"Sintonizar con el sentir común es necesario" ¿Será posible la necesaria renovación de la Iglesia?
"La gran crisis por la que está atravesando la Iglesia católica es más que evidente … Y ahí tenemos al Papa Francisco en medio de la tormenta producida por quienes quieren hacer una Iglesia sinodal que la modernice y los que se oponen porque piensan que eso sería terminar con sus elementos esenciales"
"A mí me parece que no hay por qué mistificar una realidad humana, tan necesaria y admitida en la sociedad, que ha funcionado y funciona de muy distintas maneras en los diversos lugares del mundo y en los diferentes momentos de la historia"
"Lo que debiera hacerla Iglesia sería adaptarse al contexto social de ahora y democratizarse … Si no sintoniza con el sentir común, lo que se producirá en la mayoría será, al menos, la indiferencia o el rechazo"
"La participación es una de las piezas clave del futuro de la Iglesia para que todos la sintamos como cosa nuestra y no solo de los curas"
"Lo que debiera hacerla Iglesia sería adaptarse al contexto social de ahora y democratizarse … Si no sintoniza con el sentir común, lo que se producirá en la mayoría será, al menos, la indiferencia o el rechazo"
"La participación es una de las piezas clave del futuro de la Iglesia para que todos la sintamos como cosa nuestra y no solo de los curas"
| José María Álvarez, miembro del Foro de Cristianos Gaspar García Laviana
La gran crisis por la que está atravesando la Iglesia católica es más que evidente. Analizando las causas, los dirigentes eclesiásticos achacan la situación principalmente a causas externas: ambiente cada vez más materialista, creciente secularización de la sociedad, el relativismo que rechaza la existencia de valores y verdades absolutas, el laicismo militante y beligerante contra toda creencia, el creciente espíritu hedonista que pone el disfrute de la vida por encima de todo. Etc.
Pero otros estiman que la desafección hacia la Iglesia obedece principalmente a razones internas, a su modo de ser y de pensar, totalmente fuera de nuestro tiempo. Han nacido nuevos paradigmas procedentes de todos los campos científicos que poco a poco nos metieron en una nueva época cultural. Nuestro universo conceptual ha cambiado. La Iglesia necesita renovarse para poder comunicarse, transmitir su mensaje y entender y atender a quienes están en ella o llegan a ella.Los que así piensan y convergen en esta valoración, luego se diversifican en posturas que van desde creer que es suficiente un leve maquillaje a los que piensan que ya es llegado el momento de adecuar no solo las formas sino incluso los mismos contenidos catequéticos a la mentalidad moderna para hacerlos comprensibles a la gente de hoy.
Por otra parte, están los grupos conservadores que defienden, desde posiciones más o menos radicales, que hay que mantenerse firmes y resistentes a los cambios que quieren introducir los “modernistas”. Ellos se sienten a gusto con su modo de ver a su Iglesia y su manera de vivir su fe. Problemas siempre los hubo, dicen. Y respecto a los malos momentos de la Iglesia saben que “las puertas del infierno no prevalecerán contra ella”. Si alguien no quiere salvarse dentro de ella, es problema suyo.
La Iglesia tiene difícil conseguir la necesaria adaptación que se le exige, debido a que sus principales problemas están dentro de ella misma: el clericalismo, con su mentalidad patriarcal y masculinización generalizada de la Iglesia; la autoridad jerárquica, que ha sido puesta en cuestión en cuanto tal por algunos y por muchos en cómo es ejercida; la manera de entender la Tradición, que parece querer hacer ley eterna las anteriores normas y las costumbres que han nacido en un determinado contexto. Estamos ante tres polos cargados de energía negativa que acechan a todo lo que puede aparecer como luz positiva de progreso.
Y ahí tenemos al Papa Francisco en medio de la tormenta producida por quienes quieren hacer una Iglesia sinodal que la modernice, en la forma y en los contenidos, y los que se oponen, porque piensan que eso sería terminar con los elementos esenciales que sostienen la vieja estructura jerárquica eclesiástica. Creo que es desde estas perspectivas desde donde hay que interpretar el problema actual alemán. Hay una fuerza renovadora representada por el Comité Central de los Católicos alemanes (ZdK) que trata de aprobar unos estatutos a los que el Vaticano parece que no da el visto bueno, debido a que entiende que tratan de crear una institución de gobierno de laicos y clérigos que podría tomar decisiones por encima o al margen del episcopado alemán. También algunos obispos alemanes discrepan de las pretensiones de ZdK.
En consonancia con este tema, pero al margen del dilema concreto que haya dentro de la Iglesia alemana y entre ella y el Vaticano, hay católicos que pensamos que en la raíz de la desafección que hay hacia la Iglesia está precisamente su modo de entender la autoridad, a la que incluso llega a calificarla como “de origen divino”, por ser directamente conferida por Cristo a Pedro y a los apóstoles y de ellos la hereda el papa y los obispos. Esto hoy suena tan a mundo antiguo, tan a “ideología” para justificar lo injustificable, como el mito en el relato bíblico de la creación que se utiliza para explicar el origen del mundo que entonces se desconocía.
"Hay católicos que pensamos que en la raíz de la desafección que hay hacia la Iglesia está precisamente su modo de entender la autoridad"
A mí me parece que no hay por qué mistificar una realidad humana, tan necesaria y admitida en la sociedad, que ha funcionado y funciona de muy distintas maneras en los diversos lugares del mundo y en los diferentes momentos de la historia. La iglesia se fue adaptando al modo de ejercer la autoridad en la antigüedad y se hizo jerárquica y autocrática. Pues lo que debiera hacer sería adaptarse al contexto social de ahora y democratizarse, que es lo que más asusta a muchos y uno no sabe porqué, pues es lo que se ve más razonable para el funcionamiento de los grupos sociales. ¿Por qué lo que se ve bueno para los demás no lo es para la Iglesia? ¿Aquí no debe llegar la inculturación de la fe, que debe saber escuchar y entender lo que le dice aquí la gente de hoy? Si no sintoniza con el sentir común, lo que se producirá en la mayoría será, al menos, la indiferencia o el rechazo.
"Si no sintoniza con el sentir común, lo que se producirá en la mayoría será, al menos, la indiferencia o el rechazo"
Volviendo a la tensión surgida entre parte de la iglesia alemana y el Vaticano, hay que decir que somos muchos los católicos en el mundo que sintonizamos y apoyamos con la postura del ZdK, afirmando que, para superar el clericalismo, tienen que ir cambiando las instituciones eclesiásticas donde está él exclusivamente, como son las Conferencias Episcopales Nacionales, los Consejos del Presbiterio Diocesanos y las Reuniones Arciprestales, que son solo de clérigos. En ellas ni hay seglares ni hay mujeres. No es razonable que hoy los organismos colegiados de gobierno o en los consejos, sean tan restrictivos y representen sólo a un grupo, el clero, que además es minoritario en la Iglesia.
Por eso, vemos tan importante hacer una Iglesia sinodal, donde en ella caminemos juntos como hermanos, participando en la vida de la comunidad y en el quehacer de un mundo mejor, junto con todos los que lo hacen en la misma dirección que indican los derechos humanos universales, lo que para nosotros coincide, fundamentalmente, con la edificación del Reinado de Dios anunciado y querido por Jesús de Nazaret. La participación es una de las piezas clave del futuro de la Iglesia para que todos la sintamos como cosa nuestra y no solo de los curas. Por una parte, tienen que estar abiertos cauces de participación y, por otra, hay que asumir la responsabilidad de participar. Es una iglesia nueva la que resultaría, más en consonancia con la mentalidad y la cultura de hoy.
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