Análisis y estructuración de la exhortación del Papa Francisco Laudate Deum: Francisco denuncia el paradigma tecnocrático
"El cambio climático es uno de los principales desafíos a los que se enfrentan la sociedad y la comunidad mundial. Es un problema social global"
"El impacto del cambio climático perjudicará de modo creciente las vidas y las familias de muchas personas"
"Hay quienes lo niegan, lo minimizan, o tratan de ocultar las causas humanas de este grave problema"
Ya en la Laudato Si el Papa Francisco denunció el paradigma tecnocrático como una de las causas de esta crisis. Aquí vuelve de nuevo a expresar que “El paradigma tecnocrático está detrás del proceso actual de degradación del ambiente”
"Hay quienes lo niegan, lo minimizan, o tratan de ocultar las causas humanas de este grave problema"
Ya en la Laudato Si el Papa Francisco denunció el paradigma tecnocrático como una de las causas de esta crisis. Aquí vuelve de nuevo a expresar que “El paradigma tecnocrático está detrás del proceso actual de degradación del ambiente”
-El porqué de esta exhortación a los 8 años de la Laudato Sí
-La crisis climática global. Datos de la realidad.
-Resistencias y confusiones
-Algunas causas de esta situación
-Denuncias que hace
-Aún estamos a tiempo. Qué podemos hacer
El porqué de esta exhortación a los 8 años de Laudato si'
Por la falta de una reacción suficientemente adecuada a la gravedad de la situación, mientras “el mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre”
El cambio climático es uno de los principales desafíos a los que se enfrentan la sociedad y la comunidad mundial. Es un problema social global.
Los atentados contra la naturaleza tienen consecuencias contra la vida de los pueblos.
Vemos quejidos de la tierra que son sólo algunas expresiones palpables de una enfermedad silenciosa que nos afecta a todos.
La crisis climática global. Datos de la realidad
“Cuando hablamos del cambio climático nos referimos a una realidad global — con constantes variaciones locales — que persiste durante varias décadas”
Por más que se pretendan negar, esconder, disimular o relativizar, los signos del cambio climático están ahí, cada vez más patentes
Es verdad que no cabe atribuir de modo habitual cada catástrofe concreta al cambio climático global.
Sin embargo, sí es verificable que determinados cambios en el clima provocados por la humanidad aumentan notablemente la probabilidad de fenómenos extremos cada vez más frecuentes e intensos
El impacto del cambio climático perjudicará de modo creciente las vidas y las familias de muchas personas
Sentiremos sus efectos todas las realidades de nuestra vida: “en los recursos, la vivienda, las migraciones forzadas, etc.”
El Papa alerta de lo que supone el aumento de la temperatura 0.5, 1,5 grados (estamos ya muy cerca) y lo que supondría 2,00 grados se derretirían totalmente las capas de hielo de Groenlandia y de buena parte de la Antártida, con enormes y gravísimas consecuencias para todos y en poco tiempo más podríamos llegar a los 3 grados, con un alto riesgo de alcanzar un punto crítico.
Aunque no se llegara a este punto de no retorno, lo cierto es que las consecuencias serían desastrosas y deberían tomarse medidas de modo precipitado, con costos enormes y con gravísimas e intolerables consecuencias económicas y sociales. Si las medidas que tomemos ahora tienen costos, estos serán muchos más pesados mientras más esperemos.
“Considero imprescindible insistir en que buscar sólo un remedio técnico a cada problema ambiental que surja es aislar cosas que en la realidad están entrelazadas y esconder los verdaderos y más profundos problemas del sistema mundial”
Algunas manifestaciones de esta crisis climática ya son irreversibles al menos por cientos de años como:
-el aumento de la temperatura global de los océanos, su acidificación y disminución de oxígeno, lo cual afecta la supervivencia de muchas especies
-el derretimiento de los polos no podrá revertirse por cientos de años
-y por tanto la disminución de los hielos,
-las modificaciones de flujos oceánicos,
-la deforestación en las selvas tropicales,
-el derretimiento del permafrost en Rusia
-en lo que respecta al clima, hay factores que siguen adelante durante mucho tiempo, independientemente de los hechos que los hayan desencadenado.
