En respuesta al artículo 'El incumplimiento de la castidad eclesiástica no es un asunto de faltas personales: es sistémico' "En la vida sacerdotal se habla de sacrificio, pero ¿de qué sacrificio?"

"Lo han dado todo", y yo me pregunto: ¿qué han dado? Si observamos con detenimiento, no han dado nada. En la vida sacerdotal se habla de sacrificio, pero ¿de qué sacrificio? A los seminaristas los apartan del mundo y entran a un seminario donde solo se dedican a estudiar, ni siquiera trabajan la huerta para producir los tomates que se comen. En la vida real, la mayoría de los universitarios tienen que trabajar para cubrir sus gastos, eso sí es sacrificio.

En la vida sacerdotal se habla de sacrificios, ¿pero cuáles? Celebrar la misa, hablar con las personas, escuchar a los grupos parroquiales, organizar algunas actividades y sentarse a confesar, cosa que ya casi no hacen. ¿Qué tiene eso de sacrificado? Sacrificado es para un padre de familia ir a trabajar como albañil y levantar una casa desde cero. Sacrificado es para una persona ir a labrar el campo a pleno sol inclemente. Y así sucesivamente, hay muchos trabajos realmente sacrificados que hay que hacer para llevar el sustento al hogar.

Sacrificado es para un padre cuando su hijo o hija se enferma. ¿Qué preocupación tiene un sacerdote? Si la comida le llega por sí sola, ya que las parroquias están diseñadas para proveer el sustento al párroco. Hablan de sacrificio y no tienen hijos por quienes preocuparse si están enfermos o si les falta comida.

"Pareciera que en su mundo de hipocresía, a lo que le llaman sacrificio es a no tener esposa"

Pareciera que en su mundo de hipocresía, a lo que le llaman sacrificio es a no tener esposa. No lo dicen abiertamente, peroni eso es sacrificio porque se sabe que más del 90% de los sacerdotes u obispos practican el concubinato, sea con mujer u hombre. La realidad es que hay hombres casados realmente célibes.

Así que ser sacerdote es cómodo, muy cómodo ser clérigo. Y todavía tienen el descaro de hablar de sacrificio. Por lo tanto: no han dado nada.

"A los sacerdotes no les gusta salir de la comodidad a la que se acostumbraron con Juan Pablo II. De ahí la resistencia, al punto de ser groseros y desobedientes con el Papa"

El Papa Francisco lo sabe y por eso trata de corregir, pero a los sacerdotes no les gusta salir de la comodidad a la que se acostumbraron con Juan Pablo II. De ahí la resistencia, al punto de ser groseros y desobedientes con el Papa.