíos, cristianos, musulmanes o seguidores de cualquier religión. Basada en esta pauta coránica invito a todos a escuchar al “otro” en vez de ignorar, a dialogar en vez de discutir, a compartir en vez de competir, a conocer en vez de prejuzgar. En fin, celebro la recuperación del Papa Francisco como celebro también su accionar en pos de este diálogo y esta unión entre las diferentes religiones y los diferentes pueblos del mundo.

*Marwan Gill es Imam (teólogo islámico) y Presidente de la Comunidad Musulmana Ahmadía en Argentina.
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