Por esta realidad ya no podemos detener el enorme daño que hemos causado. Sólo estamos a tiempo para evitar daños todavía más dramáticos. Sabemos que, a este ritmo, sólo en pocos años superaremos el límite máximo deseable de 1,5 grados centígrados
El Papa alerta de que la estrategia de poner sólo un remedio técnico a cada problema ambiental que surja es aislar cosas que en la realidad están entrelazadas y esconder así los verdaderos y más profundos problemas del sistema mundial.
La posibilidad de llegar a un punto crítico es real. Pequeños cambios pueden provocar cambios mayores, imprevistos y quizás ya irreversibles, debido a los factores de inercia. Así se terminaría desencadenando una cascada de acontecimientos que se precipiten como una bola de nieve. En un caso así siempre se llegará tarde, porque ninguna intervención podrá detener el proceso ya iniciado. De allí no se regresa.
Resistencias y confusiones
A lo largo de la exhortación el Papa Francisco se va haciendo eco de las resistencias y argumentos de quienes quieren negar o minimizar este grave problema y trata de demostrar que son falsos.
“En los últimos años no han faltado personas que pretendieron burlarse de estas constataciones”
-Hay quienes lo niegan, lo minimizan, o tratan de ocultar las causas humanas de este grave problema.
Mencionan supuestos datos científicamente sólidos, como el hecho de que el planeta siempre tuvo y tendrá períodos de enfriamiento y de calentamiento.
El Papa argumenta:
*** Pero “olvidan” mencionar otro dato relevante: que lo que estamos verificando ahora es una inusual aceleración del calentamiento, con una velocidad tal que basta una sola generación — no siglos ni milenios — para constatarlo.
Tanto las sequías como las inundaciones, tanto los lagos que se secan como las poblaciones arrasadas por maremotos o desbordes, tienen en definitiva el mismo origen: el desajuste global que provoca el calentamiento del planeta.
-Hay quienes culpan a los países más pobres de gran parte de responsabilidad en el cambio climático.
“Como siempre, pareciera que la culpa es de los pobres”.
*** Pero la realidad es que un bajo porcentaje más rico del planeta contamina más que el 50% más pobre de toda la población mundial, y que la emisión per cápita de los países más ricos es muchas veces mayor que la de los más pobres.
¿Cómo olvidar que África, que alberga más de la mitad de los más pobres del planeta, es responsable de una mínima parte de las emisiones históricas?
-Ante el argumento de que disminuir los gases de efecto invernadero y reducir la contaminación va a provocar pérdida de puestos de trabajo
*** El Papa contesta que: “la transición hacia formas renovables de energía, bien gestionada, así como todos los esfuerzos de adaptación a los daños del cambio climático, son capaces de generar innumerables puestos de trabajo en diferentes sectores”. Esto requiere que los políticos y empresarios estén ahora mismo ocupándose de ello.
Ante quienes niegan que este problema tenga en gran parte un origen humano
*** el Papa dice con toda contundencia: “Ya no se puede dudar del origen humano — “antrópico” — del cambio climático.”
Y explica el porqué de esta afirmación.
La concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, que por ese efecto han provocado el calentamiento de la tierra, se mantuvo estable hasta el siglo XIX, por debajo de las 300 partes por millón en volumen. Pero a mediados de ese siglo, en coincidencia con el desarrollo industrial, comenzaron a crecer las emisiones.
El aumento no se dio sólo en la superficie terrestre, sino también en varios kilómetros hacia arriba en la atmósfera, en la superficie de los océanos y aun en profundidades por cientos de metros. Así se incrementó además la acidificación de los mares y se redujeron sus niveles de oxígeno. Los glaciares se retraen, disminuye la cobertura nevosa y sube constantemente el nivel del mar
No es posible ocultar la coincidencia de estos fenómenos climáticos globales con el crecimiento acelerado de la emisión de gases de efecto invernadero sobre todo desde mediados del siglo XX. Una abrumadora mayoría de científicos especializados en clima sostienen esta correlación y sólo un ínfimo porcentaje de ellos intenta negar esta evidencia.
