"De no cambia profundamente cuanto se relaciona con las JMJ, la de Lisboa sea la última o la penúltima" En la “JMJ-Lisboa 2023”, el Papa Francisco es el más joven y el más sinodal
"La Iglesia, post y, a la vez, anti Concilio Vaticano II, encarnada en los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI, está ya a punto de pasar a la historia"
"Así como la Iglesia de hoy no es como la de ayer, pontificada por los papas citados, los jóvenes apenas si tienen parecido alguno con los de entonces"
Los jóvenes de hoy no son los de ayer. Son jóvenes-jóvenes o, sin más connotaciones, “personas que median entre la niñez y la edad adulta”
Los jóvenes de hoy no son los de ayer. Son jóvenes-jóvenes o, sin más connotaciones, “personas que median entre la niñez y la edad adulta”
En vísperas de las ya inminentes celebraciones universales de la “MJM. Lisboa 2023”, son muchos los cristianos, o no cristianos , interesados en reflexionar sobre el tema. A ello les insta el más decidido afán por promover la adoración a Dios mediante el servicio al prójimo y, por tanto, contribuir a la edificación de la Iglesia, confiriéndole el contenido evangélico que con aviesa desidia se evanesce y escora.
Desde las primeras “Jornadas Mundiales de la Juventud”, datadas en 1985, en Roma convocadas por Juan Pablo II , hasta las presentes de Lisboa, los cambios efectuados en el mundo, con inclusión de la Iglesia, han sido muchos y de gran calado, en todo orden de cosas y con sus correspondientes consecuencias “divinas y humanas”, acontecimientos múltiples y de relevancia insondable. En tan corto puñado aritmético de años, se han superado con creces e importancia largas y profundas etapas históricas.
La Iglesia, post y, a la vez, anti Concilio Vaticano II, encarnada en los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI, está ya a punto de pasar a la historia, al igual que la presencia y actividad de quienes hacen posible su convivencia sobre la faz de la tierra.
Así como la Iglesia de hoy no es como la de ayer, pontificada por los papas citados, los jóvenes apenas si tienen parecido alguno con los de entonces. Y no precisamente a consecuencia del cumplimiento de años por imperativo de la biología, sino por la necesidad de haber tenido que integrar elementos existenciales, entonces imposibles y hasta impensables.
Por tanto, en la concepción de la “MJM-Lisboa 2023”, en sus ideas, propuestas y propósitos, han de tener cabida procedimientos que pudieron haber sido efectivos cristianamente en Jornadas anteriormente celebradas.
Tal y como confiesan no pocos datos, es lícito y honesto referir que sean muchos a quienes les dé la impresión de que ideas, programas, intenciones, métodos, liturgia, definiciones, declaraciones oficiales elaboradas, compartidas y bendecidas en el futuro en la capital lisboeta, no hayan tenido sagradamente en cuenta la realidad de la juventud actual. Los jóvenes de hoy no son los de ayer. Son jóvenes-jóvenes o, sin más connotaciones, “personas que median entre la niñez y la edad adulta”. Son como son, y el verbo, “envejecer”, para bien o para mal, lo declinan, aplican y viven en diversidad de tiempos y maneras.
La Iglesia es joven. Por definición., tal y como amable e insistentemente lo recuerda el papa Francisco, con santa y preferente veneración primaveral, que no otoñal.
En este contexto, respeto, comprensión y devoción para la “JMJ-Lisboa 2023” y sus organizadores, si siguen todavía convencidos de que lo que importa en estos tiempos de Iglesia, son las grandes, gloriosas, triunfantes y masivas manifestaciones y los gritos y eslóganes, cercanos a los imperiales.
El papa Francisco “pasa” franciscanamente de los “¡Totus tuus¡”, que le ruborizan y escandalizan, tal y como acontecía en las JMJ anteriores, con olvido de que automáticamente se desvanecía y “desenvangelizaba” la figura de Jesús, nacido en Belén y avecindado como hijo de María y José, “ama de casa”, la primera y de oficio “artesano” con categoría de autónomo ,el segundo.
Sospecho que, de no cambiar presta y profundamente cuanto se relaciona con las JMJ, la de Lisboa sea la última o la penúltima, con lo que, por ejemplo, será preciso encontrarle nuevo acomodo al serial de confesionarios con que ha sido dotada. La Iglesia “en salida” devota y comprometida por definición con el Sínodo, no tiene “buena prensa” entre los comunicadores de los principales movimientos “religiosos” a los que se les adosa el prefijo “NEO”, y que, hasta el presente, acapararon y acaparan, en propiedad las tres letras -tres- de las JMJ.
Por los siglos de los siglos, -¡ gracias sean dadas a Dios ¡- que, pese a las limitaciones de ciertos achaques pontificios, la figura y ejemplo de Bergoglio prevalecen por encima de todo y de todos, como signo e icono inefable e infalible de inmarcesible juventud , en el panorama de la Iglesia actual a la que han avejentado tantos obispos, con apátrida mención para los curiales, conservadores por vocación-profesión, ministerio y oficio.
Etiquetas