"¡Hay tanto que reconocer y agradecer! Sin embargo…" María José Arana: "Quiero apoyar y expresar, con toda claridad, mi adhesión al papa Francisco"
"Sigo con todo interés y admiración los acontecimientos eclesiales y especialmente sus enseñanzas, magisterio, relaciones intraeclesiales etc…"
"En estos momentos difíciles quiero, unida a la inmensa mayoría de la cristiandad –sí somos una grandísima mayoría-, apoyar y expresar, con toda claridad, mi adhesión al Papa Francisco"
"Estimo y aplaudo el documento 'fiducia supplicans', un paso importante dado en favor de visibilizar más claramente una Iglesia Misericordiosa"
"Sin embargo, y esto no resta nada a lo anterior, quisiera recordar a Su Santidad una cuestión muy importante en la que ni la Iglesia, ni las enseñanzas desde la Cátedra de Pedro, ni otras declaraciones es llevada 'todavía, ni con el cuidado, ni con la justicia que la cosa requiere, me refiero a la situación de las mujeres"
"Estimo y aplaudo el documento 'fiducia supplicans', un paso importante dado en favor de visibilizar más claramente una Iglesia Misericordiosa"
"Sin embargo, y esto no resta nada a lo anterior, quisiera recordar a Su Santidad una cuestión muy importante en la que ni la Iglesia, ni las enseñanzas desde la Cátedra de Pedro, ni otras declaraciones es llevada 'todavía, ni con el cuidado, ni con la justicia que la cosa requiere, me refiero a la situación de las mujeres"
| María José Arana rscj. Religiosa del Sagrado Corazón de Jesús. Teóloga y miembro de la Asociación de Teólogas españolas
S. S. Papa Francisco
Ciudad del Vaticano
Estimado y muy apreciado Santo Padre, Papa Francisco: Desde mi condición de Religiosa del Sagrado Corazón y Teóloga. - Doctora y profesora de Teología jubilada- de la Iglesia Católica sigo con todo interés y admiración los acontecimientos eclesiales y especialmente sus enseñanzas, magisterio, relaciones intraeclesiales etc…
Vivimos momentos de especial dificultad agudizada por la influencia e intervenciones de sectores muy minoritarios, de tendencias “ultras”, muchas veces agresivos, atizados por algunos obispos y cardenales dispuestos a atacar, de múltiples formas, las acciones, enseñanzas y magisterio del Papa, especialmente aquellas acciones que suponen reforma y avance en una mayor actualización del Evangelio y del Vaticano II. Esta situación es muy deplorable y condenable. Así pues, en estos momentos difíciles quiero, unida a la inmensa mayoría de la cristiandad –sí somos una grandísima mayoría-, apoyar y expresar, con toda claridad, mi adhesión al Papa Francisco y agradecer de todo corazón los pasos, actuaciones y declaraciones que está realizando desde la Cúpula de la Iglesia, en favor de los más desposeídos, apuntalando, más claramente una Iglesia de los pobres y para los pobres. Estimo y aplaudo el documento “fiducia supplicans”, un paso importante dado en favor de visibilizar más claramente una Iglesia Misericordiosa, más abierta al reconocimiento de las diferentes manifestaciones de la naturaleza humana en los LGTBI, concediendo esa bendición que para algunos es polémica, pero que, para una gran mayoría es un paso valiente y justo para acercar a toda la Humanidad la Gracia y la Compasión de Dios; paso en el que creemos que la Iglesia avanzará y no quedará anclada.
De forma muy especial admiro, agradezco y secundo toda la profundización, mentalización y esfuerzo para ayudarnos a proteger la Tierra, la salvaguarda de la Creación entera. La Encíclica “Laudato si” y su segunda parte, “Laudate Deum” además de poseer una gran calidad científica, espiritual y teológica, es de una belleza extraordinaria y un gran apoyo e instrumento de trabajo y de acción. Su aportación “C’est la confiance” sobre la espiritualidad y mística de Santa Teresita es sencilla y preciosa, un buen alimento espiritual. Recordamos el Sínodo de la Sinodalidad en el que estamos inmersos/as… En fin, habría tantas cosas que enumerar, estos son algunos ejemplos de ese innumerable cúmulo de acciones y actuaciones, de animación espiritual y otras que el gobierno de la Iglesia conlleva. ¡Hay tanto que reconocer y agradecer!…
Sí, yo apoyo plenamente al Papa. Apoyarlo es un acto de reconocimiento, de justicia, sí, pero también de amor intenso a la Iglesia y, deseo vivamente que desaparezcan esas actitudes de algunos –en verdad son muy pocos, pero de influencia notable- cardenales, obispos y fieles que se oponen y malinterpretan la magnífica obra que, desde la Cátedra de Pedro, usted realiza en la Iglesia.
Sin embargo, y esto no resta nada a lo anterior, quisiera recordar a Su Santidad, con el mayor respeto posible, una cuestión muy importante en la que, a mi modo de ver y en el de muchas mujeres católicas, ni la Iglesia, ni las enseñanzas desde la Cátedra de Pedro, ni otras declaraciones es llevada “todavía”, ni con el cuidado, ni con la justicia que la cosa requiere, me refiero a la situación de las mujeres.
La Iglesia lleva muchos siglos guiada exclusivamente por varones y eso “imprime carácter” … Todos los temas y cuestiones pasan antes que el nuestro que, a nuestro modo de ver, deja mucho que desear en su tratamiento. Se están dando algunos tímidos pasos de avance para las mujeres, pero muy poca cosa; no se llega a mínimos ni en las cuestiones referentes al gobierno, y ni especialmente en lo que toca a los Ministerios y, en particular, a los Ministerios Ordenados.
Aquí queremos hacer un llamamiento muy especial a Su Santidad. Nos parece que, todo esto, ni está objetivamente bien investigado dentro de los estamentos vaticanos, ni en la teología tenida como “más oficial”, ni parece que se escuche la teología ni los pasos dados por las mujeres Teólogas… Hay muchas mujeres que sufren, sufrimos, por estas cuestiones y deseamos un cambio intra-eclesial. Hay un “éxodo” silencioso de mujeres que abandonan la Iglesia por estas cuestiones, y esto implica dolor y una gran responsabilidad. Sin embargo, es como si ustedes no vieran las “líneas rojas” que se dibujan a nuestro alrededor, que “dañan” a toda la Iglesia y hieren a las mujeres.
"Hay muchas mujeres que sufren, sufrimos, por estas cuestiones y deseamos un cambio intra-eclesial. Hay un “éxodo” silencioso de mujeres que abandonan la Iglesia por estas cuestiones, y esto implica dolor y una gran responsabilidad"
Aprovecho este momento para, con toda la deferencia y respeto de que soy capaz, recordar a Su Santidad cuestiones referentes a este punto que es de enorme importancia para el crecimiento, la vitalidad y el futuro de la Santa Iglesia, así como un acto de justicia irrenunciable, no sólo con las mujeres, sino con la cristiandad.
Le aseguro todo mi aprecio, admiración y por supuesto, mi enorme agradecimiento. Mi más sincero, respetuoso y afectuoso saludo. Usted está continuamente presente en mi oración, yo me acojo a la suya. Que el Señor nos siga bendiciendo desde su Representante.
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