Concluye: Pero ya no podemos dudar de que la razón de la inusual velocidad de estos peligrosos cambios es un hecho inocultable: las enormes novedades que tienen que ver con la desbocada intervención humana sobre la naturaleza en los dos últimos siglos.
Algunas causas de esta situación
-El paradigma tecnocrático
Ya en la Laudato Si el Papa Francisco denunció el paradigma tecnocrático como una de las causas de esta crisis. Aquí vuelve de nuevo a expresar que “El paradigma tecnocrático está detrás del proceso actual de degradación del ambiente”.
En el fondo consiste en pensar «como si la realidad, el bien y la verdad brotaran espontáneamente del mismo poder tecnológico y económico» y «de aquí se pasa fácilmente a la idea de un crecimiento infinito o ilimitado, que ha entusiasmado tanto a economistas, financistas y tecnólogos».
Estamos asistiendo a un nuevo avance de dicho paradigma: la inteligencia artificial y las últimas novedades tecnológicas parten de la idea de un ser humano sin límite alguno, cuyas capacidades y posibilidades podrían ser ampliadas hasta el infinito gracias a la tecnología. Así, el paradigma tecnocrático se retroalimenta monstruosamente.
El mayor problema es la ideología que subyace a una obsesión: acrecentar el poder humano más allá de lo imaginable, frente al cual la realidad no humana es un mero recurso a su servicio.
Todo lo que existe deja de ser un don que se agradece, se valora y se cuida, y se convierte en un esclavo, en víctima de cualquier capricho de la mente humana y sus capacidades.
La matriz de pensamiento propia del paradigma tecnocrático nos enceguece y no nos permite advertir este gravísimo problema de la humanidad actual.
La acumulación de poder en muy pocas manos
“Provoca escalofríos advertir que las capacidades ampliadas por la tecnología dan a quienes tienen el conocimiento, y sobre todo el poder económico para utilizarlo, un dominio impresionante sobre el conjunto de la humanidad y del mundo entero.
Nunca la humanidad tuvo tanto poder sobre sí misma y nada garantiza que vaya a utilizarlo bien, sobre todo si se considera el modo como lo está haciendo”
¿En manos de quiénes está y puede llegar a estar tanto poder? Es tremendamente riesgoso que resida en una pequeña parte de la humanidad».
El crecimiento tecnológico no está siendo acompañado de un desarrollo del ser humano en responsabilidad, valores, conciencia, espiritualidad
Basta pensar en las tecnologías “admirables” que fueron utilizadas para diezmar poblaciones, lanzar bombas atómicas, aniquilar etnias. Fueron momentos históricos donde la admiración ante el progreso no dejaba ver lo horroroso de sus efectos. Pero este riesgo está siempre presente, porque «el inmenso crecimiento tecnológico no estuvo acompañado de un desarrollo del ser humano en responsabilidad, valores, conciencia […]. El ser humano está desnudo y expuesto frente a su propio poder, que sigue creciendo, sin tener los elementos para controlarlo. Puede disponer de mecanismos superficiales, pero, dice Francisco: “podemos sostener que le falta una ética sólida, una cultura y una espiritualidad que realmente lo limiten y lo contengan en una lúcida abnegación”.
No es extraño que un poder tan grande en semejantes manos sea capaz de arrasar con la vida, mientras la matriz de pensamiento propia del paradigma tecnocrático nos enceguece y no nos permite advertir este gravísimo problema de la humanidad actual.
-La decadencia ética del poder real y la manipulación mediática que se disfraza, gracias al marketing y la información falsa, se convierten en mecanismos útiles en manos de quienes tienen mayores recursos, para incidir en la opinión pública a través de ellos.
-Esta situación grave en la que estamos tiene que ver también con la economía y nuestro modo de concebirla. La lógica del máximo beneficio con el menor costo, disfrazada de racionalidad, de progreso y de promesas ilusorias, vuelve imposible cualquier sincera preocupación por la casa común y cualquier inquietud por promover a los descartados de la sociedad.
-La debilidad de la política internacional, de la diplomacia tradicional, y los fracasos de tantas cumbres del clima son también realidades que el Papa nombra como co-causantes de la situación en la que estamos.
Denuncias que hace
Los efectos del cambio climático son soportados por las personas más vulnerables, ya sea en casa o en todo el mundo.
Lamentablemente la crisis climática no es precisamente un asunto que interese a los grandes poderes económicos, preocupados por el mayor rédito posible con el menor costo y menos tiempo posible.
El cambio climático afecta la supervivencia de muchas especies. Este es un signo entre tantos otros de que las demás criaturas de este mundo han dejado de ser compañeros de camino para convertirse en nuestras víctimas.
También resalta el Papa cómo los mecanismos del poder, del marketing y las mentiras hace que muchas veces incluso los mismos pobres aturdidos y extasiados frente a las promesas de tantos falsos profetas caen en el engaño de un mundo que no se construye para ellos.
Denuncia también el Papa Francisco planteamientos equivocados en torno a la llamada “meritocracia”, convertida en un “merecido” poder humano al que todo debe someterse, en un dominio de los que nacieron con mejores condiciones de desarrollo. El esfuerzo, la iniciativa, el desarrollo de las propias capacidades si con ellas no se busca una real igualdad de oportunidades, se convierten fácilmente en una pantalla que consolida más aún los privilegios de unos pocos con mayor poder. Dentro de esta lógica perversa, “¿qué les importa el daño a la casa común si ellos se sienten seguros bajo la supuesta armadura de los recursos económicos que han conseguido con su capacidad y con su esfuerzo?”.
Ante esta grave situación el Papa lanza una gran pregunta: “la propia conciencia, y ante el rostro de los hijos que pagarán el daño de sus acciones, aparece la pregunta por el sentido: ¿qué sentido tiene mi vida, qué sentido tiene mi paso por esta tierra, qué sentido tienen, en definitiva, mi trabajo y mi esfuerzo?”.
También el Papa considera lamentable que las crisis mundiales se hayan desaprovechadas cuando serían la ocasión para provocar cambios saludables…Porque «las verdaderas estrategias que se desarrollaron posteriormente en el mundo se orientaron a más individualismo, a más desintegración, a más libertad para los verdaderos poderosos que siempre encuentran la manera de salir indemnes».
Otra de las denuncias en esta exhortación tiene que ver con el análisis que hace de las diversas conferencias internacionales sobre el clima. Pone de relieve que «los acuerdos han tenido un bajo nivel de implementación porque no se establecieron adecuados mecanismos de control, de revisión periódica y de sanción de los incumplimientos, han faltado también caminos eficaces y ágiles de ejecución práctica» Sobre todo denuncia que «las negociaciones internacionales no pueden avanzar significativamente por las posiciones de los países que privilegian sus intereses nacionales sobre el bien común global. Quienes sufrirán las consecuencias que nosotros intentamos disimular recordarán esta falta de conciencia y de responsabilidad».
¿Qué se espera de la COP28 de Dubai?
Dentro del análisis que hace de las conferencias internacionales sobre cambio climático, el Papa dedica un apartado especial sobre esta futura Conferencia como uno de los últimos caminos que tenemos para que mundialmente se tomen las decisiones urgentes que hoy se necesitan y reivindica las acciones de los grupos ecologistas que denuncian y se movilizan para hacernos conscientes de la urgencia de cambios radicales que necesitamos.
“Decir que no hay nada que esperar sería un acto suicida, porque implicaría exponer a toda la humanidad, especialmente a los más pobres, a los peores impactos del cambio climático.”
Si confiamos en la capacidad del ser humano de trascender sus pequeños intereses y de pensar en grande, no podemos dejar de soñar que esta COP28 dé lugar a una marcada aceleración de la transición energética, con compromisos efectivos y susceptibles de un monitoreo permanente.
Terminemos de una vez con las burlas irresponsables que presentan este tema como algo sólo ambiental, “verde”, romántico, frecuentemente ridiculizado por los intereses económicos.
Aceptemos finalmente que es un problema humano y social en un variado arco de sentidos. Por eso se requiere un acompañamiento de todos.
Suelen llamar la atención en las Conferencias sobre el clima las acciones de grupos que son criticados como “radicalizados”. Pero en realidad ellos cubren un vacío de la sociedad entera, que debería ejercer una sana “presión”, porque a cada familia le corresponde pensar que está en juego el futuro de sus hijos.
Si hay un interés sincero en lograr que la COP28 sea histórica, que nos honre y ennoblezca como seres humanos, entonces sólo cabe esperar formas vinculantes de transición energética que tengan tres características: que sean eficientes, que sean obligatorias y que se puedan monitorear fácilmente. Esto para lograr que se inicie un nuevo proceso destacado por tres aspectos: que sea drástico, que sea intenso y que cuente con el compromiso de todos
Termina este apartado con un deseo: “Ojalá quienes intervengan puedan ser estrategas capaces de pensar en el bien común y en el futuro de sus hijos, más que en intereses circunstanciales de algunos países o empresas. Ojalá muestren así la nobleza de la política y no su vergüenza. A los poderosos me atrevo a repetirles esta pregunta: «¿Para qué se quiere preservar hoy un poder que será recordado por su incapacidad de intervenir cuando era urgente y necesario hacerlo?».
Aún estamos a tiempo. Qué podemos hacer
Queriendo evitar el catastrofismo desmovilizador el Papa quiere llamar a la esperanza afirmando que sí aún estamos a tiempo.
“No podemos afirmar con certeza que en las condiciones actuales los peores presagios vayan a suceder”. Pero si no hacemos nada sí sucederá.
¿Qué propuestas nos hace?
-Un llamamiento a toda la humanidad
Nos urge tener una mirada más amplia que nos permita no sólo admirarnos por las maravillas del progreso, sino también es apremiante prestar atención con lucidez a otros graves efectos que probablemente ni siquiera podían imaginarse un siglo atrás.
Este grave problema ecológico nos pide responsabilidad ante la herencia que dejaremos tras nuestro paso por este mundo.
Tomar conciencia de lo aprendido en la covid-19 que lo que ocurre en cualquier lugar del mundo tiene repercusiones en todo el planeta. Esto me permite repetir dos convicciones en las cuales insisto hasta el cansancio: “todo está conectado” y “nadie se salva solo”.
Repensar críticamente nuestro uso del poder. No todo aumento de poder es un progreso para la humanidad y este progreso sin sabiduría se nos puede ir de las manos. Porque nuestro poder ha aumentado frenéticamente en pocas décadas. “Hemos hecho impresionantes y asombrosos progresos tecnológicos, y no advertimos que al mismo tiempo nos convertimos en seres altamente peligrosos, capaces de poner en riesgo la vida de muchos seres y nuestra propia supervivencia”
Crecer en lucidez y honestidad para reconocer a tiempo que nuestro poder y el progreso que generamos se están volviendo contra nosotros mismos.
Saber situarnos en la realidad de un modo nuevo, rechazando un paradigma tecnocrático y afirmar, con palabras y hechos, que el mundo que nos rodea no es un objeto de aprovechamiento, de uso desenfrenado, de ambición ilimitada, ni la naturaleza es un mero “marco” donde desarrollamos nuestra vida y nuestros proyectos, porque «estamos incluidos en ella, somos parte de ella y estamos interpenetrados», de manera que «el mundo no se contempla desde fuera sino desde dentro».
Tomar conciencia de que los humanos no somos extraños, ni un factor externo que sólo es capaz de dañar el ambiente sino que formamos parte de la naturaleza. “La vida humana, la inteligencia y la libertad integran la naturaleza que enriquece a nuestro planeta y son parte de sus fuerzas internas y de su equilibrio”.
Avanzar hacia un nuevo multilateralismo, teniendo en cuenta la nueva situación mundial, como camino para preservar el bien, el amor, la justicia y la solidaridad, porque no se alcanzan de una vez para siempre y han de ser conquistados cada día» Un multilateralismo entendido como “dotar de autoridad a organizaciones mundiales haciéndolas más eficaces para asegurar el bien común mundial, es decir: erradicar el hambre y la miseria, y la defensa cierta de los derechos humanos elementales».
Se trata de establecer reglas globales y eficientes que permitan “asegurar” esta tutela mundial y conseguir que la ética prime sobre las conveniencias locales o circunstanciales. En definitiva el Papa Francisco aboga por un multilateralismo que haga posible una suerte de mayor “democratización” en el ámbito global para que se expresen e incorporen las variadas situaciones.” Ya no nos servirá sostener instituciones para preservar los derechos de los más fuertes sin cuidar los de todos.”
El Papa aboga por un multilateralismos “desde abajo” como un camino para afrontar la crisis climática y no simplemente decidido por las élites del poder. Las exigencias que brotan desde abajo en todo el mundo, donde luchadores de los más diversos países se ayudan y se acompañan, pueden terminar presionando a los factores de poder. “Por eso reitero que «si los ciudadanos no controlan al poder político — nacional, regional y municipal—, tampoco es posible un control de los daños ambientales».
-Un llamamiento espiritual a todos los creyentes de un modo especial a los cristianos
El Papa alude a textos bíblicos donde ponen de manifiesto que Dios creador de todo lo vio “muy bueno” y toda la realidad es reflejo de su presencia.
Nos invita a mirar a Jesús como un místico contemplativo que cuidó y contempló la realidad como manifestación de Dios.
Nos llama, en coherencia con la fe cristiana, a caminar en comunión y compromiso porque: la vida humana es incomprensible e insostenible sin las demás criaturas Porque «Dios nos ha unido tan estrechamente al mundo que nos rodea, que la desertificación del suelo es como una enfermedad para cada uno, y podemos lamentar la extinción de una especie como si fuera una mutilación»
No bastan las acciones individuales: Sin embargo, no puedo negar que es necesario ser sinceros y reconocer que las soluciones más efectivas no vendrán sólo de esfuerzos individuales sino ante todo de las grandes decisiones en la política nacional e internacional.
Sin embargo es imprescindible la cooperación de cada persona y de la sociedad y nos recuerda que no hay cambios duraderos sin cambios culturales, sin una maduración en la forma de vida y en las convicciones de las sociedades, y no hay cambios culturales sin cambios en las personas.
Anima a que cada persona, familia, sociedad a modificar nuestros hábitos de consumo y cuidado de la tierra porque aun cuando esto no produce de inmediato un efecto muy notable desde el punto de vista cuantitativo, sí colabora para gestar grandes procesos de transformación que operan desde las profundidades de la sociedad. Estos cambios, junto con las indispensables decisiones políticas, nos indicaría que estamos en la senda del cuidado mutuo.
«Alaben a Dios» es el nombre de esta carta. Porque un ser humano que pretende ocupar el lugar de Dios se convierte en el peor peligro para sí mismo”
Algunas preguntas para la reflexión
¿Qué consciencia tenemos de la situación climática que estamos padeciendo y de sus causas?
El Papa, sin hacerlo explícitamente, enumera algunas de estas causas: ¿Estamos de acuerdo con ellas? ¿Añadiríamos algunas más? ¿Somos conscientes de qué formas, conscientes o no, podemos estar cooperando con ellas? ¿Cómo ayudarnos a descubrir nuestras colaboraciones?
¿Qué pistas nos ofrece la exhortación para ayudarnos a caminar en otra dirección y colaborar en evitar las consecuencias más graves del cambio climático? ¿Qué más añadiríamos?
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